Diversos abogados, organizaciones civiles y defensores de derechos humanos argumentan que la reelección presidencial inmediata está prohibida en al menos seis artículos de la Constitución del país centroamericano. Por otro lado, analistas afines al oficialismo sostienen que Nayib Bukele debe dejar la Presidencia seis meses antes de que finalice su mandato actual, lo que ha generado incertidumbre en torno a su continuidad en el cargo.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
San Salvador, El Salvador
Las elecciones presidenciales en El Salvador se aproximan, y el país centroamericano se prepara para un proceso electoral que promete ser apasionante y controvertido por igual. Esta contienda se presenta como una de las más importantes de los últimos años, marcando el inicio de una lucha en la que varios candidatos buscarán el máximo cargo de la nación. Sin embargo, todas las miradas están centradas en Nayib Bukele, el actual presidente salvadoreño, quien busca la reelección a pesar de las dudas y prohibiciones constitucionales que rodean su candidatura para un segundo período en el Poder Ejecutivo.
El espectro político salvadoreño se presenta diverso, con varios partidos en la contienda. Entre los candidatos a la Presidencia se encuentran Joel Sánchez e Hilcia Bonilla del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA); Manuel Flores y Werner Marroquín del partido de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN); Luis Parada y Celia Medrano del partido Nuestro Tiempo; y Nayib Bukele y Félix Ulloa, actuales presidente y vicepresidente del país centroamericano, quienes compiten bajo la bandera de Nuevas Ideas (NI). Esta última candidatura ha generado una polémica constante desde que Bukele anunció su intención de reelegirse en el cargo.
Este viernes 03 de noviembre, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de El Salvador emitió un fallo trascendental, al inscribir la candidatura presidencial de Nayib Bukele por el partido NI, permitiéndole buscar la reelección presidencial en las elecciones programadas para febrero de 2024. Esta decisión, tomada con cuatro votos a favor de los cinco magistrados que componen el organismo electoral, ha desatado una serie de controversias legales y políticas en el país centroamericano.
Nayib Bukele, quien ya ostenta un alto nivel de popularidad en El Salvador, se convierte en el primer presidente de la etapa democrática salvadoreña en buscar la reelección inmediata, un hito que contrasta fuertemente con la historia política del país y el contexto centroamericano. El último antecedente de un presidente que buscó la reelección inmediata en El Salvador se remonta a la dictadura militar de Maximiliano Hernández Martínez en el año 1935.
El TSE no solo avaló la candidatura de Bukele, sino que también inscribió la fórmula presidencial del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), liderada por Manuel Flores. Según el organismo electoral, ambas fórmulas cumplieron con los requisitos legales establecidos. Sin embargo, el TSE también advirtió que otras fórmulas presidenciales aún deben subsanar prevenciones antes de ser inscritas.
La autorización de la candidatura de Bukele se produce en medio de una fuerte controversia legal. La prohibición de la reelección presidencial inmediata en El Salvador es un tema debatido hasta el momento, y la interpretación de la Constitución ha sido el centro de la discusión. La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), nombrada por el Congreso de mayoría opositora, emitió una resolución en 2021 que cambió la interpretación de la Constitución, habilitando a Bukele para buscar un segundo mandato.
Sin embargo, abogados constitucionalistas, organizaciones civiles, medios de comunicación independientes y la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la estatal Universidad de El Salvador (UES) sostienen que la reelección presidencial inmediata está prohibida por al menos seis artículos de la Constitución salvadoreña. A pesar de estas objeciones, el TSE ha desestimado las solicitudes para impedir la inscripción de Bukele.
La decisión del TSE ha generado una fuerte polarización en la sociedad salvadoreña. Por un lado, los partidarios de Bukele respaldan su candidatura, argumentando que la resolución de la Corte Suprema allana el camino para su reelección y que el pueblo debe decidir en las urnas. Las encuestas indican que Bukele goza de un alto nivel de aprobación, y es evidente que la gente quiere que siga en el Poder Ejecutivo.
