
Cientos de miles de personas de todas las edades, ideologías, razas y clases sociales participaron en la Peregrinación por la Paz, la Justicia y la Libertad de Nicaragua convocada por la Iglesia Católica el sábado 28 de abril. Los manifestantes se congregaron en tres puntos de la capital para marchar en forma de riachuelos azul y blanco y desembocar en los atrios de la Catedral Metropolitana donde se formó una marea bicolor.
La plaza fue abarrotada de feligreses y ciudadanos donde dieron su voto de confianza a la Conferencia Episcopal quién mediará en el Diálogo convocado por el régimen orteguista en los próximos días. Durante la homilía el Cardenal Leopoldo Brenes manifestó que darán el plazo de un mes a Daniel Ortega para que cumpla de manera seria y formal los acuerdos en dicho diálogo, de lo contrario prometen retirarse y harán saber a la sociedad los incumplimientos.
Acto seguido el cumpleañero Monseñor Silvio José Baéz, super ovacionado por la multitud, dio lectura a la "Consagración de Nicaragua al Corazón Inmaculado", una especie de proclamación y súplica de la Iglesia por la paz de la Nación y por las víctimas del genocidio perpetrado por la policía durante las protestas anti gubernamentales. La actividad fue simultánea en todas las diócesis del país donde también hubo una avalancha de participantes.
Los primeros primeros en llegar a la Catedral fueron los del Movimiento Campesino Anti Canal, mismo que llevan 5 años luchando por la derogación de la Ley 840. Es la primera ve que logran entrar a la capital sin ser marginados y reprimidos por la policía. Su principal objetivo de estar en Managua ha sido precisamente para solidarizarse con los estudiantes que han hecho despertar el país en protestas que dejaron decenas de asesinados. Los campesinos han prometido regresar.
"Que se vayan", "No eran delincuentes, eran estudiantes", "Viva Cristo Rey", fueron las consignas más gritadas durante la homilía.
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