Carmela Rogers, mejor conocida como Kitty Monterrey, es la actual Presidenta del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) y una de las pocas mujeres que lidera un partido político en Nicaragua. Formó parte del Partido Liberal Independiente (PLI) y es una de las voces que más controversia genera en el debate nacional.
En esta edición especial de La Entrevista con tres mujeres nicaragüenses en la política, conversamos con Monterrey sobre su participación y dirigencia en CxL, sobre sus apuestas en el contexto electoral, los retos que enfrentan las mujeres en Nicaragua y la importancia de cambios reales en el país para generar mejores condiciones para las mujeres y la ciudadanía en general.
¿Líder o lideresa?
"Ninguno de los dos. Yo me considero presidenta electa de un partido político. Lo de liderazgo, caudillo y esas formas de identificar a las personas no me han parecido correctas ni adecuadas. Los liderazgos se forman con mucho trabajo y yo no merezco llamarme así. Solo soy representante de un partido político que esta en una contienda, decididos a derrotar a Ortega".
¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo la política?
"Inicié en el 2005. De alguna manera u otra, a lo largo de mis años, he estado en política, pero tras bastidores. Nunca me ha interesado estar a la luz pública. Fueron las circunstancias las que me pusieron de cara al público".
Y, ahora que está de cara al público, ¿qué ha significado para usted?
"Es una pregunta complicada. Para mí fue difícil cuando se nos despojó del PLI. Éramos muchas personas, con muchos años en esta lucha. No sabíamos cómo íbamos a seguir, ni qué íbamos a hacer. Y, al estar en contacto con ellos durante estos años, me asignaron asumir, junto a un equipo de personas que creyeron que era lo correcto, la organización de un nuevo partido político.
Recorrimos el país y nos organizamos. Cumplimos con la ley y logramos crear CxL. Con una militancia enorme, con gente que tiene años de estar en esta lucha, esperamos ser parte de la transformación que necesita este país".
¿Qué retos ha tenido que afrontar al dirigir un partido político siendo mujer?
"Para mí no hay diferencia, cuando hay capacidad, entre un hombre o una mujer".
¿Qué le motiva a hacer política en este momento?
"La gente. Es ver que por fin podamos vivir en un país donde todos tengamos las mismas oportunidades. En donde haya progreso. Superar los problemas, transformar el país. Trabajar por la gente es lo que me motiva.
Yo no tengo ningún interés en alguna candidatura; para mí lo importante es formar instituciones sólidas, y lo empezamos en este partido. Nuestro esfuerzo es hacer que este partido sea una institución que pueda trascender en el tiempo".
¿El partido se ha comprometido a brindar igualdad y equidad a las mujeres?
"En Nicaragua existe una ley que obliga mitad de hombres y mitad de mujeres en los cargos de elección popular. Los partidos políticos están obligados a incluir cada vez más mujeres. El problema que tenemos es que el enfoque es incorrecto. En toda América Latina la mujer no ha sido atendida desde su núcleo familiar; no se le ha permitido educarse, salir adelante y escoger su profesión, incluyendo la política. Vemos en los partidos políticos una selección muy pequeña de mujeres que quieren dedicarse a la política, siendo esta de mucho sacrificio y tiempo.
No estoy en contra de una ley de género. Se tiene que preparar y cambiar la forma de atender a la mujer; que las jóvenes tengan todas las oportunidades que requieran, que se goce de buena educación, que se cuente con el apoyo de su núcleo familiar. Así podríamos tener una mayor participación. Queremos mujeres que tengan la vocación de servir por medio de la política".
La falta de esos enfoques que menciona, ¿le agregan más valor a la participación de la mujer en Nicaragua?
"Lo ideal sería que pudiéramos tener un balance de hombres y mujeres en la administración pública. No podemos negar que el punto de vista de la mujer es distinto al del hombre. Y cuando digo distinto no es en un significado de competencia, sino de complemento. Por lo tanto, si hubiera más mujeres en la gestión pública, y dentro de los partidos políticos, los resultados serían más exitosos".
¿Se necesitan más legislaciones para mejorar las condiciones de la mujer en el país?
"Hemos visto legislaciones recientes, pero eso no significa que la situación de las mujeres ha mejorado. Si esto no viene acompañado de un programa masivo de educación, de nada sirve la legislación. La legislatura no te resuelve; te impone un marco de referencia casi obligatorio, pero no resuelve el problema fundamental. El problema radica en la familia y en la educación".
¿Cómo la veremos a usted en este proceso electoral?
"Yo voy a estar al frente de este partido, trabajando. Si vamos al proceso electoral, estaré al frente de una campaña electoral. Pero he sido bien clara, y en candidaturas no tengo ningún interés. Mi único interés está en la gente y en el partido. Desde ya estamos en la demanda de un proceso electoral libre y transparente, demandando reformas electorales. Competir para derrotar a Ortega. Allí es donde me van a ver".
Si bien afirma no tener aspiraciones, ¿eso es a mediano o largo plazo?
"A largo plazo, mucho menos. (Ríe). A esta edad, en mi siguiente etapa no doy más para la política. (Ríe nuevamente)".
En algún momento se le vio compitiendo para la magistratura del Consejo Supremo Electoral (CSE). ¿Tampoco está en sus planes?
"Ya ese tiempo pasó. Mi fuerte siempre ha sido la parte informática y la defensa del voto, coyunturalmente. Es por eso, y por otras razones, que a mí me hubiese encantado servirle al país desde el CSE. Estaba preparada para ejercerlo. Sabía que se necesita de una renovación completa de las estructuras. Un cambio total.
