La difícil vida de las inmigrantes nicaragüenses en España

Organización dice que cada vez es más difícil establecerse legalmente en el país europeo y tener un buen empleo. Mientras las oportunidades disminuyen, la discriminación aumenta.

Por Voces En Libertad | @VocesNi

Migración y derechos humanos

Matagalpa, Nicaragua

Fotografía de Coyuntura

Desde hace varios años, una parte significativa de la población nicaragüense ha optado por migrar a otros países en busca de mejores oportunidades de vida para sostener a sus familias. Desde el año 2018, las razones para emigrar, ya sea de manera regular o irregular, se han incrementado debido al estallido social y político en el país centroamericano.

"La falta de empleo a raíz de los acontecimientos en 2018 y la intensa competencia en el trabajo informal me llevaron a tomar la decisión de salir. Si me hubiera quedado en Nicaragua, la situación de hambre me habría alcanzado, ya que pasé varios meses sin trabajo y mis hijos dependían únicamente de mí", relata "Lucía", una mujer de 32 años que inició su viaje hacia los Estados Unidos de América (EE.UU.) hace dos años.

Ella destaca lo difícil que es tomar la decisión de migrar y dejar atrás toda una vida. Lucía tuvo que viajar de manera ilegal, lo cual la colocó en una situación aún más complicada. "Cuando sabes que el camino que elegirás no es el más apropiado, sientes miedo e incertidumbre; cualquier cosa puede suceder. Dejar a tus hijos, hermanos, padres, tu hogar, puede o no valer la pena, pero no tenía alternativa. Me encomendé a Dios y salí", compartió Lucía.

La travesía fue difícil para Lucía, quien enfrentó hambre y sed. Perdió una de las mochilas que llevaba consigo, donde guardaba fotos familiares, y también tuvo que soportar críticas de algunas personas que la ayudaban a cruzar la frontera.

"A pesar de mi lentitud debido a mi peso, una vez que lo logré, agradecí a Dios por estar viva y por el nuevo comienzo", relató la nicaragüense con un tono melancólico. Afortunadamente, una amiga la esperaba en Estados Unidos y le brindó refugio en su casa, además de ayudarle a encontrar trabajo como afanadora en una tienda.

"Aunque me considero afortunada en comparación con muchos que llegan aquí sin tener a nadie que los espere, no ha sido fácil. Nada es tan sencillo como algunos piensan en mi barrio en Nicaragua, solo porque ven que he podido enviar dinero a mis hijos y mejorar mi vivienda poco a poco. Estar en un país que no es el tuyo y trabajar con el temor constante de que la Policía descubra que soy migrante ilegal no me deja tranquila", reveló Lucía.

Lucía desconoce cuánto tiempo permanecerá en EE.UU. trabajando para mantener a su familia en Nicaragua, pero es consciente de la difícil situación que enfrentan miles de exiliados.

"Mientras el gobierno orteguista no abandone el poder y no haya condiciones para trabajar y ganar lo suficiente para que no falte el arroz y los frijoles, prefiero seguir aquí lavando inodoros. Ojalá algún día pueda traer a mis hijos, que tanta falta me hacen", mencionó.

Nicaragüenses en España

"Olga", abogada y periodista, decidió emigrar a España al no encontrar oportunidades laborales en Nicaragua basadas en sus profesiones.

"Trabajé durante varios años en una revista, pero cerró debido a la presión del gobierno. Me quedé sin opciones, envié solicitudes por todos lados y no conseguí trabajo. Finalmente, estuve trabajando en una tienda de ropa, pero el salario no era suficiente. No me quedó más opción que salir, ya que las deudas me estaban presionando", compartió Olga para este reporte.

La mujer de 27 años se trasladó a España y ahora trabaja cuidando a un señor de 92 años. Con este trabajo, logra mantenerse económicamente y enviar dinero a su familia en Nicaragua.

