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Las cinco vidas rotas de los nicaragüenses que fallecieron en un trágico incendio en Murcia, España

Trece personas perdieron la vida en un incendio en España, incluyendo familiares y amigos del nicaragüense Erick Hernández, quien celebraba su cumpleaños número 30. La angustia y la incertidumbre se han apoderado de las familias, mientras Murcia se moviliza para ayudar en la repatriación de las víctimas y brindar apoyo en medio de esta desgarradora tragedia.


Por Redacción Central | @CoyunturaNic

Murcia, España
Bomberos retiran los cadáveres de quienes perdieron la vida en el incendio en Murcia el 02 de octubre | Fotografía de EFE

En el popular barrio El Calvario de Chinandega, al oeste de Nicaragua, las lágrimas fluyen todavía por la tragedia que ocurrió el domingo 02 de octubre de 2023 en la discoteca murciana La Fonda Milagros, en la zona de ocio Las Atalayas, a más de 8,700 kilómetros de distancia, en España. Este incidente se ha cobrado la vida de 13 personas, al menos nueve de las cuales eran familiares o amigos del nicaragüense Erick Hernández, quien celebraba aquella fatídica noche su cumpleaños número 30, el cuarto que pasaba en el país europeo.


El dolor es inmenso, y las pérdidas son inimaginables. Erick Salmerón Torres de 30 años, su madre Martha Alejandra Hernández Zamora de 62 años de edad, y su hermano Sergio Enrique Silva de 39 años han fallecido, al igual que una amiga de la familia, Tania Martínez de 49 años -y su esposo ecuatoriano John-, además de la pareja de Erick, Orfilia del Carmen Blandón de 27 años, originaria de la Mina El Limón, quien estaba embarazado y lo había anunciado esa misma noche. Inés, una tía de Erick, quien compartió con ellos la cena previa de celebración, se ha quedado atrás para contar la historia. Ella no se sumó a la fiesta en la discoteca y ahora llora la trágica pérdida de sus seres queridos.


Una semana antes de la tragedia, Erick había enviado invitaciones a una veintena de amigos y familiares a través de WhatsApp para su cumpleaños. El plan era cenar primero y luego disfrutar de la fiesta. Había reservado el palco VIP número 18 de La Fonda Milagros, ubicada en Las Atalayas, un lugar que más tarde se convertiría en el epicentro de un incendio devastador que colapsó la estructura del local y se propagó a las discotecas vecinas, Teatre y Golden.


La tragedia se desató en un instante, y mientras miles de kilómetros separan a las familias en Nicaragua de la escena, están desesperadas y triste todavía. Inés relató cómo sus familiares en Nicaragua la llaman constantemente para obtener información y mostrar sus condolencias, pero ella solo puede decirles que no sabe mucho todavía y que, debido a la naturaleza del incendio, llevará tiempo obtener respuestas. Todos están en vilo, igual que ellos en España.


La historia de los Hernández en Murcia comenzó hace 19 años en el barrio de El Calvario, Chinandega. Inés fue la primera en emigrar a España, seguida cuatro años después por Martha. Esta última, quien trabajaba en una compañía financiera en Nicaragua y perdió su empleo, decidió buscar mejores oportunidades para sus cuatro hijos en España. Su mayor orgullo era haber logrado llevar a todos sus hijos a este país. Eric y Sergio fueron los últimos en unirse a la familia en España, hace cuatro y tres años, respectivamente.


La tragedia ha golpeado a esta familia que ha "hecho vida" en España, y ahora se encuentran en medio del incendio más trágico de la historia del ocio nocturno en Murcia y uno de los más mortales en España en una discoteca desde 1990.


La esposa del dictador Daniel Ortega, Rosario Murillo, lamentó la muerte de las y los cinco nicaragüenses en la discoteca de Murcia y reconoció que habían estado trabajando en España durante al menos 17 años para mejorar sus vidas.


Las víctimas del incendio fueron identificadas en su mayoría por huellas dactilares, pero otras tendrán que ser identificadas mediante pruebas de ADN.


Este trágico evento se suma a una lista de 106 nicaragüenses que han fallecido en el extranjero este año, la mayoría en accidentes de tránsito o por infartos fulminantes. En los últimos cinco años, miles de nicaragüenses han salido del país centroamericano en busca de una vida mejor, pero también debido a la crisis política, social, humanitaria y constitucional que ha provocado la represión contra las manifestaciones civiles que exigen un cambio en la administración de Nicaragua.


