El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, criticó al Poder Judicial y al Congreso por su manejo de la criminalidad y abogó por reformar el sistema de justicia tras la visita del jerarca salvadoreño Nayib Bukele, quien alertó sobre el aumento de la criminalidad en el país y propuso reformas al sistema carcelario. La visita se dio en medio de un récord de homicidios en Costa Rica, donde las luchas entre bandas narcotraficantes son responsables del 60 % de los crímenes.
Por Juan Daniel Treminio | @DaniTreminio
San José, Costa Rica
La expectativa era alta: una bienvenida que incluyó banda filarmónica, tambores, danzas folclóricas, abrazos, apretones de manos, un intercambio de regalos y una Casa Presidencial en San José que se salió por la ventana. Sin embargo, el temporal que azota hasta el cierre de este texto a Costa Rica obligó a retrasar la tan esperada aparición del mandatario salvadoreño Nayib Bukele hasta este lunes 11 de noviembre, cuando, finalmente, fue recibido bajo el techo de la administración de Rodrigo Chaves, tras haber llegado el sábado 09 de noviembre de 2024 a suelo costarricense.
Pasadas las dos de la tarde del lunes, Bukele llegó en su flota de vehículos Chevrolet Suburban, acompañado por buena parte de su equipo de comunicaciones, escoltas y ministros de su gabinete, evidenciando el peso diplomático que quiso imprimir a su visita oficial.
Pero el temporal no fue lo único que entorpeció la agenda del mandatario salvadoreño. Bukele aún no había puesto un pie en territorio costarricense y su visita ya estaba rodeada de polémicas. La Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Costa Rica rechazó hace algunos días participar en un encuentro con él, varios diputados se opusieron públicamente a recibirlo y, la mañana de este lunes, también lo hicieron familiares de privados de libertad de una prisión que estaba dentro del "recorrido turístico" y estatal preparado para Nayib por el oficialismo.
La decisión de estos sectores de la institucionalidad costarricense sacó a flote el contraste de percepciones ante la visita de un presidente autoritario y reelecto inconstitucionalmente a un país conocido por sus fuertes instituciones democráticas y su apego a los derechos humanos. Con todo y eso, el presidente de Costa Rica, Chaves, quiso recibirlo "con todos los honores", en medio de un temporal de inseguridad y crímenes que azota al país de la "pura vida".
Lo que pretendía ser una "visita de Estado" se redujo a una simple visita oficial luego de que magistrados de la CSJ de Costa Rica y miembros de la Asamblea Legislativa decidieron no participar en actos protocolarios formales con Bukele. Los magistrados y diputados, particularmente opositores, señalaron que recibir con honores al mandatario salvadoreño significaría un "respaldo implícito" a las políticas autoritarias que lo caracterizan, las mismas que algunos atribuyen también al presidente Chaves. Esta reducción de la categoría de la visita refleja la tensión en el seno de las instituciones costarricenses, donde el control y la independencia del poder se mantienen y extreman.
Además, el plan de Bukele de visitar el Centro de Atención Integral (CAI) Jorge Arturo Montero, conocido como "La Reforma", generó más críticas. La organización Familia Penitenciaria Unida expresó para comenzar la presente semana su rechazo total a la visita de Bukele, alegando que representa una "validación internacional de un proyecto político deshumanizante", en referencia a su política de encarcelamiento masivo en El Salvador.
La visita ha generado, además, divisiones entre quienes ven en Bukele un ejemplo a seguir y quienes lo consideran un símbolo de retroceso democrático. Para la organización antes mencionada, este modelo, si bien popular, representa una amenaza para los derechos humanos, y alertaron sobre el riesgo de copiar enfoques que no abordan las raíces de la inseguridad y la violencia en Centroamérica. Por otra parte, sectores de la sociedad costarricense protestan todavía para que el gobierno evite promover medidas que consideran violatorias a los derechos humanos y a la institucionalidad democrática.
Mientras en la Casa Presidencial se le otorgaba la Orden Nacional "Juan Mora Fernández", la agenda de la visita comenzó con el saludo y la presentación de las comitivas participantes en la jornada de trabajo, incluyó cenas, encuentros a puertas cerradas y ruedas de prensa con diversos periodistas, tanto el lunes como hoy, martes 12 de noviembre de 2024. Algo realmente inusual para Nayib, quien pocas veces habla a la prensa abiertamente.
La delegación costarricense encabezada por la primera dama Signe Zeikate fue la primera en avanzar por la alfombra roja. Uno a uno, los miembros de la comitiva fueron presentándose: Arnold André, canciller de la República; Laura Fernández, ministra de la Presidencia; Mario Zamora, ministro de Seguridad; Mauricio Acosta, ministro de Hacienda. Completando el equipo, desfilaron también: Mauricio Batalla, ministro de Transportes; Jorge Rodríguez, ministro de Cultura; Paula Bogantes, ministra de Ciencia; Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior; William Rodríguez, ministro de Turismo; Arnoldo Zamora, ministro de Comunicación; Lina Ajoy, embajadora de Costa Rica en San Salvador; Marco Acuña, presidente del Instituto Costarricense de Electricidad; y Gabriel Aguilar, jefe del Despacho Presidencial.