Separar la parte de cedulación por medio de un instituto independiente; esa es la parte que más me ha gustado de la administración pública, pero no se dio en su momento, y a estas alturas no tengo ningún interés en una magistratura. Mi responsabilidad es estar al frente de este partido".
¿Qué otros cambios sugiere que se hagan en el CSE?
"Correr a todo el mundo y empezar de cero. (Pausa). Es lo único que podes hacer ahí.
En estos momentos eso ya no es posible ya que estamos a escasos meses de un proceso electoral. Lo que sí esperamos y exigimos son las reformas electorales que permitan, al menos, tener elecciones libres y transparentes. Una vez que derrotemos a Ortega, mi recomendación sería la misma: empezar de cero el CSE. Eso solo se puede lograr derrotando a Frente Sandinista".
Ya que su enfoque se basa en el partido, ¿qué quiere dejar en él, y a las mujeres que lo conforman?
"Yo lo que quiero es dejar un partido que sea una institución, no una entidad que le obedezca a una persona, a un caudillo. Que sea un partido realmente democrático, donde hombres y mujeres puedan trabajar juntos. Yo nunca voy a querer que este partido caiga en manos de alguien que pueda utilizarlo para sus fines y conveniencia. Los partidos debemos representar a la población, para que la población confíe en nosotros.
Quiero dejar un partido en donde se celebren elecciones internas, en donde cada quien tenga un criterio y en donde los jóvenes sean bienvenidos, porque es la generación que más lo necesita para construir el presente y futuro. Quiero que este no sea solo un partido de elecciones, sino que contribuya con la formación política de nuevas generaciones. Esas son mis aspiraciones".
¿Cree que lo está haciendo bien?
"Al tiempo y a la historia le corresponderá juzgarme. Me es difícil ser juez de mis propias actuaciones. Solo hago lo mejor que puedo y espero que, en el momento que me toque entregar, el relevo determine si lo hice bien o lo hice mal. Lo que hago no es pensando solo en el bien del partido, sino para el bien de Nicaragua. Espero poder dejar al menos eso como legado".
Se ha convertido en un personaje controversial. ¿Cómo maneja las críticas?
"Algunas las veo, otras no. Si son críticas constructivas, son bien recibidas, porque debo escuchar. Estoy consciente que no puedo ser del agrado de todo el mundo, aunque quisiera, pero eso no significa que la critica y las opiniones, sobre todo las externas, no sean válidas. Aunque no nos guste, hay que escuchar, porque es en base a esas críticas que nosotros podemos ir mejorando".
¿Cómo se desempeña en las redes sociales?
"Uso Twitter. Mi Facebook casi no lo utilizo; es más privado. Tengo un Fanpage y Twitter es una cuenta con fines políticos, y la administro personalmente".
¿Mantiene la doble nacionalidad?
"Sí. Yo tengo doble nacionalidad de origen. Eso no está prohibido en la Constitución, porque yo nací con el derecho a ambas ciudadanías, tanto la norteamericana como la nicaragüense. Por lo tanto, la Constitución no me inhibe de participar en cualquier cargo de elección. Simple y sencillamente, cuando fui propuesta para magistrada, el Frente Sandinista lo utilizó en mi contra".
¿Cuál es el detalle alrededor de su nombre? ¿Kitty Monterrey o Carmela Rogers?
"En mi partida de nacimiento, en las dos, mi nombre es Carmela y mi primer apellido es Rogers. Lo que sucede alrededor de mi nombre es que a mi abuela materna, quien era granadina, no le gustaba su nombre y yo la repuse a ella con el mismo nombre: Carmela. Ella jamás quiso llamarme Carmela y me llamó Kitty prácticamente desde que nací.
Así me quedé. Con un apodo, como el que tenemos muchos nicaragüenses. Ese es mi apodo. Encima de eso, me casé muy joven. No tenía ni 18 años y me casé en Estados Unidos. Allá uno adopta el apellido del marido, que en mi caso fue Monterrey. He sido conocida como Kitty Monterrey a lo largo de mi vida, y no me molesta en lo más mínimo".
¿Qué ideología política impulsa?
"Nosotros somos liberales, y el liberalismo es una ideología ampliamente reconocida. Soy presidenta de la Liberal Internacional y atiendo a América Latina. Sin embargo, el liberalismo que practicamos en América Latina es distinto al europeo. Nosotros tenemos una enorme influencia de los valores cristianos, por lo tanto, tendemos más a la derecha que a la izquierda".
¿Sigue casada?
"¡Claro! 51 años de matrimonio. Tengo tres hijos y tres nietos. El mayor de mis nietos tiene 21 años".
Y, ¿su formación académica?
"Estudié primaria y secundaria aquí en Nicaragua, y después, en los Estados Unidos, culminé Administración de Empresa, pero especializada en desarrollo de sistemas informáticos. Trabajé desde joven en una empresa especialista en tecnología en donde tuve la oportunidad de vivir toda la transformación digital. Mi especialidad es la parte conceptual acerca de sistemas informáticos".
¿A qué personaje de la historia admira?
"Fíjate que a mí me encanta la Margaret Thatcher. Muchos me dicen que soy de hierro y es inevitable hacer la alusión. No es que yo me atreva a compararme con una mujer que para mí fue importantísima en la historia mundial".
Entonces, ¿se considera una mujer de carácter fuerte?
"Yo no creo que fuerte, sino firme. Definitivamente me gusta la disciplina".
¿Cómo se ve el 10 de enero de 2022?
"Celebrando, pero comprendiendo que viene la época más dura. La etapa dura será cuando se de la verdadera transformación del país. Pero no me cabe la menor duda de que ese día todos vamos a estar celebrando".
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