En julio de 2023, el comisionado general Sergio Gutiérrez se convirtió en otro alto mando policial en Nicaragua forzado a dejar su cargo como parte de un proceso de "limpieza" en la institución. Este proceso, según fuentes internas, está siendo dirigido por Rosario Murillo, quien ha sancionado hasta la fecha a varios miembros de la Policía Nacional. Gutiérrez, quien dirigió el controvertido operativo de detención y traslado de monseñor Rolando Álvarez y otros religiosos en agosto de 2022 a Managua, sufrió una caída en su carrera debido a lo que se calificó como una actitud "débil" en El Carmen, según fuentes anónimas.
A pesar de sus intentos por mantenerse en su puesto como jefe de la Dirección Nacional de Investigaciones Económicas (DIE), Gutiérrez finalmente entregó su cargo, convirtiéndose así en el séptimo comisionado orteguista en ser retirado en menos de un año. Se espera que la lista de destituciones continúe en lo que resta del año, ya que Murillo busca sacar a los viejos cuadros de la Policía para reemplazarlos por personas en las que ella confía, especialmente mujeres. Los últimos tiempos en la institución de Gutiérrez estuvieron marcados por inestabilidad y cambios temporales que culminaron en su retiro. Su última posición de larga duración en la Policía de Nicaragua fue como segundo jefe de Managua, antes de ser designado para dirigir la delegación departamental de Matagalpa. A partir de ese momento, su importancia en la estructura de mando disminuyó, lo que finalmente condujo a su retiro.