El campo laboral de los servicios de entrega está siendo transformado por la creciente participación de las mujeres. Lo que solía ser un ámbito dominado por hombres en motocicletas, ahora se abre paso a una nueva realidad laboral. Impulsadas por la falta de empleos formales y salarios insuficientes, estas mujeres se adentran en el mundo de los servicios de entrega, enfrentando tanto desafíos como oportunidades. Sin embargo, esta incursión no está exenta de riesgos, ya que el trabajo conlleva un alto peligro en las calles.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
En Nicaragua, las mujeres están rompiendo barreras en el campo laboral de los servicios de entrega. Lo que antes estaba dominado por hombres que manejaban motocicletas, ha comenzado a cambiar gradualmente. Durante la pandemia de Covid-19, este sector experimentó un auge significativo y, ahora, se observa un aumento en el número de mujeres que se dedican a este tipo de trabajo, en ciudades como Managua, León, Estelí y Matagalpa.
Muchas de las mujeres consultadas para este texto, en la capital nicaragüense, explican que se han visto obligadas a ingresar a este campo laboral debido a la falta de otras oportunidades de empleo. Los pocos trabajos disponibles no superan el salario mínimo en Nicaragua, que ronda los seis mil córdobas para este sector. Ante esta situación, se han abierto camino en los servicios de entrega como una forma de generar ingresos.
Según las repartidoras entrevistadas, un "turno" de trabajo puede generar ingresos diarios que oscilan entre los 400 y 600 córdobas, sobre todo durante el turno nocturno, cuando se registra una mayor actividad de pedidos. Estos ingresos, aunque modestos, representan una opción para muchas mujeres en un contexto económico desafiante.
Sin embargo, el campo laboral de los servicios de entrega conlleva un alto riesgo. Las estadísticas oficiales de la Policía Nacional indican que en el año 2022 hubo un aumento del 6 % en las muertes por accidentes de tránsito en el país en comparación con el año anterior, lo que resultó en casi 700 víctimas fatales.
Las mujeres que trabajan como repartidoras califican este empleo como de alto riesgo debido a que deben movilizarse en motocicletas, vehículos que están entre los más afectados en los accidentes de tránsito que abruman las estadísticas. En un entorno urbano como la capital, manejar una moto requiere precaución constante y enfrentarse a conductores de taxis o autobuses que realizan maniobras peligrosas en las vías públicas.
El uso de los servicios de entrega ha trascendido a diversos sectores comerciales en Nicaragua. Supermercados, farmacias, restaurantes de comida rápida, tiendas de conveniencia e incluso las populares fritangas se suman a la lista de negocios que hacen uso de este servicio para llegar a sus clientes.
La demanda de los servicios de entrega ha crecido de manera significativa, y ahora incluso tiendas de ropa, calzado y pequeños negocios de distribuidoras se están sumando a esta tendencia. Los propietarios de establecimientos comerciales aseguran que la implementación de este servicio ha aumentado sus ventas hasta en un 60%, lo que impulsa aún más la demanda de empleo en este sector.
Martha, una de las repartidoras, enciende su moto Pulsar y se prepara para hacer una entrega de medicamentos solicitada por un cliente. Su testimonio refleja cómo esta modalidad de entrega a domicilio está influyendo positivamente en la economía local y brindando oportunidades de empleo para mujeres.
A pesar de los beneficios económicos y la creciente demanda de servicios de entrega -cuyas ganancias han generado un incremento de hasta un 60 % en las ventas de pequeños y medianos establecimientos comerciales, según propietarios-, es crucial tener en cuenta los riesgos asociados con este trabajo. Se requiere una mayor conciencia sobre la seguridad vial y la implementación de medidas para proteger tanto a los repartidores como a otros usuarios de las vías.
Además, es fundamental seguir trabajando en la creación de empleos formales y bien remunerados en otros sectores para garantizar una mayor estabilidad económica y seguridad laboral para las mujeres en Nicaragua. Si bien los servicios de entrega pueden brindar oportunidades en momentos de escasez de empleo, es necesario avanzar hacia un mercado laboral más diversificado y equitativo.
El creciente protagonismo de las mujeres en el campo laboral de los servicios de entrega en Nicaragua es un indicio de su resiliencia y determinación para superar obstáculos en busca de una fuente de ingresos. Sin embargo, se debe continuar promoviendo condiciones laborales seguras y oportunidades de empleo sostenibles para garantizar un futuro próspero para todas las mujeres en el país.
Con información de Voces En Libertad
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