Bernardo Arévalo, del partido Movimiento Semilla, ganó la Presidencia de Guatemala en una histórica segunda vuelta, ilustrando una victoria contra la corrupción y el autoritarismo. Con el 58.01 % de los votos, Arévalo encarna el deseo de cambio y transparencia, liderando un nuevo comienzo. Su campaña se centró en la lucha contra la corrupción y la justicia social, resonando especialmente entre las y los jóvenes. Acá detallamos las claves de su triunfo, con desafíos legales a la vista.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Ciudad de Guatemala, Guatemala
El progresista César Bernardo Arévalo de León, del joven partido Movimiento Semilla, emerge como el presidente electo de Guatemala, en una victoria que marca una nueva fase en la historia política del país centroamericano. La jornada electoral del domingo 20 de agosto pasará a los registros de la historia como el día en que el pueblo guatemalteco expresó su deseo de cambio, rompiendo con décadas de corrupción y liderazgo autocrático, apostando por la germinación de un nuevo comienzo, con líderes distantes del sistema que sigue pudriendo la institucionalidad y el Estado de Derecho en el país. Arévalo, un sociólogo de 64 años edad, hijo del expresidente Juan José Arévalo -el primer padre de la democracia guatemalteca-, obtuvo un 58.0106 % de los votos emitidos, consolidando su posición como el segundo presidente electo más votado en la historia de Guatemala, solo superado por el exmandatario Jimmy Morales, quien recibió en 2015 un total de 2,751,058 votos.
El ahora presidente electo, Bernardo Arévalo, recibió 2,441,661 votos, de un total de 4,208,985 votos válidamente emitidos. Alcanzó más de lo que obtuvo en 2019 el actual mandatario Alejandro Giammattei (1,907,801 votos).
Según simpatizantes, ciudadanos comunes y analistas consultados por la Redacción de COYUNTURA, la victoria de Arévalo y Semilla -un fenómeno político y comunicacional que pasó de la discreción a la viralidad social y digital-, debe ser considerada una respuesta contundente al clamor popular por una mayor transparencia en la gestión pública, justicia social y reformas políticas que pongan fin a la impunidad y a la corrupción que plagan el país desde hace años. También es un llamado "a progresar y no retroceder", según señaló la ciudadana Alezandra Itzep la noche del domingo 20 de agosto, desde los alrededores del Hotel Las Américas en la capital guatemalteca, cuando la algarabía y las ondeantes banderas del país avizoraron un nuevo comienzo.
La campaña de Arévalo y su vicepresidenta electa, Karin Herrera, fue caracterizada por su enfoque en la transparencia, la lucha contra la corrupción y la reinstauración de la institucionalidad independiente en el país centroamericano, prometiendo una administración para todos los guatemaltecos, sin distinción alguna.
El mensaje de Movimiento Semilla resonó especialmente entre las y los jóvenes, quienes se movilizaron en masa para expresar su apoyo a un cambio real desde todo el territorio. Ellas y ellos protagonizaron la campaña, la defensa del voto ciudadano, la fiscalización del proceso y el movimiento social que representa hasta el momento el mensaje de Arévalo y su círculo, quienes deberán lidiar con la corrupción y el autoritarismo en el Ejecutivo y el Congreso Nacional, mientras encabezan una lucha contra dichas enfermedades sociales e institucionales. La victoria de Arévalo no solo representa un cambio de liderazgo, sino también el renacer de la esperanza que casi pierde un país sumido en la pobreza, la violencia y la desconfianza en las instituciones.
Según el monitoreo minuto a minuto realizado por el equipo de COYUNTURA ayer domingo, como parte de nuestra cobertura electoral desde Guatemala, declaraciones del Ministerio Público y del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el proceso electoral transcurrió sin incidentes significativos, con una alta participación ciudadana (45.1037 %) que refleja el anhelo del pueblo por una democracia efectiva. Los casi 3,500 Centros de Votación operaron con normalidad, y los resultados fueron anunciados rápidamente debido a la naturaleza de la contienda con solo dos candidatos en competencia. Hasta el proceso de conteo se desarrolló sin ninguna traba.
La reacción a la victoria de Arévalo fue palpable en todo el país, con multitudes que salieron a las calles de varias ciudades en los departamentos de Guatemala, Escuintla, Baja Verapaz, Huehuetenango y Retalhuleu -en donde Movimiento Semilla fue la fuerza más votada-, para celebrar el "triunfo de la esperanza" sobre la corrupción. La Plaza del Obelisco en Ciudad de Guatemala se llenó de ciudadanas y ciudadanos eufóricos ondeando banderas nacionales y coreando lemas como: "¡Sí, se pudo!"; "¡Se ve, se siente, Bernardo presidente!".
