Aunque el régimen genocida no asuma la autoría y responsabilidad, existen suficientes evidencias que demuestran la cruel y atroz hazaña ejecutada por policías y paramilitares en el barrio Carlos Marx, donde murió calcinada una familia entera, entre ellos 4 adultos y dos niños.
Una noche antes, luego de una maratónica y angustiosa jornada en el Diálogo Nacional, el país entero se acostó con un ligero aire de esperanza por los "acuerdos" a los que se llegó ante tanta violencia ejecutada por el régimen, que al cierre de dicho día la cifra alcanzaba los 200 muertos según la Asociación Nicaragüenses Pro Derechos Humanos (ANPDH).
Desde que iniciaron las protestas en abril hemos sido testigo de tantas atrocidades ejecutadas por la pareja presidencial donde han muerto personas de todas las edades en distintas partes del país, pero dentro de nuestra ingenua forma de pensar jamás nos imaginaríamos que ellos serían capaces de ejecutar un crimen de tanta magnitud, a pesar de que aún permanece en nuestra memoria la masacre perpetuada en Las Jagüitas y en la Cruz de Río Grande donde niños han sido víctimas mortales.
La mañana del sábado 16 de junio, precisamente cuando se cumplía un mes de haberse instalado la mesa del Diálogo, fue imposible decir "buenos días" luego de ver las imágenes tenebrosas de bomberos rescatando a dos criaturas, al fondo una casa grande ardiendo en llamas y rumores de que se había calcinado una familia entera; dichas especulaciones fueron confirmados y los niños que habían sido rescatados también murieron mientras iban en camino a un hospital.
Oscar Velásquez Pavón. (45), Maritza López Muñoz (45), Alfredo Velásquez López (21), Mercedes Raudez Álvarez (18), Daryeli Velásquez Raude (2 años y medio) Matías Velásquez Raude (5 meses). Esos son los nombres de las víctimas mortales del siniestro.
LOS TESTIMONIOS
Por milagro y destino de la vida se dice que tres personas que se encontraban en el hogar sobrevivieron ante la macabra tragedia, entre ellas Cinthia López, hija de Oscar y Maritza, quien en medio de la tragedia y el dolor tuvo la valentía de grabar con su celular el momento justo cuando la casa ardía; las palabras textuales que dijo fueron las siguientes: "Maldigo a Daniel Ortega, a su familia y a toda su descendencia".
Según los testimonios de los vecinos, los paramilitares golpearon primero los portones de la casa, que a la vez era una fábrica de colchones, luego realizaron varios disparos a la vivienda hasta que la incendiaron. Según la sobreviviente, los paramilitares detonaron más de 20 morteros dentro del hogar hasta que la casa agarró fuego; ella y su primo se encontraban en el segundo piso y desde ahí se tiraron y no pudieron rescatar a sus familiares porque no había manera.
Javier Pavón es otro de los sobrevivientes, quien es sobrino de Oscar Pavón, y manifestó a un medio de comunicación que ellos estaban escodiéndose de la policía: "Yo estaba aquí en el segundo, estaba con ellos reunidos, estábamos dentro del cuarto porque estábamos con miedo de que a nosotros nos agarraran y nos balearan los policías junto con los que andaban, ellos nos quemaron para sacarnos como animales", reveló el sobreviviente.
Otro punto sumamente importante que servirá como evidencia fundamental es el testimonio de los miembros del Benemérito Cuerpo de Bomberos (Bomberos Voluntarios) quienes fueron los que se presentaron al lugar. Los policías que continuaba acechando en la zona dispararon a los bomberos para que no socorrieran el incendio; los vecinos también presenciaron el hecho y fueron víctimas de los disparos.
Otro de los sobrevivientes fue el hijo menor de Óscar Pavón quién reveló a Univisión que él buscó la manera de socorrer a su familia pero en la esquina de su casa un agente policial lo sentenció a muerte si no se retiraba del lugar.
Ante todo esto hay que tomar en cuenta que el día jueves 14 de junio, los mismos paramilitares, quienes durante varios días han sembrado el terror en los barrios orientales de Managua, ingresaron a la casa de Rachel Gaitán para saquearla y luego quemar la vivienda; ésto ocurrió en el sector de la UPOLI. Gaitán denunció ante la Comisión Permanente de los Derechos Humanos (CPDH) que se trataba de una "pasada de cuentas" por apoyar la lucha de los estudiantes.
CINISMO MONUMENTAL
Mientras mirábamos las imágenes del siniestro, iniciaba una jornada más en el Diálogo donde los representantes del régimen genocida continuaban con el cinismo monumental que les caracteriza. Fue el "canciller" Denis Moncada quien dio lectura al comunicado de la Dirección General de Bomberos (a cargo de Ortega) y el de la Policía Orteguista, comunicados totalmente errados que no coinciden en lo absoluto con los hechos.
Mientras el orteguista Edwin Castro tergiversaba un vídeo, Luis Andino, servidor de Ortega, dejó a entrever que el hecho fue una pasada de cuenta por no haber levantado los tranques.
EN LA LUPA
El macabro hecho llamó la atención de figuras internacionales como Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) y amigo de Ortega, quien calificó el hecho como "crimen de lesa humanidad"; Antonia Urrejola, Comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), manifestó que vio con "estupefacción y desgarro" el acontecimiento.
Pensé que el dicho caso le iba a dar la vuelta al mundo. Se trata de algo atroz que es difícil de calificar con un solo término; caso que ha enlutado y agudizado el dolor de una nación entera.
La CIDH debe pedir de manera inmediata medidas cautelares a los sobrevivientes, familiares de las víctimas y testigos del genocidio.