"No me avergüenza decirlo, porque al menos el salario me permite ayudar a mi familia, quienes cuidan de mi hijo de cinco años. Mi familia comprende el sacrificio que estoy haciendo y por eso me valora. Hay que ignorar lo que la gente pueda decir; creen que todo es fácil, por eso critican y juzgan, pero yo estoy enfocada en pagar mis deudas, construir mi casa, mantener a los míos y después regresar para iniciar algún negocio", confía Olga.

Retos que enfrentan las mujeres

España es otro destino frecuente para los nicaragüenses que emigran, especialmente las mujeres. Silvia Carrizo, socia fundadora de Malen Etxea, una asociación de mujeres inmigrantes en España, el País Vasco y la zona de Guipúzcoa, destaca que estas comunidades son importantes para las nicaragüenses que trabajan en el cuidado de personas mayores dependientes.

"En España, existe un mercado etno-estratificado para las mujeres inmigrantes, donde los nichos laborales se centran en el cuidado de mayores y en actividades vinculadas con servicios sexuales. El 90 por ciento de las mujeres que trabajan en la prostitución y como cuidadoras son mujeres migrantes de todo el mundo", explicó Carrizo.

Según Carrizo, uno de los principales desafíos que enfrentan las mujeres que emigran a España es la Ley de Extranjería, que considera muy perjudicial.

"Esta ley obliga a las personas a la clandestinidad durante tres años, impidiéndoles obtener sus documentos, tener residencia legal y libertad de movimiento. Esto crea condiciones más precarias y empobrecidas para acceder a empleos, ya que no hay homologaciones de formaciones profesionales", señaló Carrizo.

"Conseguir trabajo legalmente y obtener la residencia en España cada vez es más complicado, lo que aumenta la explotación a las mujeres migrantes", agregó. Carrizo subraya que las mujeres migrantes son las más afectadas y que la idea de que llevan una gran vida es equivocada.

En Malen Etxea, enfatizan que muchas mujeres eligen España como destino debido al idioma, lo que facilita su integración.

"Además, en el caso específico de Guipúzcoa, hay una comunidad importante de la ciudad de Somoto. Hace 20 años comenzó una migración desde ese lugar, lo que ha atraído a mujeres de zonas como Somoto, Ocotal, Estelí y Managua", dijo Carrizo.

"Las salvavidas" de la economía de Nicaragua

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 700,000 nicaragüenses eran migrantes hasta mediados de 2020, lo que representa casi el 11 % de la población en Nicaragua. Sin embargo, este número no incluye datos registrados por los principales países receptores ni datos de personas que emigran de manera irregular.

Los tres destinos principales de los nicaragüenses son Costa Rica, EE.UU. y España, seguidos de Panamá y Canadá. Las remesas enviadas por los migrantes nicaragüenses se han convertido en un "salvavidas" para la economía de sus familias en el país centroamericano.

Según el Banco Central de Nicaragua (BCN), los nicaragüenses recibieron 2,215 millones de dólares (2,016 millones de euros) entre enero y junio de 2023 por concepto de remesas familiares, un 58.6% más que en el mismo período de 2022, impulsadas principalmente por las procedentes de los Estados Unidos de América.

Hasta agosto de 2023, el monto de las remesas recibidas en el primer semestre de 2023 (2,215 millones de dólares) supera a los 1,851.4 millones de dólares recibidos en todo 2020.

En los primeros seis meses de 2022, el país recibió 1,396.2 millones de dólares en remesas, 818.8 millones de dólares menos que en los seis primeros meses de 2023, según el informe del banco emisor del Estado.

El aumento de las remesas acumuladas hasta junio de 2023 se explica principalmente por el aumento de los flujos procedentes de EE.UU. y, en menor medida, de Costa Rica, según la entidad.

Lucía no sabe que su sacrificio beneficia también al régimen que ha obligado a miles a abandonar el país, pero ella enfrenta la ironía con la convicción de que cada moneda que envía satisface una necesidad en su familia y les brinda felicidad.

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