Las y los nicaragüenses se sometieron a condiciones extremas con tal de inmunizarse con vacunas aprobadas por la OMS/OPS, pues no confían en las que el régimen Ortega-Murillo ofrece, a pesar de que estas se ofrecieron casa a casa en Nicaragua.
Por Voces En Libertad | @VocesNi
Covid-19
Las Manos, Nueva Segovia
Son las dos de la mañana, el puesto fronterizo de Las Manos, al norte de nuestro país, tiene un inusual tráfico de vehículos. Los pesados trailers y camiones han dado espacio a microbuses, buses, carros y camionetas que son utilizados por personas que acudieron ayer domingo, 5 de diciembre, al cierre de la jornada de vacunación que durante los meses de octubre a noviembre estuvo realizando la Secretaría de Salud del gobierno de Honduras
“¿Quién es el último?”, se oye en la espesa noche y de inmediato, cómo lucecitas de navidad, las linternas y pantallas de celulares se van encendiendo en medio del cafetal, y dejan ver la larga fila de personas que aún esperan su dosis de vacuna contra el Covid19.
No falta la solidaridad de los que ya están instalados en la serpenteante hilera “cuidado ahí está resbaloso”, advierten. Algunos se prestan a darle la mano a aquellos que todavía están sorprendidos de ver hasta dónde deben caminar para poder ubicarse ordenadamente en el lugar que le dará la oportunidad de inocularse con las vacunas Pfizer y Moderna.
A diferencia de los puestos habilitados en El Espino y El Guasaule; en el de Las Manos los nicaragüenses no se apostaron sobre la carretera sino que los dirigió hacia una montaña que alberga un cafetal aún con frutos verdes
Así fueron llegando grupos, viendo con asombro la colina que debían escalar entre penumbras, fango, frío, el temor de caer por la pendiente o incluso, ser picado por algún animal.
Algunos son familiares, otros grupos de amigos y como característica propia del nica no faltó quienes se hicieron compinches en esa helada y larga espera.
“Me avisan cuando sean las 4:00”, dice una muchacha que junto a su madre se las ingeniaron para acurrucarse en medio de los surcos, “¿Para qué?”, le responde su progenitora, “Solo para saber que ya falta menos tiempo para que amanezca”, responde un tanto angustiada “Elizabeth” quien viajó desde Managua, en un transporte privado que ofrecía este servicio, tal como lo hicieron muchos otros y rindió buenos resultados para el negocio.
Un gran sacrificio por conseguir vacuna aprobadas internacionalmente
Las condiciones que miles de nicaragüenses han tenido que enfrentar para poder acceder a una vacuna confiable, han sido realmente extremas. En ese remolino de gente, destacan padres y madres que junto a sus hijos menores de edad buscan inmunizarlos con un inoculante aprobado por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS)
“Yo ni loca le pongo esa vacuna cubana a mi hijo”, dice una mamá que prefiere omitir su nombre, refiriéndose a la Abdalá y a la Soberana, “ahí me la llegaron a ofrecer a mi casa pero yo no confío en eso, prefiero hacer este enorme sacrificio pero tengo la seguridad que mi hijo obtendrá algo que realmente le va ayudar”, dice la señora.
De inmediato otras personas que estaban alrededor de ella apoyaron este comentario y más de uno se atrevió a decir “qué los nietos de Daniel den el ejemplo a ver poniéndosela” expresa una matagalpina que viajó a vacunarse con una compañera de trabajo.
En el último año, la falta de libertades en Nicaragua y los riesgos de expresar una opinión en contra del gobierno, hacen que cada vez los ciudadanos eviten comentarios sobre situaciones políticas. No obstante, animados por la oscuridad y las condiciones tan adversas en las que se encontraban esa noche, rápidamente se originó un pequeño debate en donde la conclusión fue que este gobierno realmente no se preocupa ni defiende los derechos de sus ciudadanos.
La conversación fue interrumpida por un vendedor de sombrillas que ganándose la vida pregonaba en medio de la oscuridad “última sombrilla, última sombrilla, después no se quejé que ayer llovió”, refiriéndose al aguacero que les tocó soportar a los que acudieron el día sábado
El ansiado momento de ver llegar la aurora fue llegando poco a poco. La muchacha, que preguntaba por la hora a cada momento, vió con alivio como, pese a la neblina y las nubes; unos tenues rayos del sol fueron alumbrando aquel cafetal.
Con la claridad se empezaron a descubrir los estragos de aquella escalada: zapatos totalmente llenos de lodos, ropa sucia y húmeda, más los piquetes de insectos que vieron invadido con asombro su territorio por aquel mar humano.
