El antídoto de Rosario sigue surtiendo efecto: Lenín Cerna, pieza clave del aparato represivo sandinista, huye del régimen que ayudó a edificar en Nicaragua

Su figura resurgió tras el inicio de la crisis múltiple en abril de 2018, cuando —según fuentes de la monarquía— fue reincorporado a labores de inteligencia bajo la coordinación de Néstor Moncada Lau, su antiguo subordinado. Se le habría asignado el control de operaciones sensibles y participación en el lucrativo negocio del oro, lo cual derivó en sanciones económicas impuestas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) en octubre del año 2022. Bajo la Orden Ejecutiva 13851, todos sus bienes y activos bajo jurisdicción estadounidense fueron congelados. ¿Dónde estará Cerna? En Honduras, difícil. En Costa Rica, quizás. En Nicaragua, probablemente.

Por Redacción Central | @CoyunturaNic

Política, corrupción y ciudadanía

Managua, Nicaragua

Reinaldo Gregorio Lenín Cerna Juárez en una imagen de archivo | Fotografía cortesía

Las fisuras profundas dentro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ya están expuestas. Pero más valen las mañas que la fuerza.

Reinaldo Gregorio Lenín Cerna Juárez, el legendario exjefe de la Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE) durante la década de 1980, ha pasado de ser un pilar del aparato represivo y de inteligencia policial y militar, a un fugitivo de su propio régimen, según citan diversas fuentes estatales y anónimas en varios medios locales. Desde el lunes 28 de julio de 2025, hace exactamente una semana al cierre de este texto, Cerna se encuentra en "la clandestinidad" como cientos de disidentes del gobierno, evadiendo una operación policial orquestada por la copresidenta Rosario Murillo, quien parece "determinada a eliminar" cualquier vestigio de lo mal conocido como la "vieja guardia sandinista" que pueda "amenazar" su control absoluto. Esta "purga", la más agresiva en una década, no solo ha forzado la huida de Cerna, sino que ha resultado en la detención de aliados clave como Rodolfo "Payín" Castillo y el interrogatorio de otros asociados, marcando otro punto de inflexión sin retorno en la dinámica interna del poder monarquico en Nicaragua.

La fuga de Cerna Juárez —todavía no oficializada por el Estado— se produjo horas antes de que la Policía Nacional tomara control de su residencia en el kilómetro 11 de la Carretera a Masaya, en Managua. Fuentes cercanas al exfuncionario confirmaron que abandonó la propiedad junto a su esposa, la exmagistrada Marisol Castillo, y posiblemente su hijo, moviéndose entre casas de seguridad para evitar la captura. "Las luces de su casa están apagadas desde ese día. Anda escondido, moviéndose entre casas de seguridad", relató una fuente con "conocimiento directo de los hechos", citada por un medio independiente en el exilio. Versiones variadas circulan sobre el momento exacto de su escape: algunas indican que fue alertado por contactos en la inteligencia policial y militar el jueves previo, mientras otras lo vinculan directamente al anuncio extraoficial de la detención del excomandante Bayardo Arce Castaño, otro histórico sandinista caído en desgracia, quinto exmilitar judicializado en completo silencio en menos de dos años.

Presuntamente, Cerna Juárez se ha atrincherado en el norte del país, declarando en círculos de confianza que no tiene intenciones de exiliarse, según reportes de varias plataformas, algunas más amarillistas o extremistas que otras. La Policía mantiene vigilancia constante sobre la vivienda intervenida, parte de un operativo que analistas consultados por COYUNTURA atribuyen directamente a Murillo, la estratega principal de esta "limpieza interna".

La trayectoria de Reinaldo Gregorio Lenín está intrínsecamente ligada al sandinismo "revolucionario". Nacido en 1946, Cerna se unió al FSLN en la lucha contra la dictadura somocista, compartiendo celda con el copresidente Daniel Ortega durante siete años en la década de 1970. Tras el triunfo de la Revolución Ciudadana en 1979, ascendió rápidamente a jefe de la Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE) del entonces Ministerio del Interior (MINT), donde dirigió operaciones de inteligencia y contrainsurgencia durante la guerra contra "los contras" financiados por Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.). Bajo su mando, la DGSE fue acusada de represión sistemática, incluyendo torturas, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales.

Un informe del Departamento del Tesoro de EE.UU. publicado en octubre del año 2022 sancionó a Reinaldo Gregorio por su rol en actos de represión política, policial e institucional desde 2007 y abril de 2018, vinculándolo directamente con torturas, asesinatos y la colaboración con grupos armados incluso en los años 80. Específicamente, se le atribuye responsabilidad en el asesinato de Pablo Emilio Salazar, jefe de la guardia presidencial de Anastasio Somoza Debayle. Estas sanciones congelaron sus activos en EE.UU. y prohibieron transacciones con entidades estadounidenses, destacando su influencia continua en el régimen hasta entonces.

Sin embargo, las tensiones con Rosario Murillo datan de al menos 2011, cuando Reinaldo Lenín Cerna fue desalojado abruptamente de su oficina en el complejo matrimonial de El Carmen, sede de la Secretaría del FSLN y la ahora Copresidencia en Managua. Este acto de "humillación pública" fue impulsado por Murillo, motivado por una investigación de corrupción en la Dirección General de Ingresos (DGI), que salpicó a Cerna y fue liderada por su exsubalterno, Néstor Moncada Lau; y por un supuesto enfrentamiento verbal que habría incluido una amenaza de muerte contra Rosario de Lenín.

