Donald Trump intensifica su retórica electoral con nuevas amenazas hacia gigantes tecnológicos como Google, a quienes acusa de interferencia electoral, y promesas de medidas drásticas contra inmigrantes y políticas comerciales si es reelegido en 2024. Estas declaraciones alimentan su campaña proteccionista y antiinmigrante, buscando movilizar a su base en medio de crecientes tensiones en Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.).
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Washington, Estados Unidos de Norteamérica
El magnate, expresidente y actual candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), Donald Trump, no deja de utilizar su retórica de confrontación y amenazas como estrategia central en su campaña electoral. Durante las últimas semanas, ha lanzado una serie de declaraciones dirigidas a diversos sectores, desde la industria automotriz hasta los gigantes tecnológicos, como Google, con el propósito de fortalecer su imagen frente a su base de seguidores y posicionarse como el defensor del "verdadero" Estados Unidos.
Trump no ha dejado de acusar a las grandes empresas tecnológicas de intentar manipular la opinión pública en su contra. En su plataforma Truth Social, el expresidente ha denunciado a Google por supuestamente promover noticias negativas sobre él y favorecer a su oponente demócrata, Kamala Harris. En su publicación, afirma sin pruebas: "Google ha utilizado ilegalmente un sistema de solo revelar malas historias sobre Donald J. Trump... ...Esta es una actividad ilegal, y esperemos que el Departamento de Justicia les procese penalmente".
Estas declaraciones no solo carecen de fundamento, sino que forman parte de una narrativa constante en la que Trump se presenta como víctima de una conspiración mediática y tecnológica. Sin embargo, lo más alarmante es su advertencia de que, si llega a la Casa Blanca nuevamente, tomará acciones legales contra Google y otras plataformas. Esta amenaza de judicialización no se basa en las prácticas comerciales de las empresas, como lo hace el gobierno de Joe Biden en su demanda antimonopolio contra Google, sino en el hecho de que estas plataformas no se alinean con la narrativa favorable a su candidatura.
Este tipo de amenazas, lejos de ser un hecho aislado, parece formar parte de una estrategia más amplia en la que el exmandatario ha calificado cualquier cobertura mediática negativa como interferencia electoral, buscando deslegitimar cualquier resultado que no le sea favorable en las próximas elecciones.
Migración y políticas extremas
El tono antiinmigrante de la campaña de Trump ha alcanzado nuevas alturas. A su promesa de llevar a cabo la mayor deportación masiva de inmigrantes indocumentados, ha sumado ahora la amenaza de expulsar a más de 1,3 millones de inmigrantes que llegaron de manera legal bajo dos programas implementados durante la administración Biden-Harris: el programa llamado "parole humanitario" y la aplicación CBP One.
En una reciente entrevista, Trump criticó duramente estos programas, calificándolos como una "puerta trasera" para que los inmigrantes ilegales entren al país. En particular, el expresidente arremetió contra los vuelos organizados por el gobierno para trasladar a los beneficiarios del "parole humanitario", insinuando sin pruebas que estos vuelos traen criminales. "Prepárense para irse, especialmente rápido si son criminales. Van a salir muy rápido", advirtió.
Estas declaraciones han generado incertidumbre y temor entre los inmigrantes que han llegado legalmente al país, quienes ahora enfrentan la posibilidad de ser expulsados si Trump vuelve al poder. Este enfoque de "tolerancia cero" hacia la inmigración, que también ha sido adoptado por su compañero de fórmula JD Vance, busca reforzar la imagen de un Trump dispuesto a tomar medidas drásticas para proteger las fronteras del país, a pesar de la falta de evidencia que sustente sus afirmaciones.
Retórica proteccionista y amenazas económicas
Otro pilar central en la agenda de Trump es su enfoque proteccionista en materia económica. Durante un acto en Savannah, Georgia, el expresidente amenazó con imponer aranceles del 100 % a todos los automóviles importados desde México, con el objetivo de obligar a los fabricantes a trasladar sus plantas de producción a Estados Unidos.
Aunque muchos de los principales fabricantes automotrices, como Volkswagen, Mercedes y Toyota, ya cuentan con plantas en el país, Trump insiste en que es necesario tomar medidas más drásticas para asegurar que toda la producción se mantenga en suelo estadounidense.
Su retórica proteccionista también se extiende a otros sectores. En un acto en Pensilvania, Trump amenazó con imponer aranceles del 200% a la empresa John Deere si esta trasladaba parte de su producción a México. Aunque la compañía ha argumentado que trasladar algunas operaciones es necesario para mantener la competitividad en un mercado global, el expresidente insiste en que cualquier movimiento fuera del país será penalizado.
Finalmente, Trump ha utilizado de manera constante el argumento de que los inmigrantes indocumentados están votando ilegalmente en las elecciones, a pesar de que no hay evidencia que sustente esta afirmación. Con anuncios publicitarios que advierten sobre las consecuencias legales de votar sin ser ciudadano, el equipo de campaña del expresidente busca sembrar desconfianza en el proceso electoral.
Esta narrativa, repetida incansablemente desde las elecciones de 2016, es una herramienta clave para Trump: si pierde en noviembre, ya ha preparado el terreno para alegar fraude electoral.
Así, la campaña de Donald Trump sigue apostando por la confrontación y el miedo, utilizando desde amenazas a grandes empresas hasta promesas de deportaciones masivas y medidas proteccionistas extremas. Con cada paso, el expresidente afianza su retórica polarizadora, que le ha permitido mantener una base fiel de seguidores, pero que plantea serios desafíos para el futuro político y económico de Estados Unidos.
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