En entrevista con la Redacción de COYUNTURA, el presidente de la Unión Democrática Renovadora (UNAMOS) -antes Movimiento Renovador Sandinista (MRS)-, reflexiona sobre sus primeros siete meses en el cargo de la polémica institución política, los legados de sus antecesores y los proyectos en los que su partido -ahora en el exilio- está actualmente inmerso.
Por Juan Daniel Treminio | @DaniTreminio
Madrid, España
Luis Alfredo Blandón Flores, originario de Managua, Nicaragua, demostró desde temprana edad una pasión por las causas justas y un compromiso con los temas sociales y políticos de su país. Formado en Contabilidad y Auditoría por la extinta Universidad Centroamericana (UCA), y con un máster en Gestión Pública de dicha Alma Mater, Blandón encontró una vocación en la política, la cual se intensificó al observar la falta de renovación generacional. Tiene 34 años de edad y en noviembre de 2023 fue electo como presidente del movimiento Unión Democrática Renovadora (UNAMOS), antes conocido como Movimiento Renovador Sandinista (MRS).
Luis Blandón reflexionó desde su exilio en Madrid, España, sobre sus primeros siete meses en dicho cargo, en un contexto marcado por la represión del sandinismo. "Ha sido un desafío sumamente difícil", comentó al equipo de COYUNTURA. Lo primero que hizo al asumir la presidencia de UNAMOS fue implementar un "plan de rearticulación interna", enfocándose en fortalecer las redes de su organización en el territorio y preparar a sus estructuras y liderazgos locales "para cualquier proceso de convulsión que surja dentro de la dictadura", revela. A su vez, el dirigente, quien se autodefine como socialdemócrata, abordó en esta conversación la necesidad de "negociar con el régimen sandinista", aunque actualmente no existen condiciones para un diálogo.
Blandón cree que llegará el momento en que será necesario "establecer puntos en común" para avanzar hacia una transición democrática. Mientras tanto, él y su partido "siguen y seguirán" denunciando al régimen y "trabajando para debilitarlo". Sin dejar de mencionar los roces en el proceso de articulación de la oposición, destacó la necesidad de promover el diálogo inclusivo y enfatiza la importancia de la "solidaridad y la coherencia" en la lucha contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Pregunta: ¿Cómo han sido estos siete meses en el cargo de la presidencia de UNAMOS?
Respuesta: Ha sido un desafío sumamente difícil. El partido se ha caracterizado por tener dirigencia de alto nivel y eso me compromete a seguir adelante y proyectar más a UNAMOS, principalmente por que es una organización en constante relevo y no necesariamente solo de edad, sino también en cuanto a ideas, programas y visiones. En ese sentido es un desafío. Es aún mayor en tiempos de dictadura.
P.¿Qué recibiste como herencia de tus antecesores?
R. Un partido con mucha mística y mucho compromiso con los valores democráticos. Queremos ser parte de un proceso de transición y de la construcción de Nicaragua. Parte de nuestro liderazgo anterior estuvo encarcelado, siete directivos nacionales estuvieron en las cárceles, quienes ya fueron liberados, en febrero de 2023, junto a los más de 200 personas quienes también fueron desterradas.
P. ¿Qué proyectos están desarrollando actualmente?
R. Estamos enfocados en varias áreas, principalmente en la parte organizativa. Dentro de Nicaragua estamos en un proceso de articular nuestras redes internas porque creemos que es fundamental la organización interna con dos propósitos: estar preparados para cualquier proceso de convulsión interna que se de dentro de la dictadura; segundo, por que queremos que nuestras estructuras y liderazgos locales estén listos a la hora de asumir liderazgos locales y nacionales dentro del país. La lucha es interna y por esa razón estamos en proceso de rearticulación interna.
P. ¿Han trabajado en alguna propuesta para la sociedad nicaragüense el día después de Ortega?
R. Es difícil saberlo, pero nos vemos dentro de una transición donde estarán varios actores políticos. UNAMOS está clarísimo que solos no vamos a poder derrocar a la dictadura, pero sí creemos que seremos parte de esa construcción. En ese sentido, nos hemos enfocado en los siguientes pilares: primero, la democracia, que pasa por reconfigurar la institucionalidad; segundo, no se puede construir una nueva Nicaragua sino iniciamos con el tema de la justicia para construir ese nuevo país. Queremos ser promotores de esto.
P. ¿Qué le plantean a la cúpula sandinista que actualmente sostiene al régimen?
R. Creemos en el proceso de que exista una Comisión de la Verdad. Somos un partido programático. Está escrito y aprobado, desde nuestra convención anterior, que queremos promover una Comisión de la Verdad que esclarezca los crímenes desde los años 70 y 80, y del 2018 en adelante. Es importante que toda persona que ha cometido crímenes contra la vida pase por la justicia.
Cuando hablamos de justicia no es aniquilar al otro, al que piensa distinto, sino a los que se comprueben que han cometido crímenes, por lo tal tendrían que pagar.