A pesar de la alegría y la esperanza que impregnan las celebraciones en redes sociales y en las avenidas del territorio, existen desafíos significativos que Arévalo y Semilla deberán enfrentar en los próximos días, semanas y/o meses, hasta que el presidente electo asuma el cargo, e incluso después de acomodarse en el Ejecutivo, de llegar. El Ministerio Público (MP) continúa hasta ahora las investigaciones penales contra el partido político y su líder, y la advertencia de la semana pasada del fiscal Rafael Curruchiche, anunciando posibles detenciones en lo que respecta al caso sobre las supuestas firmas falsas usadas para constituir a Semilla, sigue en el aire.
El presidente electo ha demostrado hasta ahora determinación al enfrentar estos desafíos y acusaciones, afirmando que la victoria del pueblo guatemalteco es una respuesta contundente a cualquier intento de desestabilización.
En su primer discurso como mandatario electo, Arévalo reafirmó su compromiso de luchar contra la corrupción y trabajar para mejorar la calidad de vida de las y los guatemaltecos. "El pueblo de Guatemala dijo '¡basta ya!' a tanta corrupción", afirmó Arévalo desde un balcón de Hotel Las Américas la noche del domingo, destacando la importancia de construir un gobierno basado en la justicia social y el respeto a los derechos humanos.
La victoria de Bernardo Arévalo marca un capítulo nuevo y esperanzador en la historia política de Guatemala. La determinación del pueblo por un cambio real y el liderazgo comprometido de Arévalo prometen un futuro mejor para todos los ciudadanos. En un país marcado por desafíos profundos, la elección de Arévalo brinda la oportunidad de transformar la nación -un verdadero nuevo comienzo- y abrir camino hacia una democracia más fuerte, inclusiva y transparente.
Las claves de la victoria de Arévalo
La corrupción ha sido una constante en Guatemala durante décadas, consolidando redes corruptas que se infiltran en las instituciones del Estado, precipuamente durante los períodos ejecutivos más recientes y el actual. De acuerdo con Transparencia Internacional, el país centroamericano se ubica ahora entre las 30 naciones más corruptos del mundo. Mientras los sobornos y contratos inflados persisten impunemente, cerca del 60 % de la población, alrededor de 10 millones de guatemaltecos, viven en la pobreza. Esta situación, exacerbada por la falta de oportunidades laborales y la violencia endémica, ha empujado a decenas de miles de personas a emigrar anualmente hacia Estados Unidos, España o México, en busca de un futuro más prometedor.
Las decisiones y políticas públicas autoritarias -o retrógradas- también han marcado los últimos años. Desde el Congreso Nacional, las instituciones estatales como el MP y la Policía Nacional Civil (PNC), y las elites políticas y económicas, se han encabezado procesos y ataques en contra de opositores, periodistas, defensores de los derechos humanos y la tierra, operadores de justicia y movimientos sociales. Pero fue el cúmulo de todos esos malestares lo que acorraló a la clase corrupta y a los tomadores de decisión, llevándolos a empujar la campaña de Arévalo, sin querer hacerlo, porque el socialdemócrata representa lo contrario a lo que todos ellos significan.
El linaje político de César Bernardo Arévalo también es una aliciente clave para su victoria. Hijo del expresidente Juan José Arévalo, quien revolucionó Guatemala en su mandato entre 1945 y 1951 al instaurar el sistema de seguridad social y promover la libertad de expresión -tras años de conflictividad y autoritarismo-, el actual presidente electo encarna una "nueva esperanza" para las y los guatemaltecos. Bertha Estrada, actual estudiante universitaria, resume el sentimiento generalizado al afirmar que Arévalo representa un cambio anhelado, mientras que Sandra Torres, candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) -ahora tres veces perdedora- solo ofrecía más de lo mismo o, incluso, empeoramiento.
Mientras tanto, el respaldo de los jóvenes emerge como una de las piedras angulares del triunfo de Arévalo. Universitarios y jóvenes de distintos estratos sociales se unieron fervientemente a su campaña, motivando a sus familias a votar por él. Este apoyo refleja la urgencia de renovación en el liderazgo gubernamental y la búsqueda de oportunidades genuinas para las nuevas generaciones. Una dinámica también conectada a la percepción hacia Torres como parte de la "vieja guardia política", con décadas de participación en círculos de poder.
Por otro lado, la astuta estrategia de campaña digital de Arévalo fue otro factor determinante en su victoria. Careciendo de recursos para propaganda convencional, Arévalo capitalizó el poder de las redes sociales para comunicarse directamente con el electorado, y hasta con los medios de comunicación. Esta táctica no solo le permitió llegar a un público más amplio, sino que también le otorgó un matiz auténtico y fresco, en contraste con las campañas tradicionales y desgastadas de sus oponentes. La autenticidad de las y los candidatos de su partido, Movimiento Semilla, junto con lo técnico y la esencia del alma de esta fuerza política -desde la población que aportó dibujos publicitarios, hasta las donaciones individuales de empresarios-, amalgamaron una narrativa sólida y convincente.
