Manuel Zelaya suelta la lengua: desafía a Romeo Vásquez a presentarse ante la justicia y marca distancia con su hermano Carlos por el narcovideo
- Jairo Videa
- 1 may
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El exmandatario hondureño argumentó que su llamado no responde a un sentimiento de venganza, sino a la necesidad de establecer precedentes legales para prevenir futuras arbitrariedades. "No le tengo odio. No busco revancha. Pero quien cometió asesinatos, violaciones o torturas, debe responder. Los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles", reiteró.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Tegucigalpa, Honduras
Desde lo alto de un jeep, rodeado por militantes del oficialista Partido Libertad y Refundación (LIBRE) y acompañado por el asesor de comunicaciones Milton Benítez, el expresidente hondureño José Manuel Zelaya Rosales lanzó un contundente mensaje al exgeneral Romeo Orlando Vásquez Velásquez, exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF.AA.): "si se cree inocente, que se presente ante la justicia". Durante su participación en la marcha del Día del Trabajador, el también coordinador de LIBRE reafirmó su convicción de que Vásquez Velásquez debe enfrentar la justicia hondureña por su presunta implicación en crímenes derivados del golpe de Estado del año 2009, entre ellos la muerte del joven Isy Obed Murillo, asesinado durante una protesta pacífica a inmediaciones del Aeropuerto Internacional Toncontín en Tegucigalpa.
La Fiscalía emitió en marzo pasado una orden de captura contra el general en condición de retiro, quien desde entonces se encuentra prófugo. Las autoridades han ofrecido una recompensa de 3.5 millones de lempiras por información que permita su detención. En tanto, Zelaya aseguró que "el brazo largo de la justicia" terminará por alcanzarlo. "No le tengo odio. No busco revancha. Pero quien cometió asesinatos, violaciones o torturas, debe responder. Los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles. La justicia debe montar un precedente", expresó Zelaya hoy, jueves 01 de mayo de 2025, ante cientos de simpatizantes y periodistas. El actual asesor presidencial de su esposa Xiomara Castro, rememoró los acontecimientos del 28 de junio de 2009, cuando un convoy militar dirigido por Vásquez irrumpió en su residencia y lo expulsó del país centroamericano a balazos. "Él fue quien ejecutó el operativo. Nosotros conocemos lo que pasó, pero será la justicia quien debe sentenciarlo", recalcó.
El exmandatario también señaló que Vásquez, junto con otros actores del golpe, se auto otorgaron una amnistía para protegerse de procesos judiciales, pero insistió en que dicha medida no cubre los delitos de asesinato y violaciones a derechos humanos. "Romeo debe imitar mi ejemplo", afirmó Zelaya, recordando su retorno clandestino al país después del golpe desde Nicaragua, y su encierro de cuatro meses en la embajada de Brasil. "Yo regresé a enfrentar lo que me acusaban. ¿Por qué él no puede hacerlo?", inquirió.
Por su parte, Vásquez Velásquez ha negado reiteradamente los señalamientos, tildando las acciones judiciales en su contra como "persecución política" impulsada por la familia Zelaya Castro. A través de las redes sociales digitales, lanzó esta semana una advertencia al fiscal general Johel Zelaya, insinuando que su aparente impunidad terminará con el fin de su mandato. "Recuerde, fiscal, que cuando cometen delitos como prevaricato y abuso de poder, no quedarán impunes. Nadie va a estar ahí para defenderlo", sentenció el exjefe castrense.
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Estas declaraciones no han hecho más que avivar la confrontación política entre quienes consideran necesario reabrir las heridas del pasado reciente para alcanzar justicia, y quienes insisten en que estas acciones constituyen una vendetta disfrazada de legalidad.
Durante su alocución, Zelaya marcó una distinción entre las Fuerzas Armadas de 2009 —a las que acusó de crímenes y arbitrariedades— y las promociones actuales, a quienes considera más alineadas con los "intereses democráticos del país". Expresó su confianza en la nueva generación de oficiales —encabezada por figuras como el vicealmirante José Jorge Fortín, ministro de la Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales de Honduras (COPECO), y Roosevelt Leonel Hernández Aguilar, actual jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA.—, y sostuvo que los intentos de desestabilización militar no prosperarán. "El pueblo ya tiene conciencia. Los que conspiran desde los partidos políticos no lograrán desestabilizar las Fuerzas Armadas", afirmó.