P. Pero, en una posible negociación, ¿qué se le puede ofrecer al Frente Sandinista?
R. Es difícil hablar de un proceso de negociación porque evidentemente no hay condiciones; no se ha abierto esa ventana de oportunidades, pero llegará su momento. Todos aquellos a los que se les compruebe que cometieron crímenes de lesa humanidad tienen que pasar por la justicia. No es lo mismo el caso de los trabajadores públicos, por ejemplo, a un profesor o a una profesora que trabaja para sobrevivir.
Los trabajadores públicos son personas que también han sido sometidas y son a la vez parte del sistema, de la dictadura. Tal vez no han cometido algún crimen, pero a veces son obligados a ir a una rotonda, porque sino los despiden. Hay casos diferentes en cada institución del Estado, que no necesariamente han sido cómplices de la dictadura, y ellos también tienen que ser parte de la nueva Nicaragua, van a estar en la nueva Nicaragua.
P. ¿Cuál sería la postura de UNAMOS ante un posible diálogo con la administración sandinista?
R. No se ve la oportunidad, no se ve en el ambiente, pero tocará en algún momento. Por ahora seguiremos desgastando y denunciando a la dictadura; y cada vez queremos presionar, que se sienta más asfixiada. Llegará su momento, y la oportunidad de negociar; tocará establecer puntos en común. Por ahora es difícil preverlo.
P. ¿Hay que promover el diálogo?
R. Sí. Llegará el momento en el que tocará dialogar, porque ninguna transición en el mundo se ha dado por gusto, en la mayoría de los casos han sido por salidas negociadas.
P. ¿Y cómo está el diálogo a lo interno de la oposición?
R. Nosotros nos caracterizamos por trabajar con diferentes fuerzas opositoras. Cuando éramos MRS, en los procesos electorales logramos hacer alianzas con los partidos liberales. Hemos sido parte de la articulación de varios esfuerzos unitarios por que sabemos que solo nadie puede. Además, esto no es un tema ideológico, y a medida de que todas las organizaciones logremos fortalecernos e impulsemos acciones de manera coordinada, podemos debilitar más a la dictadura.
P. ¿Han tratado de excluirlos de los espacios de oposición?
R. Hay grupos que, producto de la frustración, pierden el enfoque. No somos promotores de hablar mal de otros opositores, porque lo importante es que coordinemos acciones. El nicaragüense que permanece en el país no está pensando en que si alguien es socialdemócrata, o quien es más liberal, ellos quieren soluciones y eso es parte del compromiso en el que debemos estar enfocadas las plataformas opositoras.
La gente quiere recuperar su libertad y reconstruir sus vidas en un país en paz. Mientras otros grupos se quieren enfocar en lo ideológico, nosotros estamos enfocados en el norte que mencioné.
Hay otras perspectivas que también son válidas, pero el tema ideológico no es la prioridad para las y los nicaragüenses.
P. Ahora, que te toca dar la cara por tu partido, ¿cómo es el trato que recibes por parte de las dirigencias de grupos opositores?
R. En un país donde no tenemos cultura política es difícil cuando te ven muy joven, y a uno lo catalogan como que no tiene experiencia. Hay quienes creen, y se expresan en términos despectivos, que a mí me pusieron para dar una nueva cara. Pero en UNAMOS nos hemos caracterizado por un liderazgo formado a lo largo de los años. Somos personas que tenemos una visión política clara, ideas que discutimos constantemente. Hemos salido de lo tradicional. Yo soy el presidente, pero yo no mando, en todas las decisiones y estrategias políticas me acompaña una junta directiva en la cual, de manera colectiva, tomamos decisiones.
P. Ahora que se cumplen 45 años de la Revolución de 1979, ¿qué sentimiento te genera desde el cargo que representas?
R. La historia no se puede borrar. Cuando recuperemos la democracia siempre se hablará de ello, porque es parte de la historia. Fue una fecha en la que una sociedad completa se entusiasmó por que quería un cambio, y al final se desvirtuó, no demoró mucho. También habían ansias de poder, prevalecieron los egos y las decisiones de nueve personas. Es parte de una historia que no debe repetirse, en una transición, por la que hoy estamos luchando como país. Por eso creemos que es importante apostar a hacer política distinta, en la mayor pluralidad posible.
R. ¿Cuál es tu identidad política?
P. Yo soy un socialdemócrata. Creo en la democracia, en las libertades. Creo que se puede construir una sociedad basada en principios y valores democráticos, en la institucionalidad, que responda a las necesidades de la gente y no de un grupo, ni de las élites. UNAMOS es un partido progresista intergeneracional, que tiene una Red de Diversidad Sexual, una Red de Jóvenes, y otros grupos internos.
