¿Cuál es el manejo pediátrico para el coronavirus?
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¿Cuál es el manejo pediátrico para el coronavirus?

Lactancia materna, alimentación, vacunas, inmunoestimulantes, complementos vitamínicos y una buena salud mental; esos son los pilares esenciales para mantener fuerte el sistema inmunológico de nuestros niños.


Al comienzo de la pandemia parecía que los niños tenían inmunidad de contagio contra el COVID-19, pero recientemente los datos han mostrado que los niños de todas las edades pueden infectarse. Una revisión de 45 publicaciones mundiales del Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) reveló que entre el 1% y el 5% de los casos diagnosticados de Covid-19 fueron niños, de éstos, más del 90% eran asintomáticos o con leves síntomas que resolvían rápidamente. De los diagnosticados ninguno tenía los tres síntomas cardinales (fiebre, tos, dificultad respiratoria) y en los casos severos los mas afectados fueron los niños lactantes menores de un año en un 5,2%. Los casos críticos fueron el 0,6% en niños de 1 a 5 años con antecedentes de problemas cardíacos, diabetes y obesidad.


La gran proporción de niños asintomáticos hace que sea difícil identificar pacientes pediátricos, quienes podrían ser una fuente para una mayor transmisión y propagación del virus - Fotografía cortesía
La gran proporción de niños asintomáticos hace que sea difícil identificar pacientes pediátricos, quienes podrían ser una fuente para una mayor transmisión y propagación del virus - Fotografía cortesía

Aunque la transmisión de la enfermedad parece ser principalmente por aerosol o contacto, informes recientes indican que un alto porcentaje del virus SARS-CoV-2 se mantiene en hisopados rectales positivos hasta por 24 días. Por lo tanto, la transmisión fecal-oral parece posible. En casos muy raros la enfermedad en los niños podría comenzar con dolor abdominal, vómitos y dolor de cabeza. Otro dato muy relevante es que se debe prestar especial atención a la carga emocional en el cuidado de pacientes pediátricos ya que los niños no cumplen siempre con las normas de higiene y son mas susceptibles a portar el virus e infestar a personas con diferentes comorbilidades.

La gran proporción de niños asintomáticos hace que sea difícil identificar pacientes pediátricos, quienes podrían ser una fuente para una mayor transmisión y propagación del virus. Los niños pueden tener una alta carga viral y quizás no comprendan el concepto de distanciamiento social, lo que aumenta el riesgo de propagación de la enfermedad.


Esta actual pandemia ha afectado a más de 6,6 millones de personas, y en Centroamérica la cifra sobrepasa los 32,000 casos confirmados. El actual tratamiento sugerido incluye el uso de oxígeno, inhalaciones, soporte nutricional, vitaminas y el equilibrio de líquidos y electrolitos. 

De forma particular, en los recién nacidos se considera caso sospechoso a:


- Todo recién nacido cuya madre tenga historia de infección por Covid-19 entre los días 14 antes del nacimiento y 28 después del mismo.

- Recién nacido expuesto a un paciente con Covid-19: familiar, cuidador, personal médico y visitantes.


Así también, se define como caso confirmado al recién nacido con:


- Muestras positivas para Covid-19 de tracto respiratorio o sangre.

- Secuencia génica del virus en muestras de secreciones del tracto respiratorio o sangre.


La lactancia en recién nacidos de madres con el virus


Todos sabemos los beneficios que representa la lactancia materna para los recién nacidos y hasta el momento no se ha demostrado la presencia del SARSCoV-2 en la leche de mujeres con Covid-19 confirmado. Sin embargo, el que una madre con el virus proporcione lactancia representa el mayor riesgo de contagio al recién nacido por el contacto con gotas respiratorias generadas por la madre. Es por ello que se deben enfatizar las medidas de prevención, incluido el lavado de manos antes y después de sostener al recién nacido, el uso de cubre bocas durante el contacto, la desinfección rutinaria de superficies que puedan estar contaminadas y toser o estornudar utilizando un pañuelo desechable o hacerlo en el ángulo interno del codo, con posterior higiene de manos.


