Menos mal que las encuestas en Guatemala fallaron. Lo que parecía un desenlace aburrido y poco alentador de cara al futuro se transformó en un escenario de "sorpresas", con la madurez electoral de la ciudadanía poniendo en aprietos a la clase corrupta y a la élite económica, aunque éstas no se quedaron de brazos cruzados y tienen en suspenso los resultados electorales, estropeando el camino a la segunda vuelta. En menos de una semana todo dio un giro.
Por Juan Daniel Treminio | @DaniTreminio
Ciudad de Guatemala, Guatemala
Que bueno que Bernardo Arévalo (Montevideo, Uruguay - 64 años) no perfilaba ni siquiera entre los primeros seis favoritos en las encuestas electorales antes de las Elecciones Generales de 2023. Menos mal que, hasta el domingo 25 de junio, el candidato socialdemócrata no significaba una "amenaza" para el sistema político ulcerado de Guatemala, porque de haberlo sabido, seguramente hubiese quedado fuera de la contienda presidencial por cualquier argumento judicial, como le pasó a los presidenciables Carlos Pineda, Thelma Cabrera y Roberto Arzú en la contienda actual, o como también lo vivió la exfiscal Thelma Aldana cuando se encaminaba a ser la primera candidata del entonces novato Movimiento Semilla, en el año 2019.
Antes del domingo, este partido, nacido después de las protestas del año 2015, no tenía ni el 3 % de la intención de votos, según encuestas que perfilaban al voto nulo y en blanco como las fuerzas triunfantes, en medio de la tómbola electoral que representó la amplia oferta de candidatos. Arévalo, hijo del expresidente guatemalteco Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951), no fue tomado en cuenta en los principales foros, no contó con la cobertura de los medios masivos, no hacía el ridículo en TikTok, ni ensució de carteles o vallas las principales ciudades del país. No usó ni helicópteros, ni avionetas, ni recorrió todo el territorio abrazando gente. Su propaganda fue modesta, sobria y orgánica. No puso en riesgo los planes de los que creían o acostumbraban tenerlo todo bajo el control de sus intereses.
Existen varias teorías de comunicación y políticas que explican el fenómeno que ocurrió el domingo 25 de junio en el país centroamericano, luego de conocerse los primeros resultados de la contienda electoral. Pero es evidente que no estaba en el guión esa escena, como sacada de "La Rosa de Guadalupe", otorgándole al Movimiento Semilla un boleto milagroso para pasar a la segunda vuelta entre las más de 20 opciones políticas.
El milagro
Cuando llegaron las primeras actas al Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) y las primeras gráficas se mostraban en el Centro Nacional de Información (CNI) en Ciudad de Guatemala, resultaba absurdo ver que los números de Movimiento Semilla eran los más amplios en el conteo. Estaba remotamente lejos de los pronósticos. Antes de la medianoche, los escépticos ya tenían la seguridad de que en cualquier momento los números cambiarían.
Amaneció. Las veladoras seguían encendidas y Arévalo permanecía en el segundo lugar, logrando una hazaña que muy pocas veces se ha dado en la historia de las votaciones centroamericanas: darle vuelta a las improbabilidades en el último momento, de la manera más limpia y transparente posible, como efecto de una campaña modesta, decente y crítica que enganchó con el voto razonado. Como lo menciona la Redacción de COYUNTURA, Arévalo no ganó, pero triunfó gracias a la madurez ciudadana.
"El 25 de junio Guatemala sonrió y vio una luz al final del túnel, con un milagro llamado pueblo", reflexionó en una columna la crítica y reconocida periodista Iduvina Hernández. "Ahora toca a los liderazgos asegurar que esa luz guíe hacia la ruta de la recuperación de nuestros derechos y nuestro destino. La madurez es esencial para entender que el voto emitido no es un cheque en blanco ni una ganancia automática", sentenció al mismo tiempo.
Con más del 98 % del escrutinio la segunda vuelta prácticamente estaba definida entre el candidato de Semilla y la veterana Sandra Julieta Torres (Melchor de Mencos, Petén, Guatemala - 67 años), quien por tercera vez pasa a la final, pero en esta ocasión gracias a menos votos que en las contiendas anteriores, pero con dos hijos en el Congreso y otro en el Parlamento Centroamericano. Aunque -hasta el cierre de este texto- todos bajo tensión y duda por orden de la Corte de Constitucionalidad.
El pasmo
Fue una noche de milagros y no necesariamente de las que dirige el pastor guatemalteco Cash Luna. Movimiento Semilla no solo pasó a la segunda vuelta; también arrasó en el área metropolitana y aumentó de cinco a 23 su bancada en el Congreso Nacional de Guatemala. Ahora es la tercera bancada más importante y está a solo un paso de tomar el poder del Ejecutivo, y con ello darle un hálito de esperanza a la lucha contra el cáncer que es la corrupción y el autoritarismo.