Moncada, quien reemplazó a Cerna como operador de inteligencia de confianza de Murillo, consolidó el desplazamiento de la vieja escuela sandinista. A pesar de un breve regreso en 2019, tras la rebelión social y política de 2018, donde Cerna fue reincorporado a tareas de inteligencia bajo supervisión de Moncada y asesores cubanos, nunca recuperó su "influencia plena". Fuentes indican que permaneció marginado, rodeado de 30 a 40 hombres leales, exmiembros de la inteligencia de los 80. ¿Insuficientes para protegerlo de la actual ofensiva?

La depuración, tras un 2024 agitado y lleno de despidos, se intensificó con la detención de Bayardo Arce Castaño, de 77 años, asesor económico histórico de Ortega, arrestado la madrugada del jueves 31 de julio de 2025 por supuestas irregularidades empresariales. Su hogar en Managua fue allanado, y permanece detenido en las celdas de "El Chipote" sin acceso a defensa, mientras el aparato propagandístico del régimen justifica las acusaciones con cargos de corrupción y malversación. Este evento encendió las alarmas de Cerna, precipitando su fuga. "Él sabe que Rosario siempre lo ha tenido en la mira", afirmó una fuente cercana.

El viernes 01 de agosto, durante las fiestas hípicas en honor a Santo Domingo de Guzmán en Managua, la Policía capturó a Rodolfo "Payín" Castillo, el colaborador "más cercano" de Cerna durante más de tres décadas. Castillo, coronel en retiro del Ejército, fue detenido en una tarima privada frente al restaurante Friday's en la Carretera a Masaya. No se ha revelado su lugar de detención ni cargos formales, pero fuentes confirman que se trata de una extensión de la persecución contra el círculo de Cerna. "Payín era el operador de Lenin en todo. Cerna estaba metido en varios negocios, desde inmobiliarios hasta venta de vehículos", aseguró una fuente a 100 % Noticias.

La biografía de Castillo ilustra su lealtad inquebrantable a Cerna. En 1974, fundó la Asociación de Estudiantes Sandinistas (AES) en Matagalpa y participó en la "Insurrección de los Niños" de 1978 contra la Guardia Nacional de los Somoza. Tras el triunfo armado, se capacitó en Alemania y Bulgaria, integrando la primera generación de cuadros de la DGSE bajo Cerna. En los 90, se unió a la Dirección de Información para la Defensa (DID) del Ejército, también dirigida por Cerna, alcanzando el grado de coronel. Sirvió como agregado militar en España de 2000 a 2003, y tras su retiro, colaboró en la Secretaría de Organización del Frente Sandinista, manejando movilizaciones políticas, electorales, sindicatos y paramilitares. En 2011, fue defenestrado junto a Cerna por Murillo, quien transfirió el control a Moncada y Fidel Moreno, de forma directa. Aunque reincorporado en 2019, permaneció apartado del poder copresidencial.

Otros han sido tocados por la purga Ortega-Murillo: el abogado Carlos Mario Peña, quien se presentaba como asesor legal de Cerna para intimidar con su nombre, fue interrogado el 01 de agosto pero liberado horas después. Peña apareció públicamente en un restaurante con el abogado Carlos Javier Chavarría, desmintiendo rumores de detención prolongada. Fuentes sugieren que la dictadura busca a Juan José Úbeda y a Vicente "El Perro" Chávez, defenestrados en 2011 junto a Cerna y Castillo. Además, Francisco "Chico" López, exadministrador de finanzas partidarias, ha perdido funciones, delegadas a figuras del círculo familiar de Murillo, como sus hijos Laureano y Rafael "Payo".

Incluso familiares de Cerna han sufrido repercusiones la última semana. El sábado 02 de agosto de 2025, Nadezhda Obando Cerna, sobrina de Lenin, fue condenada por "traición a la Patria", un cargo comúnmente usado contra disidentes, periodistas independientes y sacerdotes católicos.

Analistas como el sociólogo Óscar René Vargas interpretan estos eventos como "la implosión del sandinismo", acelerada por la necesidad de Murillo de consolidar una sucesión dinástica ante la eventual muerte de Ortega, de 79 años. "Murillo quiere la mesa limpia de todos los históricos sandinistas. Nadie puede disputarle el legado ni el control del FSLN", afirmó otra fuente vinculada a la Copresidencia. Esta reconfiguración va más allá de la narrativa simplista de la anticorrupción; es una eliminación sistemática de potenciales competidores, asegurando que la dictadura se moldee en torno a Murillo y sus hijos.

Datos históricos respaldan esta tesis. Desde 2018, el régimen ha intensificado la represión interna y externa, con más de 350 muertos en protestas, casi un millón de connacionales exiliados y unos 60 opositores encarcelados hasta agosto de 2025. La purga actual envía un mensaje inequívoco: ni los arquitectos de la represión histórica están a salvo. "Durante décadas fue uno de los hombres de mayor confianza de Ortega Saavedra, pero ni eso ha sido suficiente para protegerlo ahora", comenta un analista exiliado.

Publicaciones en las redes sociales digitales y medios independientes reflejan especulaciones sobre el paradero de Cerna —posiblemente en Costa Rica o en casas seguras en cualquier esquina de Nicaragua— y debates sobre si esta "limpieza" debilita o fortalece al régimen Ortega-Murillo. Mientras la Policía intensifica la búsqueda, respaldada por una red extensa de informantes, la posibilidad de captura de Cerna permanece latente, aunque su red de protección —forjada en décadas de inteligencia— podría prolongar su evasión.

En la Nicaragua de 2025, este episodio subraya una verdad cruda, propia de un sistema que se come a sí mismo: el sandinismo se desmantela desde adentro. Murillo emerge como la arquitecta de un régimen sin disidentes, sin memoria compartida y sin competencia, priorizando la perpetuación familiar sobre el legado "revolucionario". Así, incluso los símbolos de la represión pasada y la represión presente enfrentan la impunidad que ellos mismos impusieron, en un ciclo de poder que devora a sus propios creadores.

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