Washington en llamas. Elon Musk lanza graves acusaciones contra Donald Trump en medio de un choque frontal por poder, contratos y escándalos
- Jairo Videa
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En medio del caos y la gracia, el empresario de la tecnología lanzó una encuesta a sus millones de seguidores en X: "¿es hora de crear un nuevo partido político en Estados Unidos que realmente represente al 80 % del centro?". Más de 2,880,000 usuarios ya votaron; el 81 % respondió afirmativamente. El gesto fue interpretado como una señal clara de ruptura total con el Partido Republicano y una posible antesala a nuevas ambiciones políticas por parte del magnate.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Washington, Estados Unidos de Norteamérica
La ruptura entre el mandatario de Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), Donald Trump, y el irreverente empresario Elon Musk, ha dejado de ser una simple diferencia política para convertirse en una guerra abierta de acusaciones, amenazas y revelaciones explosivas. En el más reciente episodio, el magnate sudafricano aseguró que el presidente de EE.UU. figura en los archivos relacionados con Jeffrey Epstein, el financiero acusado de operar una red de explotación sexual de menores y que murió en prisión en el año 2019.
"Es hora de soltar la bomba: Trump está en los archivos Epstein. Esa es la verdadera razón por la cual no se han hecho públicos", escribió Musk en su red social X (antes Twitter), rematando el mensaje con un cortante: "que tengas un buen día, DJT". Más tarde añadió: "guarden esta publicación para el futuro. La verdad saldrá a la luz".
El impacto fue inmediato. Las palabras del director ejecutivo de SpaceX y Tesla retumbaron en el escenario político e institucional estadounidense y en los medios del mundo, especialmente por su implicación directa con uno de los escándalos más oscuros y sensibles de la élite global. Aunque no ofreció pruebas, la alusión a los documentos sellados del Departamento de Justicia intensificó la presión sobre la administración de Trump, que busca aprobar su ambicioso —y polémico— plan presupuestario.
El enfrentamiento público se intensificó este jueves 05 de junio de 2025, cuando el propio Trump, desde la Casa Blanca y acompañado del canciller alemán Friedrich Merz, expresó su frustración: "estoy muy decepcionado con Elon. Lo ayudé mucho".
La disputa estalló por la oposición de Musk al plan presupuestario de Trump, que contempla recortes en salud y educación, y un aumento significativo del gasto militar, junto a un nuevo grupo de impuestos o cortes que buscan . El presidente lo describió como "grande y hermoso", mientras que Musk lo tachó de "abominación repugnante". En otro mensaje en X, el empresario de la tecnología afirmó que nunca vio el contenido del proyecto antes de su votación, y que fue aprobado a toda prisa, sin debate suficiente en el Congreso. "Decepcionante", escribió.
Trump, por su parte, argumentó que Musk se molestó porque el presupuesto eliminaba subsidios clave para vehículos eléctricos, un golpe directo a Tesla. También insinuó que Musk estaba molesto por perder poder en Washington tras dejar su cargo como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), posición que estrenó y ocupó durante 130 días.
Las tensiones no tardaron en traducirse en pérdidas financieras. Las acciones de Tesla se desplomaron hoy un 14.3 % en Wall Street, lo que representó una pérdida de más de 150,000 millones de dólares en capitalización bursátil, al cierre de este texto. En paralelo, Trump arremetió en Truth Social, su red social, sugiriendo que podría cancelar todos los contratos federales con empresas de Musk.
"La forma más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles y miles de millones de dólares, es terminar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon", escribió el mandatario.
Como respuesta, en un rife y rafa que ha dejado innumerables memes y comentarios en todo el mundo, Musk anunció que SpaceX comenzaría de inmediato el "desmantelamiento de la nave espacial Dragon", utilizada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) para enviar astronautas y carga a la Estación Espacial Internacional. Este movimiento amenaza con interrumpir una de las misiones clave de la agencia espacial y evidencia hasta qué punto el conflicto ha escalado del plano político al operativo, con repercusiones locales y globales todavía por entender.
Durante la campaña electoral de 2024, Musk fue uno de los principales donantes y defensores de Trump, especialmente en estados clave como Pensilvania. El empresario afirma que, sin su apoyo, los demócratas habrían ganado la Casa Blanca y el control del Congreso.
"Sin mí, Trump habría perdido las elecciones (de noviembre de 2024)", aseguró Musk. "Qué ingratitud", agregó.
Pero Trump minimizó su influencia y dijo que habría ganado "de todos modos". Además, sugirió que el distanciamiento del empresario responde a una suerte de "síndrome de trastorno Trump", una frase que ha utilizado previamente para referirse a antiguos aliados que se convierten en críticos acérrimos tras dejar su órbita nacionalista y proteccionista.
Otro punto de fricción fue la retirada de Jared Isaacman —astronauta privado, empresario y aliado cercano de Musk— como nominado para liderar la NASA. Trump dijo esta semana que decidió revocar el nombramiento tras conocer que Isaacman era "totalmente demócrata".
Por otro lado, Musk también ha sido blanco de revelaciones periodísticas recientes. Según un reportaje en The New York Times, durante la última campaña consumió ketamina, éxtasis y hongos alucinógenos. Aunque el empresario no ha respondido directamente, estas informaciones han circulado ampliamente en redes y han sido utilizadas por figuras cercanas a Trump para cuestionar su juicio.
En medio del caos, Musk lanzó una provocativa encuesta en X: "¿es hora de crear un nuevo partido político en Estados Unidos que realmente represente al 80 % del centro?". Más de 2,880,000 usuarios votaron, y el 81 % se mostró a favor, lo que plantea un nuevo foco de desestabilización en la escena política e institucional estadounidense.
La caída de esta alianza, que sí influyó mucho en el giro actual de la administración de EE.UU. con el retorno de Trump en enero de este año, no solo revela tensiones personales, sino que deja al descubierto los intereses cruzados entre el Poder Ejecutivo, las grandes empresas tecnológicas y los contratos estatales multimillonarios.
El choque Trump-Musk pone en juego más que egos: afecta programas estratégicos del gobierno, el futuro de la NASA, la política energética y los mercados financieros. Las preguntas claves son cuánto más pueden escalar estas tensiones, y qué consecuencias políticas, económicas, sociales y judiciales podría tener la mención de Trump en los archivos de Epstein —aún sin desclasificar—, o todo este bochornoso capítulo "matrimonial", la primera semana del divorcio.
Por ahora, Washington y el mundo observa el espectáculo con una mezcla de estupor y ansiedad. Y mientras Trump y Musk intercambian golpes en sus respectivas plataformas, el país queda atrapado en una tormenta que apenas comienza.
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