La sombra de la justicia también se proyecta sobre esta victoria electoral. La solicitud de inhabilitación de Semilla, impulsada por la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), atrajo la atención hacia Arévalo y eclipsó a su rival. Aunque el fallo fue posteriormente revocado con firmeza por la Corte de Constitucionalidad (CC), la publicidad generada contribuyó a aumentar el conocimiento de la marca de Arévalo y su organización. Miles de votantes que anularon sus votos en la primera vuelta se volcaron en su favor en el balotaje, señalando una marcada disminución en los votos nulos de un 17.4 % en la primera vuelta a un escaso 3.4964 % en el balotaje.
La figura de Sandra Torres, en contraposición, desempeñó un papel crucial en su derrota. La percepción de muchos guatemaltecos sobre su corrupción, autoritarismo y ambición erosionó su respaldo. Su cambio de discurso, pasando de posturas de centroizquierda a mensajes conservadores, socavó su credibilidad. No obstante, la ruptura con la ciudadanía inició durante su tiempo como esposa del expresidente Álvaro Colom, cuando era percibida como "el poder detrás del trono". Su divorcio de Colom en el año 2011 con el único fin de postularse a la Presidencia marcó una impresión duradera -hasta la fecha- de oportunismo. Pese a tener seguidores entre sectores marginados y extremistas, entre ellos exmilitares y pastores evangélicos, la incapacidad de incrementar su base electoral y su historial de dos derrotas en balotajes anteriores la relegaron a una posición de debilidad política. La tercera para ella no fue la vencida.
El sistema TREP y la oficialización de los resultados
El Tribunal Electoral defendió con vigor la efectividad y transparencia del Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) durante la reciente segunda vuelta electoral. Este acontecimiento marcó la elección de Bernardo Arévalo como el nuevo presidente del país centroamericano, en medio de amenazas contra magistrados del TSE y la judicialización que encabeza el MP. Al mismo tiempo, se estableció un marco temporal para la oficialización de los resultados electorales.
Los magistrados del TSE se dirigieron a la nación este lunes 21 de agosto, agradeciendo a la ciudadanía por ejercer su derecho al voto de manera libre y sin restricciones. El magistrado Ranulfo Rafael Rojas subrayó el papel crucial del Tribunal al proporcionar un entorno propicio para el ejercicio democrático de la voluntad popular.
Desde las 06:00 p.m. de este domingo 20 de agosto de 2023, un sistema de TREP moderno y robusto comenzó a difundir resultados electorales preliminares, con un desempeño técnico de alta calidad que garantizó la seguridad y la transparencia del proceso. A las 08:00 p.m., más del 90 % de las actas habían sido procesadas, y el 100 % se completó para las 11 de la noche. Este sistema, un baluarte de la democracia y el proceso electoral del país centroamericano, se posiciona como un hito tecnológico y político.
El plazo para la oficialización de los resultados fue delineado por Irma Palencia, presidenta del TSE. En aproximadamente una semana, se espera que los resultados sean oficialmente declarados, poniendo fin a la espera y brindando claridad sobre el futuro liderazgo del país. Palencia hizo hincapié en el compromiso de cumplir con los plazos legales y los procedimientos establecidos, asegurando que las audiencias de escrutinio y la calificación de la elección se llevarán a cabo con lealtad y madurez democrática.
Los elogios al proceso electoral no se detienen ahí. En un comunicado, el TSE enfatizó la participación activa y decidida de los guatemaltecos en esta ejemplar jornada cívica. En un país donde las elecciones han sido históricamente un desafío, la jornada se caracterizó por la ausencia de violencia y conflictos electorales significativos, resaltando la estabilidad del proceso.
Las Juntas Receptoras de Votos (JRV), las Juntas Electorales Municipales y Departamentales, así como las del Extranjero, también demostraron su compromiso cívico y su responsabilidad al garantizar elecciones libres y transparentes. Los fiscales acreditados por las organizaciones políticas tuvieron un rol vital en este proceso, supervisando el escrutinio y el conteo en el 98.7 % de los Centros de Votación. La confianza y la certeza se fortalecieron con medidas de transparencia, como la posibilidad de los fiscales de capturar imágenes del acta de cierre y cómputo, asegurando un proceso riguroso.
Aunque el proceso de voto en el extranjero ha sido un tema en debate, el TSE reconoció que los resultados fueron favorables y se alinearon con la primera vuelta. Palencia también abordó las complejidades que rodean la participación de los migrantes guatemaltecos en el extranjero, destacando la necesidad de abordar cuestiones logísticas y de seguridad antes de considerar alternativas como el voto por correo o electrónico.
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