Carmen Chamorro es una joven politóloga y activista que forma parte de Construimos, una organización política que surgió a raíz de la crisis socio-política de Nicaragua y actualmente es una de las 103 organizaciones que conforma la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
En esta entrevista a profundidad de cara al análisis del contexto, Chamorro emite sus juicios y valoraciones acerca de las recientes movidas en el tablero de los bloques que se oponen al Gobierno de Daniel Ortega, además, da a conocer las posiciones de los espacios que integra y comparte las perspectivas de lo que probablemente ocurra en lo que resta del año.
¿Qué es Construimos y cómo trabajan?
"Construimos es una organización de jóvenes que se funda a raíz de la crisis socio política de 2018. Empezamos apoyando en la parte humanitaria e incidencia; luego empezamos a trabajar nuestra propuesta de país y sacamos nuestro programa que se lo presentamos a varias organizaciones. Nosotros no somos una organización tan grande, somos pocas personas, pero nos enfocamos en trabajar de cara a las propuestas como la Agenda Nación. Hemos estado trabajando en un Plan de Gobierno en conjunto con otras organizaciones y también las reformas electorales a profundidad. Es un trabajo que nos ha ayudado a consolidarnos".
¿Por qué haces énfasis en que no son un grupo tan grande?
"Yo lo menciono porque eso es lo que nos preguntan siempre; que a quiénes representamos, que quiénes somos, que nadie nos conoce, que somos unos poquitos. Pero es la realidad de todos los movimientos sociales y políticos ahorita. Nos hemos visto reducidos a causa de la desconfianza y la represión. No tenemos la accesibilidad que quisiéramos tener; trabajamos de una manera que nos permita tener confianza entre nosotros y no nos hemos enfocado en que nos vean como un grupo enorme, sino un grupo que se identifique con las propuestas que trabaja".
¿Construimos aspira a ser un partido político o una ONG?
"Somos un movimiento político. Hemos discutido lo que nos depara el futuro; evidentemente no podemos decir una cosa con certeza en este momento, pero sí está sobre la mesa llegar a ser un partido, no voy a decir que no, pero este no es el momento. Creemos que para llegar a aspirar a algo así necesitamos hacer antes algunas transformaciones sistémicas. Más que aspirar a ser un partido nacional, aspiramos a lograr organizar localmente a grupos o movimientos sociales que quieran ser partidos locales, eso no implica que Construimos lo va a ser, pero lo que nos interesa es que haya autonomía local porque actualmente la Ley Electoral no lo contempla. Estamos convencidos que para lograr los cambios que proponemos, tenemos que hacerlo incidiendo donde se toman las decisiones".
¿Lo dices por su participación en la UNAB o en la Coalición?
"Nosotros estamos en varios espacios. Tratamos de trabajar el tema de las alianzas, porque para lograr la salida de la dictadura necesitamos trabajar unidos y unidas, y en conjunto. Nosotros con quien más nos identificamos ahorita es con la UNAB; trabajamos también con la Articulación de Movimientos Sociales, estamos trabajando con la Plataforma de Acción Cívica Centroamericana y estamos en la Red de Innovación Política Latinoamericana. En cada espacio mantenemos nuestra autonomía como organización y llevamos nuestro programa político a todos los espacios".
¿Qué tiene de nuevo o de diferente la propuesta política de su organización?
"Nuestro programa plantea los problemas de fondo que por mucho tiempo se han venido poniendo a un lado. No queremos imponer una agenda país a la gente, queremos abrir la discusión para que la gente sea consultada. Como primera instancia nosotros proponemos que se haga una Asamblea Constituyente, libre y soberana; en este contexto de dictadura no se puede hacer, pero, ¿qué implica esa Constituyente? Volver a revisar los puntos que en la constitución fueron maniobrados para favorecer a la dictadura y también agregar nuevos derechos, derechos que históricamente no han sido reconocidos o han sido violados, tanto en educación, salud, autonomía, participación ciudadana".
¿Cómo se han sentido en la UNAB?
"Desde afuera hay muchas concepciones erróneas respecto a la Unidad. Se ha dicho que prevalecen los intereses de unos cuantos o que nos manipulan ciertas personas o grupos. Yo te voy a decir que eso es completamente falso. En Construimos le hemos apostado a la Unidad desde un inicio y yo confío en la manera en que se han llevado a cabo los mecanismos de elección; a las juventudes se nos ha dado el espacio y podemos participar en las construcciones desde cada una de las comisiones. Yo me he sentido tomada en cuenta, no se me excluye, nadie pasa por encima de mi. El 80% de los que trabajan en comisiones somos jóvenes".
A propósito de que los jóvenes de la UNAB decidieron integrarse a la Coalición. ¿Cómo lo valoras?
