La reciente donación de algodón por parte del diputado y precandidato presidencial Jorge Cálix al Hospital Escuela ha desatado un torbellino de reacciones, polarizando aún más el ambiente político y social en Honduras. Cálix entregó 900 bolsas de algodón al centro asistencial el viernes 29 de noviembre, con la intención de aliviar la escasez de insumos quirúrgicos que había detenido las cirugías en el hospital durante dos días consecutivos. Sin embargo, el gesto fue rápidamente descalificado por las autoridades del hospital, que señalaron que el algodón donado no era apto para procedimientos médicos, sino que se trataba de un producto cosmético. El Hospital Escuela, el principal centro de atención médica del país, emitió un comunicado aclarando que el algodón entregado por Cálix no cumplía con los estándares requeridos para uso quirúrgico. Según las autoridades del hospital, el insumo no es adecuado para las necesidades de las y los pacientes, lo que levantó la controversia sobre la verdadera utilidad de la donación.

A pesar de las aclaraciones del hospital, el acto no pasó desapercibido en la esfera política. Cálix, quien había visitado el Hospital Escuela para entregar el insumo, respondió contundentemente a las críticas. En un mensaje dirigido a la ministra de Salud, Carla Paredes, quien previamente había minimizado la crisis de insumos en el sistema de salud calificándola como un "problema minúsculo", Cálix expresó: "Aquí está este malnacido, señora ministra. Aquí está ese imbécil haciendo su trabajo, trayendo algodones al Hospital Escuela para que no se paren las cirugías".

El intercambio de acusaciones y descalificaciones entre Cálix y Paredes refleja la creciente tensión dentro del gobierno y entre los diversos actores políticos en el país. La ministra, conocida por su estilo contundente y crudo, había utilizado términos peyorativos como "malnacidos" e "imbéciles" para referirse a quienes cuestionaban su gestión en el sector salud, lo que provocó una oleada de críticas tanto de la oposición como de otros sectores sociales y ciudadanos.

El precio de la donación también se convirtió en un tema de debate. Según investigaciones realizadas por El Heraldo, el costo aproximado de las 10 cajas de algodón entregadas por Cálix es de 12,600 lempiras. Esta cifra se basa en los precios de venta al por mayor en los comercios de la capital, donde el algodón cosmético se vende a un precio que oscila entre los 14 y 18 lempiras por unidad, dependiendo de la cantidad comprada. A pesar de la crítica hacia la donación, el monto invertido por Cálix parece ser relativamente bajo, lo que llevó a la ministra Paredes a calificar la acción de "minúscula" en términos de impacto.

No obstante, la donación de Cálix no solo generó apoyo de sus seguidores, sino también enfrentamientos verbales con otros miembros del panorama político e institucional hondureño. El director del Fondo Social para la Vivienda (FOSOVI) y asesor en comunicaciones de la administración de Xiomara Castro, Gilberto Ríos Munguía, descalificó a Cálix a través de su cuenta en X (antes Twitter), utilizando un tono irónico sobre la cantidad de algodón entregada. "Es bastante (algodón); hay más en esas cajas que en la cabeza de Cálix", escribió Ríos, lo que desató una serie de respuestas, entre ellas la de la diputada Suyapa Figueroa, quien no dudó en responder de manera feroz en defensa de Cálix y en crítica a Ríos, llamando la atención sobre lo que consideró una actitud "absurda".

El debate también se extendió al diputado Fabricio Sandoval, quien atacó a Cálix y cuestionó la falta de transparencia en cuanto al estado de los insumos en el hospital. Aseguró que el Hospital Escuela estaba "abastecido con un 90 % de medicamentos" y sugirió que los problemas del centro de salud capitalino estaban más relacionados con la corrupción y la burocracia que con una falta de insumos. Por su parte, la diputada María Antonieta Mejía del Partido Nacional hondureño se unió a las críticas, ironizando sobre las respuestas de las y los funcionarios del oficialista partido Libertad y Refundación (LIBRE) y cuestionando la gestión del Estado, calificando el problema como algo "minúsculo" que ahora requería "toda una tesis de especificaciones técnicas".

La entrega de algodón por parte de Jorge Cálix se ha convertido en un reflejo de la profunda división política y social en el país y de las tensiones dentro del sector salud, un área que, como señala la oposición, sigue siendo una de las más críticas en Honduras. Mientras algunos defienden la acción de Cálix como un acto de solidaridad frente a la crisis sanitaria, otros lo ven como una estrategia política para capitalizar la insatisfacción social con la gestión de la ministra Carla Paredes.

En definitiva, la donación de 900 bolsas de algodón, aunque pequeña en términos económicos, ha servido para poner en evidencia las grietas del sistema de salud y la politización de los problemas más sensibles del país centroamericano. Con cuatro fotografías en su cuenta de X, Cálix escribió: "La ministra minimizó la falta de algodón, pero esto ha puesto en riesgo la vida de muchos hondureños. ¡Es inaceptable! Exigimos: 1. Soluciones inmediatas al desabastecimiento en los hospitales. 2. La renuncia de Carla Paredes, cuya gestión ha sido perjudicial para nuestra gente. El cambio comienza enfrentando los problemas con valentía y poniendo a las personas en el centro".

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