Delcy Rodríguez, la sigilosa y callada mano derecha de Nicolás Maduro. Más implacable y menos simpática
- Redacción Central

- hace 2 días
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La sigilosidad de la vicemandataria chavista se quebró en enero de 2020 con el escándalo conocido como "Delcygate". Aterrizó en Madrid en un vuelo privado, ignorando la prohibición de la Unión Europea (UE), y se reunió con el entonces ministro español José Luis Ábalos en Barajas. Portaba maletas con 20 kilos de oro venezolano, según investigaciones de la Guardia Civil publicadas por El Mundo, en un episodio que tensó relaciones. "¡Quiero hablar con Zapatero!", exigió Rodríguez al comisario del aeropuerto, según testimonios en el "caso Koldo", que vinculó el encuentro a una trama de corrupción orquestada por Víctor de Aldama, con contactos "al más alto nivel" en Caracas. El exministro Ábalos admitió en 2025: "Sánchez dio la orden directa de ir a ver a Delcy".
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Caracas, Venezuela

En el laberinto de poder que rodea al dictador Nicolás Maduro, Delcy Eloína Rodríguez Gómez se erige como la figura más discreta y, al mismo tiempo, la más letal. Vicepresidenta ejecutiva desde el año 2018 y ahora al frente del Ministerio del Petróleo —el corazón económico del régimen chavista—, esta abogada de 56 años de edad ha tejido una red de influencia que abarca desde la diplomacia agresiva hasta la evasión de sanciones.
No es la cara visible del chavismo, como el propio Maduro o su cuñado Diosdado Cabello, pero su sigilo la convierte en la ejecutora perfecta. "Una operadora implacable", en palabras de analistas que la ven como la "mano derecha callada" del autócrata venezolano.
Menos simpática, más dura, Rodríguez ha sido sancionada por Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), la Unión Europea (UE) y otros bloques por su rol en la represión de protestas, el fraude electoral y la corrupción rampante que ha hundido a Venezuela en una crisis humanitaria casi que sin fin.
Nacida el 18 de mayo de 1969 en Caracas, Delcy Eloína creció en el epicentro de la izquierda radical venezolana. Hija de una familia chavista de pura cepa —su padre, Enrique Rodríguez, fue un militante asesinado en 1976 por paramilitares de derecha—, compartió juventud con Maduro en la Liga Socialista, un grupo guerrillero de los años 70.
Su hermano Jorge, psiquiatra y actual presidente de la Asamblea Nacional, es su aliado inseparable: juntos forman un dúo que, según la BBC, opera como "piezas fundamentales" de la administración chavista, manejando desde la propaganda hasta las negociaciones internacionales.
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