"La amenaza de hoy no viene de afuera: nace desde adentro". Militantes históricos del FSLN cuestionan por primera vez el ejercicio del poder monárquico de los Ortega Murillo
- Redacción Central
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Por primera vez en casi dos décadas, una voz colectiva proveniente, supuestamente, de las entrañas históricas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) emerge con fuerza para cuestionar no a la oposición ni a los factores externos, sino al propio ejercicio del poder dentro del oficialismo nicaragüense. Un comunicado firmado por combatientes históricos, exmiembros del Servicio Militar Patriótico y oficiales retirados del Ejército Nacional —distribuido en canales internos del partido gobernante y filtrado este viernes a COYUNTURA— marca un punto de inflexión en la narrativa monolítica que el sandinismo oficial ha sostenido desde su retorno al régimen monárquico en 2007.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
Un documento de origen desconocido, supuestamente de canales internos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), comenzó a circular esta mañana en redes cerradas y grupos privados vinculados con el oficialismo en Nicaragua. COYUNTURA ha confirmado la recepción de este archivo por múltiples fuentes independientes, aunque su contenido íntegro aún no ha sido publicado abiertamente en medios tradicionales ni por otras plataformas verificadas de noticias.
La aparición de este tipo de documentos en contextos políticos cerrados no es casual; ocurre en momentos en que las estructuras de poder enfrentan tensiones internas, fracturas y procesos de reconfiguración política, tras un 2025 repleto de acusaciones contra funcionarios estatales y líderes del FSLN. Para entender la gravedad de la filtración y sus potenciales efectos en Nicaragua, es imprescindible ubicarla dentro del panorama político y social que atraviesa el país centroamericano bajo el dominio de Daniel Ortega y su esposa y comandataria Rosario Murillo, en el primer año del sistema de Copresidencia.
FSLN: de movimiento revolucionario a partido hegemónico
El FSLN, fundado en la década de 1960 como organización político-militar inspirada en el pensamiento de Augusto César Sandino, lideró en parte la Revolución Ciudadana que derrocó a la dictadura de la familia Somoza en 1979 y se consolidó como partido hegemónico en la política nicaragüense durante buena parte de las últimas décadas.
Sin embargo, las características de su ejercicio del poder han cambiado sustancialmente desde la década de 2000. Tras su retorno al gobierno en 2007 bajo el liderazgo de Daniel Ortega, el partido ha ido transformándose en un actor que concentra poderes institucionales, reprime disidencias y ciudadanía en general, restringe el espacio democrático y la nacionalización.
Hoy, el FSLN ya no es únicamente un partido con un programa político tradicionalmente autoritario, sino una máquina de poder multifactorial que combina control del Estado, del sistema electoral y del sistema de justicia, y de los principales resortes institucionales, y que ha sido descrita por organismos de derechos humanos y analistas independientes como un "régimen autoritario cerrado, de extrema izquierda".
El contexto de desdemocratización y represión
Desde las protestas iniciadas en abril de 2018, que dejaron más de 350 muertos y miles de detenciones autorizadas por el Ejecutivo, la respuesta estatal fue una represión sostenida contra opositores, activistas, religiosos, periodistas, catedráticos, cuerpos diplomáticos, funcionarios estatales y redes de protesta social, una narrativa que la administración sandinista define como "necesaria" y "patriótica" para la estabilidad nacional.
La legislación aprobada desde entonces, incluyendo la llamada Ley de la Soberanía, una reforma total de la Constitución Política, la Ley de Defensa, y muchas otros cambios, ha permitido detenciones arbitrarias, inhibiciones políticas y la prohibición de funcionarios críticos de participar en procesos electorales, consolidando un sistema donde el pluralismo político efectivo ha sido severamente restringido.
Adicionalmente, informes contemporáneos señalan que organismos nacionales e internacionales han documentado prácticas de persecución política transnacional, cierre de espacios cívicos, medios de comunicación y universidades, y uso de estructuras estatales para silenciar voces críticas u opositoras.
Purgas, tensiones internas y la transición de poder
Durante 2025, analistas políticos destacaron un fenómeno de reconfiguración dentro del FSLN que algunos describen como una transición del "orteguismo" hacia un "murillismo" más centrado en la compañera, copresidenta, vocera oficialista y cónyuge del copresidente. El efecto político, institucional y partidario ha sido la remoción de figuras tradicionales del sandinismo histórico y su sustitución por cuadros leales al entorno cercano de Murillo.
Esta dinámica ha acompañado purgas, desplazamientos de poder y ajustes internos que no siempre son públicos pero sí palpables en la reorganización de estructuras de toma de decisiones dentro del partido. Al menos 3,000 empleados públicos habrían sido despedidos desde noviembre de 2024.
Filtraciones y fragmentación: ¿el signo de una crisis interna?