La tragedia en la discoteca La Fonda Milagros de Murcia ha dejado a las familias en una espera infinita, horas de angustia y una agonía que solo puede compararse con la incertidumbre sobre el destino de sus seres queridos. Mientras las autoridades continúan las investigaciones, los familiares y amigos de las víctimas aguardan noticias con el corazón en la mano.


La concejal de Bienestar Social, Familia y Salud de la localidad donde ocurrió la tragedia, Pilar Torres, ha informado que se está llevando a cabo un listado de familiares para proporcionarles información de la manera más adecuada y brindar apoyo en estos momentos tan difíciles. El Palacio de Deportes se ha convertido en un lugar de asistencia psicológica para parientes y allegados, donde se han contabilizado ya sesenta personas atendidas por psicólogos y voluntarios de Protección Civil y la Cruz Roja.


Las historias de los supervivientes son desgarradoras. Alan Antonio Antía, quien celebró el cumpleaños de su primo Erick la noche anterior, resume la tensión y el dolor que invaden a las familias y amigos de las víctimas. Se encontraba en medio de la calle Isla Cristina, entre la discoteca La Fonda Milagros y el Palacio de Deportes, esperando noticias sobre sus seres queridos. La incertidumbre es abrumadora, y solo desean saber qué ha sucedido con sus familiares para poder aceptar lo que Dios haya dispuesto.


Walter Hernández, otro sobrino de la familia, también estuvo en la celebración del cumpleaños de Erick y luego continuó la fiesta en la discoteca La Fonda Milagros. Estaba en la planta baja cuando se dio cuenta del olor a humo y vio que el fuego se propagaba. Junto con otros asistentes, ayudaron a evacuar a muchas personas. Pero varios de sus seres queridos no lograron salir.


El testimonio de Víctor Valencia, un padre que había estado buscando a su hijo durante horas, es un recordatorio de la angustia que muchas familias enfrentaron en ese fatídico domingo. Finalmente, recibió un mensaje de su hijo diciendo que estaba bien, un alivio inmenso en medio de la tragedia.


Los relatos de los supervivientes destacan la rapidez con la que la tragedia se desencadenó y la confusión que reinó en esos momentos. Personas como Arlem García, que había estado en la discoteca poco antes de que comenzara el incendio, se dieron cuenta de la gravedad de la situación solo cuando estaban afuera. La línea entre la vida y la muerte se trazó en minutos, y muchos no pudieron volver atrás para salvar a sus seres queridos.


El relato de María José, quien estaba en la discoteca Teatre en ese momento, resalta cómo una decisión aparentemente insignificante, como moverse a la planta baja, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de emergencia.


El impacto de esta tragedia se siente en toda la comunidad, con amigos y familiares que buscan desesperadamente noticias sobre sus seres queridos, de varios países latinoamericanos. La incertidumbre, el dolor y la conmoción son palpables en cada testimonio, y la ciudad de Murcia y la comunidad nicaragüense en España lloran la pérdida de sus seres queridos en este triste episodio que ha dejado cicatrices imborrables.


Murcia se hará cargo de repatriación de tres nicaragüenses


El Ayuntamiento de Murcia se hará cargo de los costos del embalsamamiento de tres fallecidos de origen nicaragüense que perdieron la vida en el incendio. Esto incluye el embalsamamiento en sí, que supera los 15,000 euros, así como el transporte de los cuerpos hasta el aeropuerto de Madrid para su repatriación a Nicaragua. Las familias de estas víctimas han solicitado esta ayuda debido a motivos religiosos que les impiden considerar la incineración como opción. Por otro lado, los otros dos fallecidos de la misma nacionalidad serán incinerados.


Además de esta colaboración, la Concejalía de Bienestar Social, Familia y Salud de Murcia, bajo la dirección de Pilar Torres, ha gestionado el apoyo a las familias de las 13 víctimas del incendio en la discoteca. De estas víctimas, siete han solicitado la repatriación de los cuerpos, cinco a Nicaragua, uno a Colombia y otro a Ecuador. La Concejalía también se ha encargado de los costos de alojamiento para los familiares de las víctimas que residían en Caravaca de la Cruz durante el proceso de identificación de los cuerpos.


En todo momento, la Concejalía de Bienestar Social ha mantenido contacto con la comunidad para coordinar la ayuda y atención a las familias de las víctimas. Por su parte, la Consejería de Política Social ha asumido el costo de los billetes de avión para los familiares que viajaron a Murcia desde sus respectivos países de origen.


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