Por otro lado, los opositores a la candidatura del presidente han denunciado que se trata de una violación flagrante de la Constitución y han criticado la actuación del TSE, llegando a comparar la situación con Nicaragua y el dictador Daniel Ortega. Algunos incluso han calificado la decisión como inconstitucional, ilegal y moralmente cuestionable.
Las elecciones de 2024 en El Salvador prometen ser un evento político clave en la historia del país. Además de la candidatura de Bukele, se presentan importantes novedades, como la posibilidad de ejercer el sufragio activo y pasivo en el extranjero a través del voto remoto por internet y el voto electrónico presencial.
Un total de 6,1 millones de salvadoreños están habilitados para participar en los comicios, incluyendo miles que viven en el extranjero y que podrán postularse a cargos públicos. Según una encuesta reciente del Centro de Estudios Ciudadanos de la Universidad Francisco Gavidia, Bukele lidera las preferencias con un 68,4 % de intención de voto, mientras que los candidatos de la oposición se sitúan muy por detrás en las encuestas.
La decisión del TSE sobre la candidatura de Nayib Bukele, aunque esperada, ha intensificado el debate sobre la interpretación de la Constitución en El Salvador y ha polarizado aún más la política en el país centroamericano. La contienda electoral de 2024 será un hito importante en la historia democrática de El Salvador y un tema de seguimiento en la comunidad internacional.
En 2021, la CSJ salvadoreña, designada por la Asamblea Legislativa, emitió una resolución que autorizaba a Bukele a buscar la reelección presidencial, a pesar de que al menos seis artículos de la Constitución prohíben la reelección continua. Bukele, quien en su pasado consideraba que la reelección no era posible, cambió su postura en septiembre del año 2022. Dice que es necesaria la "continuidad" de sus proyectos estatales.
No obstante, hace algunos meses y años, el actual mandatario argumentó que no podía ser presidente quien hubiera desempeñado el máximo cargo del Poder Ejecutivo por más de seis meses consecutivos o no, durante el período inmediato anterior o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial. En su interpretación, el "período inmediato anterior" no es el suyo, sino el del expresidente Salvador Sánchez Cerén, quien gobernó entre 2014 y 2019. Por lo tanto, él no tendría prohibición de buscar la reelección presidencial.
En cuanto a la Presidencia en "los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial," Bukele espera pedir licencia o renunciar a su cargo seis meses antes de la fecha de toma de mando en junio de 20240, para no contravenir ese inciso constitucional. La controversia en torno a la candidatura de Bukele ha sido ampliamente debatida, y la resolución de la Corte Suprema de Justicia sigue siendo motivo de preocupación para muchos sectores de la sociedad salvadoreña.
A pesar de todo, y las cuestiones constitucionales, Nayib Bukele mantiene una alta popularidad tanto en El Salvador como en la región latinoamericana. Su régimen de excepción, que ha llevado a la detención de más de 70,000 personas acusadas de pertenecer a grupos criminales, ha sido efectivo para "liberar" áreas del país centroamericano que anteriormente estaban bajo el control de pandillas como la Mara Salvatrucha (MS13) o el Barrio 18 (B18).
Esta medida ha sido bien recibida por muchos salvadoreños, aunque organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación independientes han denunciado violaciones a los derechos constitucionales de miles de personas.
Los partidos opositores, ARENA y FMLN, que gobernaron El Salvador durante treinta años antes de la llegada de Bukele, enfrentan una batalla cuesta arriba. Las encuestas indican que la preferencia de voto para Bukele casi llega al 70 % hasta este momento, mientras que los partidos de oposición apenas llegan al 5 %. Esa falta de una oposición sólida plantea desde ya desafíos significativos para la democracia en el país y su sistema de gobierno.
La incertidumbre y la controversia rodean esta elección desde ya, y la mirada del mundo se fija en El Salvador mientras se desarrolla una campaña electoral que promete ser apasionante y llena de desafíos para la joven democracia salvadoreña. El 04 de febrero de 2024, las y los salvadoreños decidirán el futuro de su nación en las urnas, y la región y el mundo observará con atención los resultados de esta contienda histórica.
Suscríbase aquí a El Boletín de COYUNTURA y reciba las noticias de la actualidad de Nicaragua, Centroamérica y el mundo.
Comments