La infraestructura vial de Guatemala enfrenta una serie de desafíos significativos en forma de socavones, hundimientos y deslizamientos de tierra, que ponen en peligro la circulación vehicular y amenazan la seguridad de las y los ciudadanos. Desde el gigantesco hundimiento en el kilómetro 17.5 de la ruta CA-9 hasta un nuevo socavón en la carretera a El Salvador, las autoridades se esfuerzan por abordar estos problemas de manera oportuna y efectiva, según detallan, pero la situación solo se agrava.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Ciudad de Guatemala, Guatemala
El paisaje de Guatemala se ve marcado por una serie de socavones y hundimientos en sus carreteras y calles, revelando un preocupante problema de infraestructura que impacta no solo en la movilidad vehicular, sino en la seguridad de sus ciudadanos. Estos incidentes han dejado una costosa factura tanto en términos económicos como en riesgos humanos. La situación se ha agravado con bloqueos que generan varios kilómetros de estancamientos y disputas de responsabilidad entre entidades gubernamentales, dejando a la población en un estado de incertidumbre.
Hoy, exploramos los acontecimientos que han afectado a las rutas en Guatemala y la lucha constante por la reparación de los daños, además de la incertidumbre que enfrentan las comunidades cercanas y la ciudadanía en general que transita todos los días por las carreteras del territorio.
En el kilómetro 17.5 de la Ruta CA-9: un puente a la deriva
Hace casi 100 días, en el kilómetro 17.5 de la Ruta CA-9, conocida como la Ruta al Pacífico, un hundimiento se convirtió en una pesadilla para las y los conductores y una preocupación constante para las autoridades. El suceso ocurrió el jueves 03 de agosto de 2023, cuando varios carriles se hundieron debido al colapso de una transversal de aguas del río Platanitos. El proceso de reparación de este hundimiento ha sido un desafío. Inicialmente, se perforaron y fundieron 12 pilotes de 28 metros de profundidad, seis en cada extremo del puente. Estos pilotes son cruciales para la fundación del nuevo puente de cinco carriles que se construirá en la zona.
Sin embargo, la fase de perforación y fundición tomó más tiempo de lo previsto debido a varios obstáculos. En primer lugar, se tuvo que coordinar con la empresa eléctrica para retirar un poste, lo que retrasó la obra en aproximadamente cinco días. Pero el problema más significativo fueron, según el oficialismo, los bloqueos y manifestaciones en el país durante el último mes, lo que dificultó el transporte de trabajadores y material al lugar de la construcción.
El portavoz de la Unidad Ejecutora de Conservación Vial (COVIAL), Luisiño Sánchez, expresó que la obra, inicialmente programada para finalizarse a mediados de noviembre, se retrasaría hasta principios o finales del mes de diciembre debido a estos problemas, y gracias a las lluvias que no han cesado en las últimas semanas.
El socavón en Ciudad San Cristóbal en Mixco: un conflicto de responsabilidades
El drama de los socavones no se limita a la Ruta CA-9. Un socavón en Ciudad San Cristóbal, Mixco, ha comenzado a amenazar la movilidad en la zona. El problema se ubica en la interconexión entre Las Charcas y Ciudad San Cristóbal, una ruta transitada por aproximadamente 35,000 vehículos diariamente. La formación de este socavón se ha atribuido a una bajada de agua y al colapso de las cunetas que conducen los residuos pluviales. Sin embargo, lo que complica aún más la situación es la disputa sobre quién es responsable de abordar el problema de infraestructura y seguridad ciudadana. La municipalidad de Mixco asegura que la ruta en cuestión es de competencia nacional y, por lo tanto, la responsabilidad recae en COVIAL. Por su parte, esta entidad argumenta que su jurisdicción se extiende solo hasta dos kilómetros y medio antes del socavón.
Esta disputa ha dejado a la población en una situación de riesgo, ya que la administración actual de COVIAL se encuentra en proceso de transición, lo que dificulta aún más la resolución del problema. Las y los ciudadanos, consultados por este medio, temen que la falta de acción pueda provocar un incidente mayor.
Hasta la fecha, el departamento de Guatemala ha experimentado siete hundimientos y socavones en rutas importantes, según una verificación del equipo de COYUNTURA, que han tenido un impacto significativo en la circulación vehicular, en la infraestructura general y en la vida ciudadana. La temporada de lluvia de 2023 también ha traído consigo derrumbes y deslizamientos en el área metropolitana, causando atascos vehiculares de hasta siete horas, como sucedió este martes 07 de noviembre, desde Villa Nueva, pasando por Amatitlán, hasta Palín, en donde las autoridades de COVIAL realizaban reparaciones.
En la Ruta al Pacífico, se han identificado al menos cuatro socavones y dos derrumbes, que aún requieren trabajos de mitigación, los cuales están en curso según las autoridades. Estos desafíos ponen en peligro tanto a las comunidades cercanas como a los automovilistas que transitan por estas vías.
COVIAL ha estado trabajando en la construcción de muros de suelo anclado en varios puntos críticos de la Ruta al Pacífico, como el kilómetro 11.8 y el 12.1, donde el terreno se ha derrumbado. A pesar de que se emitió una alerta sobre estos problemas en abril, los trabajos comenzaron hasta el mes de agosto, lo que refleja la lentitud en la respuesta a estas amenazas.
El socavón más reciente, en el kilómetro 26.2 de la Carretera a El Salvador
La situación de los socavones en Guatemala parece no tener fin. El último episodio se desarrolló en el kilómetro 26.2 de la carretera a El Salvador. Este socavón, con dimensiones impresionantes, mide 16 metros de profundidad, 24 de largo y 15 de ancho. Se ubica en el carril derecho que va hacia el oriente, y su formación se atribuye al desfogue de aguas de un canal proveniente de una propiedad privada. La respuesta a este nuevo problema es incierta, ya que COVIAL ha indicado que será necesario adjudicar un proyecto nuevo para abordar la emergencia. La población cercana expresó este martes 07 de noviembre su preocupación por la falta de acción inmediata, temiendo que el socavón pueda crecer y causar una tragedia.
A pesar de que la temporada de lluvias de 2023 no ha sido tan intensa como la del año pasado, Guatemala ha enfrentado múltiples emergencias en su red vial y en las estructuras de vivienda. Las precipitaciones recientes han dejado a más de 26,000 afectados, según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED). Las áreas más afectadas incluyen Cobán, Santa Cruz Verapaz, San Pedro Soloma, Colotenango, Morales, Puerto Barrios, Melchor de Mencos, Cunén y Totonicapán.
Los socavones y hundimientos, además de los deslizamientos y las fuertes corrientes de agua y hasta lodo, también han tenido un impacto significativo en la economía guatemalteca. La infraestructura vial dañada afecta el transporte de mercancías y la movilidad de la población, lo que genera costos adicionales y riesgos para la seguridad y el desarrollo diario.
Los socavones y hundimientos en las rutas de Guatemala son un recordatorio crítico de la necesidad de abordar la infraestructura deteriorada de manera urgente. La disputa de responsabilidades entre entidades gubernamentales solo agrava la situación, dejando a las comunidades en un estado de incertidumbre y riesgo constante. Mientras las lluvias siguen afectando al país centroamericano, es crucial que las autoridades se unan para abordar estos problemas y brindar soluciones efectivas que garanticen la seguridad y movilidad de los ciudadanos de forma integral.
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