Este incidente no es un caso aislado en Honduras, ni en la capital. Según estadísticas del Instituto de Conservación Forestal (ICF), hasta el lunes 11 de marzo de 2024 se registraron al menos 446 incendios forestales en todo el territorio nacional, afectando más de 20,000 hectáreas de bosque. El Distrito Central, donde se encuentra Tegucigalpa, ha sido testigo de 63 de estos siniestros, representando el 14 % del total a nivel nacional.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Tegucigalpa, Honduras
Desde las últimas horas de la tarde del lunes 18 de marzo de 2024, hasta las primeras horas de este martes 19, un voraz incendio forestal desató el caos en los alrededores del Parque Nacional La Tigra, ubicado en las cercanías de Tegucigalpa, la capital de Honduras. Las causas de este devastador evento aún permanecen en el misterio, pero las llamas se propagaron implacablemente, según fuentes consultadas por este medio, desde aproximadamente las 05:00 p.m., abarcando un área considerable del bosque, considerado el pulmón verde de la capital y sus alrededores. A pesar de los esfuerzos desplegados por la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), que movilizó un escuadrón de helicópteros equipados con sistemas de extinción de incendios llamado "Bambi Bucket", la magnitud del fuego impidió una contención completa hasta la mañana de hoy. Guillermo Rosales, comandante general de las FAH, ha señalado que la falta de visibilidad obligó a suspender las operaciones durante la noche, con la promesa de reanudarlas temprano el martes con refuerzos adicionales si es necesario. Y así fue.
Aunque aún no se ha evaluado la extensión total de la devastación, se estima que al menos 50 hectáreas de bosque han sucumbido a las llamas, con el temor de posibles daños a las viviendas circundantes. Este incidente, catalogado como el primero de gran magnitud en la zona capitalina en el presente año, resaltó una vez más la vulnerabilidad de estos ecosistemas frente a eventos de este tipo.
Las preocupaciones se intensifican en un contexto más amplio, donde los incendios forestales han proliferado a nivel nacional. Según datos del Instituto de Conservación Forestal (ICF), hasta el lunes 11 de marzo de 2024 se habían registrado 446 incendios en todo el país centroamericano, afectando ya más de 20,000 hectáreas de bosque. En el Distrito Central, donde se encuentra Tegucigalpa, se han documentado 63 incendios, representando el 14 % del total nacional. Esta tendencia alarmante, que se intensificó en el año 2023 y 2021, ha llevado a las autoridades a tomar medidas preventivas y de respuesta más enérgicas, incluyendo la movilización de brigadas y la implementación de sistemas de alerta temprana. Sin embargo, todavía no se ha presentado, desde 2023, a ningún detenido por las cientos de hectáreas que se han calcinado.
Luis Soliz, ministro del ICF, ha subrayado la importancia de abordar la raíz del problema, señalando que todos los incendios registrados son resultado de actividades humanas. Esta observación subraya la necesidad de un cambio cultural y educativo para promover prácticas responsables de manejo del fuego y sancionar a aquellos que provocan incendios de manera negligente. Por tanto, el combate contra los incendios forestales se presenta como una tarea ardua y colectiva, que requiere la colaboración de diversas instituciones y voluntarios. Con un clima más seco que el año pasado, se anticipa un desafío aún mayor en la temporada actual. Las áreas más afectadas, como La Tigra, El Hatillo y Triquilapa, entre otras, enfrentan una batalla continua para contener la propagación del fuego y proteger los valiosos recursos naturales que albergan.
En un momento en que el humo oscurece los cielos y las llamas devoran el verde exuberante de los bosques, el llamado a la acción es claro, teniendo en cuenta también los muchos seres y ejemplares, de diversas especies de flora y fauna, que han muerto por el fuego. La protección de los entornos naturales requiere un compromiso firme y una cooperación sin precedentes para preservar el legado de biodiversidad que define a Honduras. Según especialistas consultados por la Redacción de COYUNTURA, el intenso y ascendente calor, al igual que la sequía y la deforestación, causarán más -y empeorarán los- estragos ambientales como este.
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