Otra opción sería la lactancia materna administrada por un cuidador designado como alternativa para minimizar el contacto directo del recién nacido, con leche materna extraída, hasta que la madre se recupere o se descarte la enfermedad. Para la extracción de la leche la madre debe lavar las manos y mamas antes y después del procedimiento, e indudablemente usar cubre bocas. El equipo se debe lavar entre cada sesión de bombeo, de ser posible por una persona sana. Si la madre se encuentra en un estado crítico la opción final sería fórmula de recién nacido.


Actualmente, no se sabe por qué los niños generalmente desarrollan una enfermedad asintomática, leve, moderada y rara vez crítica, pero podría basarse en las siguientes hipótesis:


1. Presentan menos comorbilidades de riesgo en comparación a los adultos, como obesidad, enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes, enfermedades autoinmunes, etc.


2. La respuesta inmune es diferente en comparación con los adultos, incluidas respuestas inmunes adaptativas innatas fuertes y débiles. Esto puede contribuir a la contención o eliminación efectiva del virus y/o la reducción de procesos inflamatorios y degenerativos que esta enfermedad causa.


3. La exposición frecuente y constante de infecciones víricas van creando inmunidad cruzada y al estar en contacto con pacientes positivos pueden ayudar a los niños a superar el SARS-CoV2 de manera más efectiva.


4. Los niños tienen mas proteínas ACE2 que ayudan al cambio de susceptibilidad y progresión de la enfermedad, protegiendo las células de la infección y controlando la inflamación pulmonar. Dicha hipótesis aún se encuentra en estudio.


Para mantener un sistema inmunológico optimo ante esta pandemia es necesario cumplir con los estándares de higiene, seguridad y salud cotidianos como la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses o el año, inmunización con vacunas según la edad del niño y brindar fórmula enriquecida con hierro, calcio, zinc, DHA, pre y probióticos.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida para lograr los beneficios de inmunidad en los niños recién nacidos; en caso de que esto no fuese posible, existen sustitutos de la leche materna que permiten simular algunos de estos beneficios de inmunidad. Aunque no todas las fórmulas infantiles son iguales, se debe hacer hincapié en que las fórmulas infantiles con cepas probióticas como Lactobacilos Reuteri, B. Longum y L. Rhamnosus disminuyen significativamente infecciones recurrentes del tracto gastrointestinal y respiratorio.


En niños mayores es imprescindible mantener una buena hidratación, tomar al menos cinco raciones entre frutas y verduras al día, productos lácteos bajos en grasa, evitar los alimentos precocinados, comida rápida y azúcares. Se deben evitar los alimentos dulces y enlatados con preservantes; se debe tener calidad de sueño y ejercicio físico. Es fundamental el constante lavado de manos, uso de alcohol gel, limpieza de superficies con cloro y antisépticos, uso de mascarillas y un distanciamiento mayor de 1,5 mts.


Las vitaminas y minerales esenciales que ayudan al sistema inmunológico a combatir las infecciones son:


- Vitamina C: Naranja, limón, guayaba, mango, chiltoma, brócoli, tomate, mandarina.

- Vitamina A: zanahoria, papaya, zapote, pepino, chayote, hojas verdes, mango maduro.

- Vitamina D: huevos, aceite de hígado bacalao.

- Pre y probióticos: yogur, leche agria, avena, linaza, cebada, frijoles, cebolla y ajo.

- Zinc: carnes de res, cerdo y gallina; nueces, granos enteros, legumbres y levadura.


Con respecto a las inmunizaciones de rutina, no llevar a los bebés a aplicarse las vacunas correspondientes aumenta el riesgo de enfermedades e infecciones prevenibles por lo que estarán en mayor riesgo de propagar enfermedades transmisibles, así que la protección por inmunización se vuelve aún más importante.


Nicaragua, en comparación con otros países ante esta pandemia, ha cometido el acto negligente de permitir la venta libre de fármacos que deben obligatoriamente ser entregados bajo supervisión o prescripción médica, ya que (debido al miedo, la costumbre y la desinformación) la población tiene la tendencia de automedicarse con diferentes antibióticos, creando resistencia y/o tolerancia al virus y, finalmente, dificultando la recuperación ante la actual pandemia.

 

Por: Giancarlo López Acuña - Doctor, especialista en urgencias pediátricas, higiene y seguridad alimentaria / Para más información sobre este u otros temas pediátricos puede consultar directamente en Medikids Nicaragua.

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