"Esa decisión está muy bien, por varias razones. Ese espacio en la Coalición es necesario, para bien o para mal, y la única manera de salir de esta dictadura va a ser en unidad. Pero, mientras no se logre cambiar la correlación de fuerzas dentro de la Coalición, van a seguir imponiéndose los intereses de los mismos de siempre, sin embargo, para transformar esa dinámica dentro de la Coalición, necesitamos ampliar ese espacio con la participación de los jóvenes y los sectores que todavía no se han unido con el fin de transparentar cómo se toman las decisiones".
¿Qué tanto le apuestas a la Coalición?
"Nosotros tenemos una posición bien clara: apoyamos a la Coalición si se dan ciertos cambios; lo mismo será con el tema de las elecciones. A la Coalición le exigimos no estar dominada por partidos y fuerzas tradicionales, y que todos los sectores tengan voz y voto. La Coalición debe apostar a un cambio del sistema y no solamente a un cambio de Gobierno. Hay que tener claridad ante la dictadura, sobre todo los partidos y organizaciones que tienen compromisos y o cargos dentro del actual Gobierno y que ponen mil excusas para no renunciar, incluso las relaciones que los empresarios mantienen con el Gobierno. Todos deben mostrar una posición fuerte y firme frente a la dictadura.
Además, le exigimos a la Coalición el compromiso con las víctimas. No puede haber ningún tipo de negociación en cuanto a la justicia y a la impunidad, eso no lo podemos permitir; el tema de la justicia no entra a discusión. Si la Coalición toma un camino diferente al que hemos visionado, tendremos que valorar si realmente vale la pena estar ahí. La apuesta tiene que ser la Coalición pero eso no quiere decir que le vamos a dar un cheque en blanco ni a la Coalición ni a nadie. Si en la Coalición las cúpulas empiezan a decidir cosas que se contradicen a lo que la ciudadanía está pidiendo, vamos a tener que separarnos de ahí".
¿Qué opinas sobre los que están y no están, y los que han decidido no estar del todo?
"Eso es grave. Es otra cosa de la que hay que estar pendiente. Yo sé que esta pregunta me la haces por el CxL, la Alianza Cívica, por AUN también, pero, mi pregunta es: ¿Qué alternativas tienen ellos? ¿Van a trabajar en construir una casilla electoral con el CxL? ¿Van a dividir a la oposición? No tengo certeza, pero sí creo que eso no le favorece a nadie, mas bien hay que apuntar a unificar los espacios. Tanto la Alianza como CxL no han querido soltar las cuotas de poder que ellos tienen; no son capaces de negociar cosas que no están dentro de sus agendas".
¿Se descarta que la UNAB salga de la Coalición?
"No lo descarto, pero tampoco puedo decir sí o no, porque las decisiones en la UNAB se toman de manera asamblearia. Son 103 organizaciones, más el ingreso de los consejos municipales. La UNAB sí ha dejado clara algunas posiciones respecto a la Coalición, por ejemplo, el que esta no puede ser electorera nada más, el tema de la justicia, el tema de la transformación estructural; si eso no se cumple, si no logramos encausar eso a tiempo, lo mejor es retirarse".
¿A qué ritmo juega o trabaja la oposición?
"Vamos a varios ritmos. Vamos al ritmo de la ciudadanía y de los territorios, y ahorita eso es lo más importante, la organización en los departamentos y municipios, a pesar de los limites que impone la represión. Ha sido un trabajo semi clandestino y es todo un trabajo de fondo. Hay tanta gente trabajando que creo que vamos rapidísimo. Como sabemos que falta un año para las elecciones, mucha gente se está preparando de cara a eso. No quiero decir que estamos a favor de las elecciones, hay precondiciones que consideramos fundamentales para poder ir a un proceso, pero no nos podemos quedar de brazos cruzados esperando hasta el ultimo momento, y también hay que trabajar desde ya las alternativas en caso de que se decida no participar".
¿Por dónde se le puede llegar a Ortega, estratégicamente hablando?
"Este tema es complejo. En el 2018 se intentó llegar a ciertos tipos de acuerdos y negociaciones con Ortega; desde el inicio le hemos estado apostando a una salida cívica y pacífica, no hemos buscado la confrontación violenta y mucho menos que el conflicto se prolongue. No podemos obviar que el Gobierno no ha contado con voluntad política de ceder en nada, eso ha quedado claro, y cada vez empeora. Ahora, con el caso de estas tres leyes que van dirigidas a criminalizar a la oposición y a toda la ciudadanía en general: esa forma de criminalizar que va en aumento no nos permite ese acercamiento que se quisiera tener.
Hubo dos intentos donde no se ha llegado a nada. El Gobierno no cumple con ninguna recomendación dada por la comunidad internacional, entonces, ¿Qué te hace pensar que esta vez sí lo van a hacer? Seguimos teniendo una correlación de fuerzas que no nos favorece y mientras eso se mantenga es difícil generar presión directa. Pero, para poder llegar al régimen, sea cual sea la vía, hay que estar organizados en todos los rincones del país.
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