Adolfo Marenco, exjefe de inteligencia de la Policía de Nicaragua, experimentó un ascenso meteórico y una caída precipitada en su carrera pública. Durante casi cuatro décadas de servicio policial, Marenco pasó de un joven oficial en la Policía Sandinista en 1985 a convertirse en el Jefe de la Dirección de Investigación e Inteligencia de la Policía Nacional. Durante su mandato, desempeñó un papel fundamental en la represión de las protestas ciudadanas en 2018, utilizando información privilegiada para perseguir a opositores al régimen.
Sin embargo, en enero de 2023, Marenco fue detenido por la Copresidencia de Nicaragua. Se especula que su detención se debió a posibles acusaciones de corrupción y la gestión de negocios privados no autorizados. También se menciona un intento de fuga, lo que llevó a su prisión preventiva. Este arresto marcó el abrupto final de la carrera de un hombre que había sido un pilar de la inteligencia policial en el país, reflejando la volatilidad de la política y la seguridad en Nicaragua.