Apagón en el estadio Emilio Williams de Choluteca, Honduras, subraya el problema sistémico en el suministro eléctrico nacional

El ministro de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), Erick Tejada, ha atribuido este tipo de apagones a las altas temperaturas que se registran en el país. No obstante, en esta ocasión dijo que "fue un desperfecto interno a nivel de torres de iluminación del estadio". El aumento en la demanda de energía, especialmente debido al uso generalizado de ventiladores y aires acondicionados para combatir el calor, ha sobrecargado un sistema eléctrico que ya de por sí enfrenta desafíos de infraestructura y mantenimiento.

Por Redacción Central | @CoyunturaNic

Ciudadanía

Choluteca, Honduras

La noche del miércoles 24 de abril de 2024 en Choluteca, Honduras | Fotografía de El Heraldo

En una noche cargada de expectativas y tensiones futbolísticas, el Estadio Emilio Williams, en Choluteca, a más de 160 kilómetros de Tegucigalpa, capital de Honduras, se sumió en la oscuridad, literalmente, y en la polémica, física y metafóricamente, cuando más brillaba la emoción en la cancha. El reloj marcaba el minuto 87 del encuentro entre los Lobos de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) y los actuales campeones -Olimpia-, cuando un repentino corte de energía eléctrica sumió al recinto en la penumbra. Con un marcador 1-0 a su favor, los Lobos celebraban un tanto que podría haber significado mucho más que una simple victoria.

El gol, marcado por Jefryn Macías tras un error defensivo, no solo fue el detonante de la algarabía en las gradas, sino también un momento crucial en la contienda deportiva. Sin embargo, la interrupción abrupta del suministro eléctrico cambió el rumbo del partido de manera inesperada.

Según las disposiciones reglamentarias vigentes, cualquier interrupción similar después del minuto 85 implica la suspensión del partido. Esta normativa, concebida para mantener la integridad y equidad de la competición, tomó protagonismo en medio del desconcierto que envolvía a jugadores, cuerpo técnico y aficionados por igual.

Para el equipo más afectado por esta situación, el Olimpia, el apagón representó un giro inesperado en su camino hacia el campeonato. Con tres puntos de ventaja sobre los Lobos antes del inicio del partido, el empate obtenido en otra sede en esta misma jornada ya había planteado un escenario tenso. Sin embargo, la igualdad en la tabla, con ambos equipos acumulando 30 unidades, añadió una dosis extra de incertidumbre a la recta final del campeonato.

La próxima jornada promete ser decisiva, ya sea para definir al nuevo inquilino de la Liga de Ascenso o para determinar si habrá una "final" a doble partido por la permanencia. En un torneo marcado por la paridad y la intensidad, cada punto y cada gol adquieren una importancia vital en la lucha por los objetivos deportivos.

Mientras tanto, en la ciudad, el apagón en el estadio la noche del miércoles 24 de abril de 2024 sirve como un reflejo de los problemas más amplios que enfrenta la sociedad en materia de suministro eléctrico, porque en la calle había iluminación, más no en el terreno de juego. La interrupción repentina de la energía eléctrica en un espacio público de gran relevancia como un estadio de fútbol subraya la precariedad de la infraestructura energética en la región.

Las altas temperaturas que azotan la ciudad, según explicaciones del ministro de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), Erick Tejada, contribuyen al aumento en la demanda de energía, especialmente por el uso extendido de dispositivos de refrigeración. Pero el jueves 25 de abril de 2024 dijo: "El reporte preliminar que nos llega del equipo de la ENEE es que todo estaba en línea en la zona y que probablemente fue un desperfecto interno a nivel de torres de iluminación del estadio". Esta situación pone a prueba un sistema eléctrico que se revela como frágil ante las exigencias del clima y las necesidades de la población.

A los apagones imprevistos se suman las interrupciones programadas debido a proyectos de mejora de la infraestructura energética. Aunque estas iniciativas están destinadas a mejorar la calidad del servicio en áreas específicas, su ejecución ha generado molestias adicionales para las y los ciudadanos, quienes enfrentan no solo la incomodidad de quedarse sin electricidad, sino también los costos adicionales asociados con la reparación o reemplazo de electrodomésticos dañados, o productos, o tiempo de trabajo perdido.

En medio de este panorama, el apagón en el Estadio Emilio Williams sirve como un recordatorio de las vulnerabilidades de un sistema energético que no solo afecta la esfera deportiva, sino también la vida cotidiana de los ciudadanos. La necesidad de inversiones y mejoras en la infraestructura eléctrica se vuelve más urgente que nunca, ya que la fiabilidad y disponibilidad de la energía eléctrica son fundamentales para el desarrollo y bienestar de la comunidad en su conjunto.

El incidente en el estadio, por lo tanto, no solo plantea interrogantes sobre el futuro inmediato de los equipos de fútbol involucrados, sino también sobre los desafíos más amplios que enfrenta la sociedad en materia de suministro eléctrico. En un país donde el fútbol es más que un deporte, donde es un reflejo de la identidad y pasión de su gente, el apagón en el Estadio Emilio Williams se convierte en un símbolo de las sombras que aún acechan en el camino hacia un futuro más brillante, prospero y digno para la ciudadanía y su tiempo libre. Las personas siguen reclamando por los largos días sin fluido eléctrico.

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