De caídos y caídas: entre la "purga", la prisa por publicar, el amarillismo y los silencios en Nicaragua
- Redacción Central
- 20 ago
- 5 Min. de lectura
En el caso más citado por la audiencia hasta ahora, sobre Lenín Cerna, algunos medios y fuentes estatales inicialmente consignaron versiones de "fuga" o captura parcial y días después publicaron que Cerna había "reaparecido" en Managua con escolta, luego de que las "luces de su casa" fueron encendidas. Esas correcciones y contradicciones no siempre se han acompañado de rectificaciones (fe de erratas) explícitas ni de una explicación sobre por qué se difundió la versión previa.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua

En los últimos meses, la narrativa en torno a lo que algunos medios han llamado "purga" sandinista (o "caídas en desgracia") ha estado marcada por la incertidumbre, la especulación y un exceso de rumorología. Desde la prensa independiente, medios en el exilio e incluso espacios anónimos en redes sociales digitales, la información sobre detenciones, liberaciones o supuestas fugas de figuras políticas nicaragüenses ha circulado con rapidez, pero con escasa verificación y el silencio oficialista de siempre. El resultado es un panorama por mucho confuso en el que la audiencia y el gremio periodístico, lejos de estar informados, se encuentran desorientados.
Ejemplos recientes ilustran la magnitud del problema. Según fuentes anónimas citadas por el medio Confidencial, Néstor Moncada Lau sería la última figura en "caer", como parte la lista de presuntos detenidos o sancionados. Sin embargo, en el mismo medio, la semana pasada se difundió que Reinaldo Gregorio Lenín Cerna Juárez, exjefe de Seguridad del Estado, ya estaba en su domicilio, luego de que previamente se asegurara que estaba primero preso y posteriormente "huyendo" del régimen que él ayudó a construir.
Otro caso es el de Bayardo Arce Castaño, quien fue detenido horas después de que la Procuraduría emitiera un sorpresivo comunicado oficial. Estos episodios no son aislados: se repiten con frecuencia y demuestran que la circulación de información no siempre refleja la cronología ni la veracidad de los hechos.
Los principales canales de difusión y de ruido mediático incluyen hasta la fecha a La Mesa Redonda —medio que aseguró falsamente en marzo de 2025 que Fidel Moreno estaba "preso" en la Dirección de Auxilio Judicial en Managua, pero que no ha eliminado de su web la nota que quedó descartada tras múltiples apariciones del secretario capitalino desde entonces—, Darío Medios, Confidencial, 100 % Noticias, Nicaragua Investiga, y en ocasiones La Prensa y Despacho 505. Sin embargo, un patrón común se repite: la información proviene casi siempre de "fuentes anónimas por seguridad". Si bien la protección de las fuentes es una práctica legítima y necesaria en contextos de represión o riesgos personales y masivos, el abuso de esta estrategia sin contextualización, corroboración, argumentación y contrastación genera un efecto contrario al periodismo ético: la confusión.
"Solo les faltó decir que (Moncada Lau) es Rambo", se lee en un comentario realizado en una publicación de Nicaragua Investiga.
El efecto de tanta suposición es un flujo constante de noticias no verificadas, versiones contradictorias y titulares sensacionalistas que alimentan la percepción de caos político e institucional, pero que ofrecen pocas certezas al público mientras se alimenta la narrativa de una supuesta "confrontación" interna en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y entre los jerarcas y aliados del régimen copresidencial encabezado por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
"El fenómeno observado no se limita a errores ocasionales; se ha convertido en una tendencia. La urgencia de informar y la presión por mantener la relevancia digital han llevado a algunos medios a priorizar la inmediatez sobre la precisión, y muchas personas creen esa información porque alimenta un deseo desesperado por una transición democrática y un quiebre en el FSLN. Esto ha generado una narrativa mediática donde la tal 'purga' sandinista aparece más como un espectáculo mediático que como un proceso institucional verificable", explica Alejandra M., socióloga, periodista y docente universitaria de Guatemala.
En este contexto, los medios reproducen versiones de sucesos no confirmados o ambiguos, a menudo sin buscar documentos oficiales, declaraciones verificables o testimonios directos más allá de la primera y única fuente del hilo del momento. La consecuencia es una ciudadanía que consume información fragmentada, contradictoria y, en muchos casos, inflamada por el sensacionalismo, la ira y el mutismo estatal.
Este patrón evidencia un desafío central para la cobertura política en Nicaragua: la tensión entre riesgo y rigor. La protección de fuentes es indispensable en un país donde el ejercicio del periodismo independiente implica desde hace varios años persecución, encarcelamiento o amenazas de muerte. No obstante, la dependencia exclusiva de fuentes anónimas o de replicas tras la publicación "inaugural" de un medio, sin contexto ni contraste, debilita la credibilidad de los medios y aumenta la desinformación.
Para un lector, es cada vez más difícil distinguir entre hechos confirmados, rumores plausibles y pura especulación. El periodismo riguroso exige un equilibrio entre seguridad, verificación y claridad narrativa. Solo así se podrá ofrecer un relato que aporte comprensión real, en lugar de contribuir a la confusión y al amarillismo que hoy caracteriza la cobertura sobre la "cacería" de funcionarios y aliados sandinistas, alimentando así la ansiedad colectiva y la polarización ante la verdad y la falsedad.
La cobertura de detenciones, sanciones, judicialización o supuestas caídas en desdicha dentro del círculo político e institucional demuestra entonces que el periodismo independiente enfrenta un doble riesgo: la censura y la desinformación. Mientras la narrativa se construye sobre "fuentes anónimas" y contradicciones públicas, la audiencia queda atrapada en un laberinto de rumores.
La realidad, por más compleja que sea, requiere periodismo con métodos claros de verificación, transparencia en la información y un enfoque crítico pero no visceral, que no caiga en la tentación del amarillismo. Hasta entonces, la "purga" sandinista seguirá siendo, en gran medida, un relato de caídas mediáticas más que un fenómeno debidamente documentado.
Un estudio del Pew Research Center (2020) reveló que el 67 % de las y los estadounidenses considera "aceptable" usar fuentes anónimas solo en "casos especiales", mientras que el 82 % admite que hay momentos en que "sí se justifica". No obstante, el uso de esas fuentes afecta la credibilidad del relato para la mayoría: el 68 % dice que influyen al menos parcialmente en si creen o no la historia. Asimismo, American Press Institute dice que "un 58 % del público entiende que los periodistas conocen la identidad de la fuente anónima y luego deciden resguardar ese nombre, y que el 42 % está confundido", evidenciando la brecha de comprensión ciudadana.
En COYUNTURA, cada noticia y día de trabajo es un acto de valentía respaldado por personas, procesos, fuentes, documentos y perspectivas confiables, contrastadas y diversas, aunque muy a menudo debemos proteger la identidad de quienes informan y/o comentan. Pero la censura, la crisis económica y los obstáculos estatales y de seguridad no detienen a nuestra Redacción; seguimos informando con determinación, desde Centroamérica. Si has sufrido violaciones a tus derechos por un Estado centroamericano, o si quieres contar una historia, contáctanos a través de direccion@coyuntura.co o mediante la burbuja de mensajes en la parte inferior del medio.
Por otro lado, no te pierdas AULA MAGNA, nuestra radio en línea y plataforma de podcasts para la región y su gente, donde el periodismo y el entretenimiento se fusionan las 24 horas del día.
Juntos, construimos el puente de la verdad y la democracia, por eso ten en consideración adquirir una membresía de nuestro programa para socias y socios, con beneficios y servicios digitales únicos.
Comentarios