Incautación de bienes y precandidatura en Honduras: el contexto post-condena del expresidente Juan Orlando Hernández en Nueva York

Parece que ya comenzó la carrera por la Presidencia de Honduras. Y Ana Rosalinda, esposa del recién condenado expresidente Juan Orlando Hernández, está "decidida a ganar" la silla del Ejecutivo, para demostrar con su triunfo la "inocencia" de su marido, imputado en los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) por tráfico de drogas y armas. Pero podría ser un sendero lleno de obstáculos. El Ministerio Público (MP) confiscó más de 100 inmuebles registrados a su nombre, al de su marido y de otros cercanos. Por otro lado, el hermano de Geovanny Fuentes, Cristhian, fue visto durante el lanzamiento de su precandidatura, a pesar de que Hernández dijo no conocerles durante su juicio en Nueva York.

Por Jairo Videa | @JairoVidea

Política, corrupción y ciudadanía

Tegucigalpa, Honduras

Ana Rosalinda García Carías en San Pedro Sula, el sábado 16 de marzo de 2024 | Fotografía cortesía

El panorama político de Honduras se vio sacudido por las recientes acciones emprendidas por la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO), en colaboración con la Unidad Fiscal de Apoyo al Proceso de la Depuración Policial (UF-ADPOL) y la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN). Estas entidades llevaron a cabo un operativo que ha resultado en la confiscación de al menos 131 bienes inmuebles, con otra cantidad no determinada de muebles, supuestamente de origen ilícito, vinculados al expresidente Juan Orlando Hernández Alvarado y su esposa, Ana Rosalinda García Carías, junto con otros familiares cercanos. Este anuncio, emitido por el Ministerio Público (MP) hondureño, ha generado una profunda conmoción en el entramado político y social del país centroamericano.

Los bienes incautados incluyen una diversidad de activos, desde viviendas, fincas, edificios y predios vacíos, hasta participaciones en sociedades mercantiles y productos financieros, distribuidos principalmente en los departamentos de Francisco Morazán, Olancho y Lempira, según fuentes oficiales consultadas por COYUNTURA. Este movimiento de las autoridades sigue la estela de revelaciones surgidas durante el juicio contra Hernández en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, donde fue declarado culpable de cargos vinculados con narcotráfico y posesión de armas.

El fallo en los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) ha dejado al exmandatario Juan Orlando Hernández en una situación sumamente delicada, a la espera de su sentencia, mientras que su esposa, Ana García, ha tomado una decisión sorprendente al anunciar su intención de competir por la precandidatura presidencial del Partido Nacional de Honduras (PNH), apenas días después del veredicto. Esta movida política ha avivado las llamas de la controversia y la especulación sobre las motivaciones detrás de su incursión en la arena política. Pero ella dice que no es "para protegerse".

García ha declarado que su postulación busca principalmente evidenciar lo que percibe como una "injusticia" cometida contra su esposo. Sin embargo, la falta de un proyecto político concreto por parte de García ha llevado a algunos analistas a sugerir que su candidatura podría ser más una estrategia de confrontación que un plan de acción gubernamental o partidario. En ese sentido, el paralelismo entre la situación actual de Ana García y la experiencia de la actual mandataria hondureña, Xiomara Castro, quien también fue primera dama y luego candidata presidencial en Honduras para "reconquistar" las luchas de su esposo y el partido que dirige, no pasa desapercibido. Ambas mujeres se encuentran en la encrucijada de una lucha política marcada por la defensa de sus maridos y la búsqueda de legitimidad en el escenario nacional e internacional. Sin embargo, las circunstancias y el contexto político difieren considerablemente entre ambas.

Mientras Castro emergió como una figura de oposición en medio de la agitación política posterior al golpe de Estado contra su esposo, Manuel Zelaya, y durante el último episodio de los dos mandatos consecutivos e inconstitucionales de Hernández, García se enfrenta a un escenario donde su candidatura está siendo interpretada como una maniobra de distracción o una táctica para desviar la atención de las acusaciones contra su esposo. "¿Qué podría lograr con ganar? Legitimidad no tienen, ni ella, ni Juan Orlando, ni el PNH. Y la condena no es alterable por el triunfo electoral de la esposa del imputado", explicó al respecto, entre risas de ironía, una abogada de la sociedad civil consultada por este medio, quien solicitó anonimato por seguridad.

Los Fuentes de la historia

La relación entre Juan Orlando Hernández y la familia Fuentes fue un tema candente, por decir menos, durante el juicio en Nueva York. Aunque Hernández negó rotundamente conocer a Geovanny Fuentes, quien fue condenado a prisión perpetua y a entregar $151,7 millones "por la distribución de toneladas de cocaína y delitos relacionados con armas" en EE.UU., las evidencias presentadas por la Fiscalía "demostraron", según analistas y políticos, una cercanía entre ambos. Esta relación ha puesto a García en una posición incómoda, especialmente después de que se revelara su asociación con Cristhian Fuentes, hermano de Geovanny, durante eventos políticos recientes. La decisión de García de rodearse de personas vinculadas a individuos implicados en actividades ilícitas generará más críticas y cuestionamientos sobre su idoneidad para el cargo presidencial. La presencia de Cristhian Fuentes en su primer mitin político, el sábado 16 de marzo de 2024, ya es un debate sobre su posible implicación en redes de corrupción y narcotráfico, lo que podría dañar aún más su imagen pública y comprometer su viabilidad como candidata.

Por otro lado, la incertidumbre judicial que rodea a la familia Hernández-García añade una capa adicional de complejidad a la situación política de Honduras. A pesar de los esfuerzos de Ana García por presentarse como una defensora de la justicia y la democracia, las acusaciones de corrupción y narcotráfico que envuelven a su esposo y a ella misma alimentan las especulaciones y las malas hipótesis.

El camino hacia las elecciones generales de 2025 será un desafío formidable para Ana, el Partido Nacional y las familias acomodadas en el poder de dicha entidad. Si bien cuenta con tiempo para articular su plataforma y ganar terreno político, las sombras de las acusaciones de corrupción y narcotráfico que acechan a su familia podrían eclipsar su campaña. En un panorama donde el Partido Liberal de Honduras (PLH) emerge como favorito por ahora, según las primeras encuestas, García enfrentará el desafío de superar las percepciones negativas y construir un camino hacia la legitimidad política en medio de la tormenta judicial que rodea a su familia.

La ex-primera dama ha reiterado su compromiso de enfrentar cualquier investigación o acusación que pueda surgir en su contra, reafirmando su disposición a asumir las consecuencias de sus acciones. Sin embargo, el futuro político de Ana García sigue siendo incierto, y su capacidad para ganarse la confianza del pueblo hondureño en medio de las turbulencias políticas y legales que enfrenta su familia será determinante para el destino de su candidatura presidencial, que es lo único que ha dejado el escandaloso juicio y condena de su amado Juan.

"Son herencia y por esfuerzo de trabajo honesto", dijo Rosalinda sobre las confiscaciones. "Deciles que para que el mal triunfe solo falta que los buenos no hagamos nada. Ellos me conocen, el pueblo hondureño me conoce, el pueblo hondureño sabe quién soy, deciles que le digan al mundo que soy inocente, que siempre estaré luchando por el nombre de Honduras, por el nombre de todos nosotros. Les mando un fuerte abrazo y los quiero", leyó García este miércoles 20 de marzo de 2024 en vivo desde el canal de televisión hondureño Q'Hubo, como el mensaje más reciente de su esposo para el mundo.

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