En sistemas políticos cerrados como el que ejerce el FSLN, filtraciones internas suelen ser indicadoras de tensiones profundas: resentimientos entre facciones, desacuerdos sobre la línea política, lucha por el control futuro del aparato de poder o conflictos por la sucesión. "El regreso del FSLN en 2007 no fue un accidente histórico: fue fruto de la conducción del comandante Daniel Ortega Saavedra, guía indiscutible de nuestro movimiento, pero también del sacrificio, la visión y el aporte de muchos cuadros y militantes curtidos en la guerra, en los barrios, en los talleres, en los campos, que desde la década de los ochenta y los setenta, han sostenido nuestra bandera con sacrificio y convicción. Todos ellos aportaron no solo al retorno al gobierno, sino a la alianza obrera, empresarial, laboral y popular que ha sostenido estos años de gestión", cita el documento.
Dado que no hay versiones oficiales difundidas del archivo filtrado, su existencia misma —ahora distribuida en círculos cerrados— puede señalar la existencia de fricciones importantes en el seno del partido. Este tipo de dinámicas preceden, en ocasiones, a crisis de legitimidad interna que pueden repercutir en la estabilidad del régimen.
"Los logros alcanzados están bajo amenaza. No por la oposición que estalló con fuerza en el 2018, sino por algo mucho más peligroso: las ambiciones desmedidas de quienes, sin la legitimidad histórica ni el reconocimiento de las bases, han colocado sus intereses personales por encima del proyecto revolucionario. Decirlo con claridad no es traición: es lealtad al pueblo, y a esa Revolución que juramos defender. Lo que hoy nos amenaza no viene de afuera: nace desde adentro", señala el comunicado interno.
Interpretaciones mediáticas y sociales
Si bien los medios oficiales como El 19 Digital continúan difundiendo logros gubernamentales sobre desarrollo social, económico y diplomático cerrando el año 2025, los medios independientes y exiliados documentan un contexto de crisis política, cierre del espacio democrático y violencia estatal sin límites.
Este contraste entre narrativa oficial y realidad documentada por organismos externos es parte de la compleja realidad mediática en Nicaragua, donde los canales de comunicación oficiales tienden a monopolizar la información pública mientras que la prensa independiente enfrenta obstáculos sistemáticos.
"No es un secreto que cuadros históricos, militantes de larga trayectoria, están en prisión o han fallecido privados de libertad sin juicio alguno. El comandante Humberto Ortega murió en el Hospital Militar en septiembre de 2024, en condición de preso. Hoy permanecen detenidos el comandante de la Revolución, Bayardo Arce Castaño, el general de Brigada Álvaro Baltodano, el coronel.
Rodolfo Castillo, el compañero Néstor Moncada. Está también preso el compañero Carlos Fonseca Terán y los integrantes de 'La Comuna', jóvenes militantes que representan la nueva savia revolucionaria". El reclamo es evidente.
Una filtración que abre preguntas sin respuestas
La circulación de documentos internos en este contexto —independientemente de su contenido— es una señal de que las fuentes tradicionales de información oficial no controlan por completo el flujo de narrativas dentro de las élites sandinistas. Si estos documentos reflejan divergencias sobre estrategia política, sucesión de liderazgo o reformas internas, su impacto podría ser significativo en el corto plazo.
"Sabemos que más de cien militantes del FSLN y funcionarios del gobierno están encarcelados", explica el documento. "¿Su delito? ¿Opinar? ¿Criticar? ¿Acaso olvidamos que el FSLN nos formó para ser críticos, irreverentes ante la injusticia, incapaces de callar frente a
lo incorrecto? ¡Nos enseñaron que no existen vacas sagradas! Hoy, recién llegados disfrutan los privilegios del poder mientras hermanos de lucha padecen cárcel, exilio interno y hambre. La ética sandinista —esa que nació en la montaña y en las barricadas— ha sido herida. Pero no está muerta", señalan las voces sandinistas disidentes.
"Muchos callan por miedo o prudencia. Pero el miedo no es para siempre en un pueblo que ya una vez derrotó a un ejército, a dictaduras y a imperios. Hoy convocamos a la reflexión profunda, al rescate del espíritu revolucionario: la crítica y la autocrítica. Si corregimos el rumbo, seremos más fuertes y desplazamos a los
que destruyen el sandinismo desde adentro. Si no corrigen, actuaremos fieles al juramento histórico del FSLN:
'Ante la imagen de Augusto Sandino y Ernesto Che Guevara,
ante el recuerdo de los héroes y mártires de Nicaragua,
América Latina y la humanidad entera, ante la historia. Pongo
mi mano sobre la bandera roja y negra que significa Patria
libre o morir, y juro defender con las armas en la mano el
decoro nacional y combatir por la redención de los oprimidos y
explotados de Nicaragua'".
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