La odisea de ir al baño
Si hay algo que significó todo un reto paro los nicaragüenses que pernoctaron en ese lugar, fue resolver sus necesidades fisiológicas, sobre todo para las mujeres, algunas se atrevieron a hacer sus necesidades "en el monte", otras menos arriesgadas hacían una fila más para poder acceder a un servicio higiénico que de higiénico nada tenía nada.
Otro problema qué dejó esta jornada de vacunación fue la contaminación de basura. Eran pocas las personas que se preocupaban por llevar su bolsa con los desechos que estaban produciendo. Tristemente el verde cafetal quedó “adornado” de platos descartables, depósitos de alimentos, latas de jugo, gaseosas, sobres de galletas y una serie de desechos sólidos que difícilmente van a ser manejados por la naturaleza.
¡Pasa la voz!
Como aquel juego de ronda en dónde se dice una frase y se va pasando de un oído a otro hasta ver la fidelidad con la que llega al último participante, así se transmitían los mensajes pero, a diferencia del juego, estos sí coincidían con lo que el primer interlocutor dijo: “van a empezar a las 7 y la doctora recomienda comer para evitar desmayos y reacciones adversas”. Esta frase fue subiendo por la montaña y por la enorme fila, que a esa hora el inicio ya casi se juntaba con la cola.
“Los adultos mayores en una fila aparte”, fue otro mensaje que empezó a circular. De inmediato las personas de la tercera edad fueron colocadas en una fila especial para evitar qué siguieran en ese ambiente precario y exponiéndose a un mal mayor.
A eso de las 8.00 de la mañana un barullo y gritos de alegría resonaron por el cafetal. La fila al fin se movía “¡Avancen! ¡Avancen! ¡Que nadie se meta!” eran los gritos más comunes.
Luego de suspender la jornada de vacunación en donde se aplicaría la segunda dosis, por motivo de las elecciones realizadas en el país vecino de Honduras, los nicaragüenses que pudieron aplicar su primera dosis vieron el tiempo reducido y el reloj corrió en su contra.
José Adán Rodríguez Ríos, de la Secretaría de Salud del municipio de San Marcos de Colón, zona fronteriza del departamento de Choluteca, estuvo facilitando información sobre los días en que se continuaría con este proceso. “Vamos a concluir esta jornada el sábado 4 de diciembre”, detalló.
Esto fue ratificado por un comunicado que la Secretaría de Salud emitió en donde informaba que el último día de vacunación en los centros habilitados en El Espino, trabajarían hasta el día sábado 4 de diciembre, mientras que el de Las Manos continuaría aplicando la segunda dosis de Pfizer y Moderna hasta el domingo 5 de diciembre.
Esto motivó a que el número de personas viajando a la frontera norte fuese mucho mayor. El puesto de vacunación que funcionaba en Las Manos se había mantenido con relativa calma y poco asistencia. No obstante, ayer domingo fue abarrotado por lo que se tuvo que poner más personal para atender a los nicaragüenses.
La inmensa fila del cafetal fue dividida en dos y parte de los compatriotas fueron trasladados al área de la carretera, con el cuidado de no ser golpeados por Los pesados vehículos que por ahí transitaban.
A eso de las 11:00 de la mañana el trabajo intenso y maratónico del personal médico, enfermeras y de apoyo de la Secretaría de Salud de Honduras estaba dando resultados. La fila era mucho más pequeña y los nicas que aún llegaban a esa hora eran atendidos ya con más agilidad.
Los funcionarios de la Secretaría de Salud de ese país vecino estiman que al terminar con esta jornada se habrían inmunizado con la segunda dosis de Moderna y Pfizer a más de 35,000 nicaragüenses, ya que en la aplicación de la primera dosis en la zona fronteriza de la comunidad de La Fraternidad y en la ciudad de San Marcos de Colón, El Guasaule y Las Manos fueron inmunizados esa misma cantidad de compatriotas nicas.
De retorno se veía una mezcla de satisfacción y cansancio los grupos se dirigían nuevamente a los vehículos que lo habían trasladado más de 200 kilómetros aproximadamente de su lugar de origen, en algunos casos.
Su calzado y su ropa daba cuenta de la pequeña batalla que acababan de experimentar y que dio lugar para reflexiones de vida "Y eso que solo dormimos una noche a la intemperie, decía una jovencita a su mamá, ¿Te imaginas esa pobre gente que duerme en cartones en las calles siempre?”, reflexionó la adolescente.
Comunicado de último momento
Hoy se dio a conocer a través de la página de Facebook de la alcaldía de San Marcos de Colón que se realizará una nueva jornada de vacunación “en las próximas fechas... ....aperturando la jornada de la segunda dosis en las fronteras para las personas que no pudieron asistir".
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