Esa noche no solo los escépticos perdieron su apuesta. A los corruptos y a los sectores más viciados, incluyendo al pastor Luna, el segundo lugar de Arévalo mínimamente les causó un pasmo que se prolongó hasta el viernes 30 de junio, cinco días después de las elecciones generales. No tuvieron más opción que aglutinarse en los partidos políticos de siempre y en las iglesias evangélicas, para promover narrativas conservadoras e infundir miedo a través de temáticas controversiales y posturas ideológicas, es decir, obsoletas.
No obstante, la camarilla del poder y la élite económica actual no se quedó de brazos cruzados. Montó un nuevo plan para obstaculizar el camino de Semilla a la segunda vuelta por medio de la vieja confiable: la Corte de Constitucionalidad, que en menos de 24 horas le otorgó un amparo a nueve partidos políticos de corte ideológico conservador y de derecha, incluyendo a la socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) con Torres al frente, al partido Cabal del exdiplomático Edmond Mulet, al partido Valor de la hasta ahora desaparecida Zury Ríos, y el partido oficialista Vamos. Pidieron intervenir judicialmente los resultados por supuestas irregularidades. El órgano judicial decidió intervenir, a pesar de las denuncias de ilegalidad por parte de diversos sectores del país.
Antes de caer la noche del sábado 01 de julio, la Corte de Constitucionalidad le ordenó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) poner en suspenso las proclamaciones y la depuración de los votos, alimentando de incertidumbre el destino del proceso, que ya había sido calificado como satisfactorio por las diferentes misiones de observación. Una tarea que la entidad electoral comenzó a realizar este lunes 03 de julio en la capital guatemalteca.
El futuro
Sin embargo, no solo está en suspenso la proclamación de las y los ciudadanos electos. También queda en suspenso el pelo de confianza y credibilidad que queda para las instituciones. Aunque el fallo determina respetar la fecha de la segunda vuelta establecida para el 20 de agosto de este año, se ordenó y desarrolla una segunda audiencia de escrutinio, a pesar del clamor de la comunidad nacional e internacional, quienes llaman a respetar la soberana voluntad popular que se manifestó en las urnas el domingo 25 de junio.
La Unión Europea y Antony Blinken, Secretario de Estado de los Estados Unidos, externaron su profunda preocupación por las acciones judiciales, y llamaron a blindar el proceso y los resultados, mientras que los pocos fiscales con los que cuenta el Movimiento Semilla se fajan con los más poderosos para impedir que se adulteren sus números en el Parque de la Industria.
Si el TSE hizo bien su trabajo en el proceso de escrutinio y transmisión de resultados, en el recuento no pueden cambiar las cifras, ni las tendencias. Los números deben coincidir o el error debe ser mínimo. La decisión popular determinó una segunda vuelta entre Torres y Arévalo. "El cotejo de actas no puede ni debe representar una puerta para violentar la voluntad popular expresada en las urnas" comunicó la Misión de Observación Electoral de Guatemala (MOE-Gt) la noche de este lunes. Dicho de otra manera, no hay vuelta de hoja, ni mano peluda que lo cambie.
De no respetarse la sagrada decisión no hace falta recurrir a una vidente para saber que las consecuencias serán nefastas para la democracia, y sobre todo para la sociedad guatemalteca y la región centroamericana, que se terminaría de hundir en el abismo del degenere, la arbitrariedad y el totalitarismo. Lo sabe la sala constitucional; lo sabe la Corte Suprema de Justicia -que está por verse cuál será su postura-; lo sabe el TSE; lo sabe la OEA; lo sabe Blinken, Raymundo y todo el mundo.
En cumplimiento a lo estipulado por la Corte de Constitucionalidad, al cierre de esta edición, el TSE ejecuta el segundo día de la segunda audiencia de revisión de escrutinio de las actas, un proceso que debería terminar por completo al finalizar esta semana. Sin embargo, la presidenciable Torres, por medio de un comunicado, y el candidato Mulet, a través de un video, sin ambos desligarse del amparo legal, exigen que se lleve a cabo la segunda vuelta el 20 de agosto, respetando el calendario electoral ya determinado. Mientras tanto, el futuro de la democracia y del país sigue en suspenso.
"Es comprensible que todas las partes involucradas quieran asegurarse de que los resultados sean transparentes y justos. Sin embargo, crear problemas artificiales en la revisión de actas solo retrasa los tiempos y representa un peligro para la democracia de Guatemala. En lo que respecta a la elección de presidente y vicepresidente, al realizar nuestro propio cotejo de las actas firmadas por nuestros fiscales de mesa (de Cabal) a nivel nacional, comparándolo con los resultados del TSE, no observamos mayores discrepancias. No vemos que pueda darse un cambio en los resultados del primero y segundo lugar de quienes pasan a la segunda vuelta electoral. Hago un llamado a los partidos políticos para que actúen con transparencia, responsabilidad y se respete la decisión del pueblo guatemalteco. El 20 de agosto debe desarrollarse la segunda vuelta, con los dos candidatos ganadores de la primera vuelta. Es importante defender el estado de derecho, respetar la Constitución y las leyes, bases fundamentales del sistema democrático. Cualquier acción que socave este sistema pone en riesgo la estabilidad política y social de Guatemala. Hagamos lo correcto", señaló Mulet.
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