El deterioro en la salud del general retirado Humberto Ortega Saavedra, hermano del presidente nicaragüense Daniel Ortega, ha generado preocupación y atención mediática tras un informe del Hospital Militar Escuela "Dr. Alejandro Dávila Bolaños", el cual confirmó que Ortega se encuentra en terapia intensiva debido a un choque cardiogénico. Según el comunicado emitido por la dirección del Hospital Militar, el exjefe del Ejército sufrió un "deterioro brusco" la mañana de hoy, domingo 29 de septiembre de 2024, lo que resultó en una alteración de su estado de consciencia y una crítica baja de su presión arterial. Esta es la primera vez que la institución castrense se pronuncia públicamente sobre la salud de Ortega desde que fue colocado bajo arresto domiciliario en mayo de este mismo año.
El Ejército de Nicaragua reveló que Humberto Ortega fue ingresado en el Hospital Militar el pasado 11 de junio, tras una agravación de su condición médica. Ortega, de 77 años, presenta un historial clínico delicado, incluyendo hipertensión arterial crónica, diabetes tipo 2, uso de marcapasos, fibrilación auricular y enfermedad vascular periférica, además de insuficiencia cardíaca crónica. A su llegada al hospital, los médicos ya identificaban signos de sepsis y fallos cardíacos que ponían su vida en peligro. Según el reporte, durante su estancia en cuidados intensivos, el equipo médico logró estabilizar su condición, pero su estado se mantuvo delicado, con atención de especialistas en cardiología, infectología y otros campos.
El contexto en torno a la reclusión de Ortega tiene un tinte político significativo. El arresto domiciliario de facto que pesa sobre él fue decretado por el régimen de su hermano Daniel Ortega, quien lo acusó públicamente de traición. Esta animosidad familiar escaló tras una entrevista que el general retirado concedió al medio argentino Infobae, donde sugirió que el presidente Ortega no tiene un sucesor claro y que lo más sensato sería convocar a elecciones tras su eventual fallecimiento. Estas declaraciones habrían desatado la furia del mandatario y de la vicepresidenta Rosario Murillo, quien se perfila como su posible heredera política.
La entrevista de Humberto Ortega fue seguida rápidamente por un cerco policial en su residencia, donde las autoridades confiscaron sus dispositivos electrónicos y lo dejaron incomunicado. Desde entonces, el exmilitar ha vivido en un estado de aislamiento que, sumado a su frágil salud, refuerza la narrativa de que es tratado como un prisionero político más del régimen, pese a sus pasados vínculos con el poder.
El estado actual de Humberto Ortega refleja no solo la crítica situación médica de uno de los personajes más influyentes en la historia militar y política de Nicaragua, sino también las tensiones internas dentro del círculo familiar Ortega-Murillo. Su posible fallecimiento podría traer consigo un nuevo episodio de incertidumbre para el país centroamericano, tanto en términos de sucesión política como de estabilidad interna.