Además, rechazó categóricamente cualquier aspiración reeleccionista dentro de su familia y defendió su trayectoria y la de sus allegados: "Nosotros no tenemos bancos, negocios ni empresas. Nadie puede juzgarnos por enriquecimiento o corrupción". Zelaya también aprovechó el momento para contrastar su proceder con el del expresidente Juan Orlando Hernández —que cumple una sentencia de 45 años de cárcel por narcotráfico en Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.)—, quien defendió públicamente a su hermano Juan Antonio Hernández incluso tras ser condenado por narcotráfico en el exterior. En cambio, mencionó el caso de su hermano, el exdiputado oficialista Carlos Zelaya, quien renunció a sus cargos políticos —secretario general del Congreso y diputado propietario del Poder Legislativo— tras la divulgación de un video que lo implica en la solicitud y negociación de fondos del narcotráfico para la campaña presidencial de LIBRE a espaldas del directorio partidario y la entonces candidata, su cuñada, Castro. "Carlos cometió un error, y lo condenamos públicamente. No lo encubrimos. Él renunció por voluntad propia para enfrentar lo que sea necesario", manifestó el exmandatario, visiblemente afectado.
"Él dijo que había caído en una trampa porque lo habían invitado, y dijo quiénes lo habían invitado. Él, además, el mismo, renunció a su cargo de diputado. ¿Quién ha renunciado aquí al cargo de diputado?", resaltó Zelaya. "El mismo renunció a sus cargos que tenía en el partido LIBRE. El mismo ya no se presentó a ninguna planilla, simplemente para que lo investiguen, para que, para que, para que se pueda ejercer la justicia. Entonces, creo que eso es suficiente mensaje", añadió.
"No es que no le tengamos amor a Carlos. Claro que le tenemos un gran amor, respeto y admiración por todas sus luchas. Pero nosotros condenamos un hecho, todos lo condenamos: andar solicitando dinero a espaldas nuestras. Eso lo condenamos públicamente.
Nosotros no hemos encubierto ese hecho. Que le hayan dado o no le hayan dado, él lo niega totalmente. Es un asunto moral de él. Pero nuestra conducta es totalmente diferente a lo que fue Juan Orlando con su hermano. Nosotros condenamos el hecho. En su acción de renuncia y de despojo de toda autoridad para que lo investiguen, más bien demuestra lo que realmente pasó: que participó en un evento en el que no debió haber estado, desde nuestro punto de vista, sin informar al partido y sin informarnos a nosotros, que teníamos la coordinación", aseguró "Mel" con su siempre fiel sombrero blanco.
"Yo amo a Carlos. Creo que es una de las personas de mejor corazón que conozco en mi vida. Pero lo evidente no necesita explicaciones", dijo Manuel Zelaya este jueves.
Zelaya insistió en que la justicia debe ser imparcial, sin importar el poder o el uniforme de las y los señalados. En ese sentido, dijo que el Ministerio Público (MP) tiene en su poder un registro detallado de más de 40 delitos cometidos durante el régimen postgolpe, los cuales permanecen en la impunidad, según el oficialismo hondureño.
Con una mezcla de firmeza, memoria histórica y apelaciones morales a su favor, el expresidente cerró su intervención subrayando la necesidad de sentar precedentes: "Los hechos no deben repetirse. Que Romeo se presente y rinda cuentas. Si es inocente, que lo demuestre, con mi cooperación". Mientras tanto, el exgeneral sigue oculto, y el país observa, expectante, si alguna vez se dará el cara a cara que podría marcar un punto de inflexión en el camino —siempre accidentado— de la justicia hondureña. Carlos Zelaya también sigue oculto, al ojo del MP, pese a las múltiples denuncias públicas y señalamientos, y pese a que la mayor prueba de un narcoestado o cualquier fenómeno similar, publicada después del golpe, muestra al hermano del expresidente, quien intentó imponerse con una Asamblea Constituyente, respaldado por la influencia de Venezuela y una red de complicidades que sigue sin esclarecerse.
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