La pandemia del Siglo XXI
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La pandemia del Siglo XXI

Esta pandemia nos tenía que llegar. Está relacionada con los cambios en la sociedad y la economía. Cada vez, la población humana mundial se concentra en mayores aglomeraciones, donde la transmisión es más fácil. La mayor parte de la población vive en grandes urbanizaciones y ahí no hay cortafuegos. Puedes impedir la movilidad entre ciudades, pero no dentro de una misma población, salvo que confines a la gente en su casa, una medida muy drástica y necesariamente temporal. Y al mismo tiempo, vivimos en un planeta que está interconectado.


Por: Juan Luis Arsuaga - Paleoantropólogo. Coautor de "La Especia Elegida" y Director del Museo de la Evolución Humana de Burgos, España.


En el mundo ya se reportan más de 21,170,000 casos confirmados de coronavirus y más de 765,000 han fallecido - Fotografía de BigStock
En el mundo ya se reportan más de 21,170,000 casos confirmados de coronavirus y más de 765,000 han fallecido - Fotografía de BigStock

No se puede analizar esta pandemia aisladamente


Están creadas las condiciones que favorecen este tipo de pandemias de enfermedades víricas. Este virus no se puede entender fuera del contexto histórico en el que estamos. Es un virus muy del siglo 21, con lo que en este siglo tendremos problemas que no teníamos en el siglo 20. Es como el virus informático, que es inherente a la informática. Cuando se producen cambios en la sociedad, aparecen problemas nuevos.


Esta crisis ha perjudicado mucho a Hollywood, pero no a Netflix. Y es que a lo mejor, íbamos hacia Netflix, y esta crisis lo que ha hecho ha sido anticiparnos el futuro. Al margen de la tragedia, a lo mejor esto nos ha servido como reflexión para saber hacia dónde vamos.


No se puede analizar un hecho aisladamente. Desde un punto de vista científico-social no es una buena manera de proceder. No podemos analizar una de las variables del Neolítico, como fue el estilo de vida, sin considerar el resto. Ahí cambió la alimentación, la relación con el medio, cambiaron las relaciones sociales, la propiedad. Y más adelante acabó apareciendo la escritura...


La próxima no será como ésta


Creo que no habrá más pandemias como ésta. Porque la incorporaremos a nuestra vida. En Madrid por ejemplo, tenemos unos indicadores de contaminación de óxido de nitrógeno y de CO2. Cuando se disparan las alarmas, ¿qué hacemos? Reducimos el tráfico, por ejemplo. O sea, alteramos nuestros hábitos. Hemos incorporado la contaminación a nuestra sociedad. Hay terremotos, pero se cambiaron las normas de construcción para hacer edificios antisísmicos. Esta pan¬de¬mia, esta variable nueva, se incorporará, como siempre ha ocurrido.


¿Que habrá nuevas pandemias? Inevitablemente. Porque los virus andan por ahí y mutan. Pero cuando haya una alerta por virus, haremos lo mismo que hacemos cuando saltan las alarmas por contaminación. Actuaremos.


Cuando digo que no volveremos a tener una pandemia como ésta, lo digo de la misma manera que en Valencia no tendrán de nuevo una riada como la que tuvieron y que destruyó media ciudad. ¿Por qué? Porque después de eso se desvió el curso del río Turia. Se tomaron medidas, se incorporaron las riadas a la planificación.


¿Esto quiere decir que vamos a vivir como antes? No. Si no hacemos nada, lo que hemos vivido con esta pandemia se repetirá. A lo mejor desarrollamos cámaras infrarrojas que podrán detectar a los contagiados. ¿Durante unos meses al año el número de viajes en avión estará limitado? Puede ser.


Cada virus tiene su peligro


La vida está llena de problemas. Y no es mala cosa. Los muertos no tienen ningún problema. Está bien tener problemas, quiere decir que estamos vivos. Problemas ha habido siempre. Antes teníamos otros: había viruela, pobreza extrema, analfabetismo… ¿Qué haremos con los nuevos problemas? Pues si somos burros, en la próxima riada nos ahogaremos todos, pero si no lo somos, desviaremos el cauce del Turia y convertiremos el antiguo cauce en un jardín.


Yo no creo que la Naturaleza se ha rebelado contra nosotros. No practico el pensamiento mágico, no lleva a ninguna parte. Es un planteamiento religioso. ¡Arrepentíos, pecadores! Esos arrepentimientos tienen las patas muy cortas. Es como cuando te has comido toda la tarta. Te arrepientes mucho, pero al día siguiente te la vuelves a comer.


Esto hay que verlo con la cabeza fría, pero a través de un análisis social. Esto no es una epidemia del siglo 12, sino del siglo 21. Hubo un foco en una remota provincia china y mira cómo estamos en el planeta entero. ¡Y todo esto ha ocurrido en todo el mundo y en unos meses! No tiene precedentes, y no los tiene porque estamos en el año 2020. Conclusión: en el año 2050 habrá otros problemas.


Algunas voces apuntan a una conspiración, a que este coronavirus tiene su origen en un laboratorio… Es irrelevante que el coronavirus tuvo o no su origen en un laboratorio. En general, no creo en las teorías conspiratorias. Que se les haya escapado de un centro de investigación me suena muy raro, pero da igual. Estaría bien saberlo, es interesante, pero no afecta a lo que es fundamental. Y es que, a partir de ahora, tendremos que tener cuidado con los virus, sean naturales o artificiales, da lo mismo.


Cada virus tiene su peligro. Tenemos el VIH, que ya forma parte de nuestra vida y obligó a cambiar hábitos. Las sociedades son organismos vivos que van aprendiendo. Nada es igual que antes. Antaño, las enfermedades de transmisión sexual eran la sífilis y otras de origen bacteriano que se combatían con antibióticos. Luego pasaron a ser víricas. La crisis del coronavirus no tiene precedentes por eso, porque es la nuestra.


¿Aprenderemos...?


Esto puede entrenarnos para lo que pueda venir en un futuro. Y me refiero, por ejemplo, a las consecuencias que se podrían derivar del cambio climático, otra variable de la que se podrían derivar consecuencias. Cuando yo estudiaba, nadie hablaba del cambio climático, no interesaba lo más mínimo. El cambio climático es una variable geopolítica de primer orden y a nivel mundial.


Lo que es un error es pensar en términos medievales. En el siglo 19 la peor crisis que hubo fue la del escarabajo de la patata. En Irlanda acabó con la vida de millones de personas y generó una emigración masiva a América. Y no fue vírica, la provocó un escarabajo. Ahora, nadie cree que pueda haber una crisis de abastecimiento alimentario. De hecho, en esta crisis eso no ha pasado. Cada época tiene su crisis, y hay que tener un poco de perspectiva. En Irlanda, la crisis del escarabajo es ahora mismo un recuerdo. Hoy tienen otras.


En esta pandemia unos países lo han hecho mejor que otros. Lo hemos pagado en vidas humanas. La factura económica viene ahora, y no va a ser barata. Esto me recuerda una frase que utilizamos siempre en Ciencia que dice: “Si crees que el conocimiento es caro, prueba con la ignorancia”. Cuando me preguntan: ¿Usted cree que hemos aprendido algo de esta crisis?, siempre contesto: Lo vamos a ver en unos pocos meses. No lo sé.

 
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