Por su parte, el equipo visitante de Bukele comenzó con la canciller Alexandra Hill, seguida por Sofía Medina, secretaria de la Presidencia, y Francisco Merino, delegado presidencial. Detrás, desfilaron: Óscar Armando Toledo, embajador de El Salvador en San José; Gustavo Villatoro, ministro de Justicia y Seguridad Pública; Jerson Posadas, ministro de Hacienda; Ileana Valdés, ministra de Turismo; Raúl Castillo, ministro de Cultura; Daniel Álvarez, presidente de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica; Rodrigo Ayala, presidente de la Agencia de Promoción y Exportación Salvadoreña; Homero Morales, director de la Autoridad de Aviación Civil; y Herbert Luis Cáceres, director general de Protocolo y Orden.
Ambos presidentes, al encontrarse frente a frente, se saludaron con un apretón de manos, hicieron muchos chistes y se miraron de manera complice, marcando una jornada diplomática cargada de expectativas y mensajes.
El presidente Bukele ofreció a su homólogo costarricense la ayuda humanitaria destinada inicialmente a los afectados por la DANA (depresión aislada en niveles altos) en Valencia, España, tras señalar que la administración española de Pedro Sánchez "no está aceptando la ayuda internacional". "Nosotros teníamos una misión lista para ir a Valencia, con 300 rescatistas, insumos médicos, alimentos. Un avión lleno. Lo tenemos listo desde hace días. Entiendo que el gobierno de España, por alguna razón, no está aceptando ayuda internacional y podemos enviarlo aquí mañana mismo", afirmó en una conferencia de prensa. Ante estas declaraciones, Chaves expresó: "que Dios le bendiga. Un aplauso". El mandatario salvadoreño ordenó que la ayuda saliera la noche del lunes. Este martes, ya ha llegado.
Por otro lado, durante la visita, Chaves y Bukele anunciaron una propuesta sin detalles precisos para crear una liga de pequeños estados "enfocada en la prosperidad y seguridad de sus pueblos". "Vamos a buscar países pequeños para empezar, de mente clara y propósito robusto, seguridad y prosperidad, y vamos a empezar a trabajar para formular propuestas conjuntas al resto del mundo y al nuevo gobierno de Estados Unidos", afirmó Chaves en la conferencia conjunta.
Bukele respondió: "Estoy seguro de que hay líderes en la región que piensan así, a favor del bienestar de sus pueblos, y los invitaremos en su momento". La propuesta de esta "liga de naciones", como la llamó Bukele, fue discutida en sus reuniones del lunes y culminará en la firma de un protocolo de entendimiento.
Chaves comparó la iniciativa con la Liga Hanseática, una histórica asociación de ciudades prósperas en el norte de Europa. "Empezaremos con una semilla. El Salvador y Costa Rica. Será un club muy distinguido por su enfoque en seguridad y prosperidad, siempre dentro del marco democrático", enfatizó Chaves. La cooperación se enfocará, según el oficialismo en Costa Rica, en atraer inversión extranjera, comercio, seguridad, combate al narcotráfico y migración.
Bukele expresó su apoyo inmediato: "La idea fue suya, presidente, pero provino de una conversación larga y previa que tuvimos, y, como le dije en ese momento: hagámoslo". Bukele incluso propuso construir la sede de esta liga, en un diálogo evidentemente planificado, desde el inicio hasta las fallas.
Ambos mandatarios resaltaron, que en años futuros, sus pueblos podrían recordar esta alianza y el farandulero encuentro de esta semana como un cambio decisivo para la región. "El secreto es cerrar filas -con el presidente-", concluyó Bukele, como estrategia principal para enfrentar la inseguridad y el crimen organizado a gran escala, que ya ha cobrado la vida de al menos 746 personas solo en 2024, según Randall Zúñiga, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Tras la visita del presidente salvadoreño Nayib Bukele a Costa Rica, el mandatario costarricense Rodrigo Chaves criticó este martes 12 de noviembre duramente al Poder Judicial y a la Asamblea Legislativa de su país por su rol en la lucha contra la criminalidad, y abogó por revisar el concepto de justicia y derecho penal en Costa Rica. Tras un recorrido con Bukele por la cárcel La Reforma, Chaves señaló que en Costa Rica existen leyes "blandas" y acusó a algunos jueces de mantener un sistema que, en su opinión, es demasiado indulgente con los criminales. También criticó prácticas como la visita íntima y la reducción de condenas, afirmando que se ha agotado de pedir reformas al parlamento.
Durante su visita, Bukele alertó a Costa Rica sobre signos de criminalidad parecidos a los que sufrió El Salvador y propuso reformar el sistema carcelario para que el gobierno tenga mayor control. Además, prometió entregar un "diagnóstico" del sistema penal costarricense y destacó la construcción y el funcionamiento de su mega cárcel en El Salvador, con capacidad para 40,000 reclusos, como parte de su política de seguridad de "mano dura".
En resumen, expectativas altas y opiniones encontradas marcaron la polémica visita del presidente salvadoreño Nayib Bukele a Costa Rica, en un contexto de honores, rechazos y un llamado a "cerrar filas en torno al chavismo". La visita incluyó temas de seguridad y cooperación, y el presidente costarricense Rodrigo Chaves, tras recorrer el penal La Reforma junto a Bukele, destacó que fue "un punto de inflexión para la sociedad" tica. Según Chaves, fue "obvio, claro y notorio la contribución que Bukele ha hecho a este viaje" y reconoció que "ha dado un mensaje clave". "Nos ha hablado sobre discusiones estériles", dijo Rodrigo. Agregó que "todavía hay oportunidad; oírlo de alguien que lo ha logrado y cuyos resultados están a la vista del mundo es sumamente importante para Costa Rica".
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