P. ¿Cómo pretendes dejar el partido, cuando llegue el momento de entregar la presidencia?
R. Quiero dejar un partido donde los jóvenes estén al frente, que se note la visión política distinta. Quiero desmitificar que un presidente no necesariamente tiene que ser visto como un caudillo, sino visto como un actor político para poder aportar mediante ideas y propuestas concretas para la sociedad. Quiero verme así y quiero que UNAMOS siga avanzando de esa manera. También quiero vivir la experiencia de la transición hacia la democracia en Nicaragua, siendo presidente de esta organización política.
P. ¿Qué te hace pensar que habrá transición?
R. Es una dictadura debilitada, un Gobierno deteriorado, el círculo de poder está cada vez más debilitado. Cuando se abran las ventanas de oportunidades, me estoy preparando para, junto a otros opositores, estar listos para el proceso de construcción de esa nueva Nicaragua.
P. Muchos hablan de la "nueva Nicaragua", pero la realidad la plantea una pelea amateur de dos "tiktokers" que acaparan la atención de decenas de miles de personas. ¿Qué lectura le haces a la Nicaragua que se está construyendo desde adentro?
R. La dictadura va a apostar por vender una realidad paralela a lo que sucede en Nicaragua, eso es parte de la distracción, son promotores de este tipo de eventos que no promueven valores, sino basura para mantener a la sociedad distraída. Eso ha sido siempre parte de su estrategia, pero la realidad, consultada por gente nuestra que está en el territorio, es que en el país el costo de la vida es alto, la gente ya no puede comer carne, el salario está congelado, no hay deslizamiento monetario. Es un país sin oportunidades, donde la gente está saliendo por montones de forma desesperada. Ya no solo se puede vivir libremente. Los problemas reales de la sociedad no se están resolviendo.
P. ¿Es Nicaragua un país solo de problemas, necesidades y carencias? ¿Qué otro mensaje se le puede transmitir a la gente que decide permanecer dentro del país?
R. Habemos un montón de gente que quiere regresar a Nicaragua. Es nuestro país y queremos contribuir para él, de manera política, académica, económica. Seguimos elevando la voz en todos los espacios posibles para denunciar a la dictadura y debilitarla, eso pasa por más sanciones para las cúpulas, a la Policía Nacional y al Ejército, que son parte del engranaje principal de la represión que mantiene a los Ortega-Murillo. Queremos regresar a vivir para crear oportunidades, para vivir en un país con libertades y democracia. Mientras no salgamos de la dictadura todo será complejo.
P. ¿Qué se puede hacer desde la cotidianidad para dar pasos de cambio?
R. La solidaridad es clave en este proceso. Tenemos que ser solidarios ayudando a las personas que tenemos al rededor viendo cómo podemos buscar alternativas para quienes piden asilo. También ayudando a las personas que internamente están sufriendo represión y están en la clandestinidad viendo cómo poderles asistir en algún problema. Siempre tiene que haber un acompañamiento.
Tenemos que ser coherentes. Cuando hablamos de una nueva cultura política debemos demostrar coherencia con las acciones. Todos coincidimos en que queremos salir de la dictadura, pero también hay factores externos que generan ruido para perder el norte.
En necesario un relevo en las organizaciones políticas, porque cómo es posible que mis interlocutores sigan siendo los mismos que fueron cuando Ana Margarita y Suyen Barahona fueron presidentas. Son los mismos actores. No existe el relevo de personas ni de ideas, de ninguna forma. Yo no les puedo decir cómo tienen que organizarse, pero es parte de lo que debería mejorar.
P. De las críticas que UNAMOS recibe constantemente, ¿cuál es la que prevalece?
R. Siempre estamos en el debate público por diferentes circunstancias. Nosotros somos un partido con programa de Nación, el único partido con un programa donde hablamos de la justicia como eje principal, y también hemos establecido que, sí a alguien del partido se le comprueba que ha cometido crímenes de lesa humanidad tiene que pasar por la justicia. Ha sido un compromiso público.
P. ¿Siguen creyendo que es necesario desaparecer al Ejército?
R. Luego de una transición donde se establezca la institucionalidad, nos va a tocar promover que sean los nicaragüenses quienes decidan el futuro del Ejército; lo tenemos planteado, para que todos esos recursos se puedan utilizar para otras necesidades en el país, como la educación, por ejemplo.
Estamos enfocados en la denuncia internacional para que se sancionen a las cúpulas del Ejército, por cómplices, por haber sido parte de los crímenes de lesa humanidad, al igual que la Policía. Las cúpulas deben pagar. Es importante desarticular a las cúpulas y en su momento tocará tener nuevas autoridades, y eso será parte de los desafíos de una transición.
P. ¿Cuál debería ser le mensaje para el militante de a pie que acampa bajo la bandera rojinegra?
R. Que vean lo que pasó en la Corte Suprema de Justicia; desapareció un montón de gente, de quienes no se conoce su paradero. Nicaragua es una cárcel donde ellos también están. No es cierto que los trabajadores del Estado son cómplices de la dictadura, es parte de la sobreviviencia, y ellos también serán parte del cambio.
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